Se ha hecho público un manifiesto cuestionando la tendencia y las lineas de reforma fiscal que está promoviendo el gobierno en el Estado español. Se puede consultar en el siguiente enlace y a continuación:
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Las personas abajo firmantes sentimos la
necesidad imperiosa de pronunciarnos como ciudadanas y profesionales
informadas y preocupadas por la actual orientación de la política
social, y en particular por la reforma fiscal que está preparando el
Gobierno. No podemos permanecer impasibles ante la aparente unanimidad,
por acción u omisión, de la clase política y de la profesión económica
en torno a unos principios, supuestamente inapelables, que responden
exclusivamente a intereses neoliberales y patriarcales. Callar nos hace
cómplices. Consideramos que la situación de emergencia social que vive
nuestro país, y las perspectivas de agravarse sustancialmente con la
actual orientación, exige un pacto de todas las personas preocupadas por
la deriva antisocial que estamos sufriendo. Un pacto para frenar los
recortes de la ya escuálida protección social existente en España y para
potenciar un golpe de timón que nos conduzca a una sociedad equitativa y
sostenible, tanto en nuestro país como a escala mundial.
1.- La Comisión de Expertos para la
Reforma del Sistema Tributario Español es ilegal, pues su composición (8
hombres y ninguna mujer) vulnera la Ley de Igualdad (1). Acusamos al
Gobierno de abuso de poder, amparándose en la impunidad que le concede
ser responsable de hacer cumplir la norma que él mismo vulnera. No es
cierto que no haya expertas, por tanto es injustificable el
incumplimiento de la ley.
2.- Las recomendaciones de la Comisión de
Expertos, y los anuncios del Gobierno, constituyen un paso más en la
vía trazada por el poder hacia el desmantelamiento de nuestro sistema de
impuestos, prestaciones y servicios públicos. A lo largo del siglo XX
se fue perfilando un consenso social que permitió a algunos países, como
España, implantar sistemas de prestaciones e impuestos progresivos a
pesar de las resistencias por parte de una minoría muy poderosa.
Organismos como el Banco Mundial, el FMI y la Comisión Europea abogan
por la privatización y el recorte de servicios públicos y prestaciones
sociales, por la desregulación indiscriminada de los mercados laborales,
por rebajar los impuestos y las cotizaciones empresariales, y por
reducir la progresividad de los impuestos sobre la renta, incrementado
paralelamente los impuestos indirectos como el IVA.
3.- Este camino no nos lleva a ningún
sitio nuevo sino a la situación que aún se vive en la mayoría de los
países del mundo y que vivíamos en España antes de la reforma fiscal de
1977 (por la que se creó el IRPF como impuesto sobre la renta personal
progresivo), de la Ley General de Sanidad de 1986 (por la que se
estableció el derecho universal a la asistencia sanitaria pública), de
la Ley General de Seguridad Social de 1966 (con vocación de
aseguramiento público a todas las personas trabajadoras y ante todas las
contingencias que originan pérdida del salario), etc.
Sin sistemas universales de prestaciones y
servicios públicos, imposibles de mantener sin un sistema impositivo
progresivo y generalizado, tendremos una sociedad en la que una gran
parte de la población se encontrará en la economía sumergida y, por
tanto, sin protección social, sin pensiones, y sin prestaciones por
enfermedad y por desempleo. Una sociedad con un nivel de servicios
públicos aún inferior al actual, con una educación y una atención
sanitaria pública deficiente, sin sistemas públicos de educación
infantil y de atención a la dependencia. En definitiva, una población
abandonada a su suerte y sumida en la pobreza, con bajos niveles de
cohesión social y altos índices de violencia. Esta es la situación en
todos los países que no han conseguido implantar generalizadamente estos
sistemas de impuestos progresivos, prestaciones y servicios públicos de
alcance universal, por más que algunos de sus gobiernos proclamen la
era del postneoliberalismo.
Por encima de declaraciones o propuestas
supuestamente imaginativas, es necesario analizar las condiciones en las
que vive la mayoría de la población en cada país para observar los
efectos de las distintas políticas fiscales. Es cierto que nuestro
sistema debe ampliar su ámbito de protección para incluir todas las
necesidades aún no cubiertas y a todas las personas que aún siguen
excluidas, eliminando los elementos que responden al imaginario de
familia compuesta por un hombre ganapán alejado del ámbito familiar y
una esposa cuidadora alejada del empleo, sin ingresos y sin derechos.
Pero sería muy perjudicial tratar de buscar sustitutivos o atajos: la
única vía para la justicia social y para un desarrollo económico
sostenible es un sistema de bienestar basado en impuestos progresivos
generalizados y servicios públicos universales. Esta es la única base
posible para construir un modelo que haga realidad el derecho a una vida
plena en condiciones de equidad para todas las personas.
4.- La espiral en la que ya estamos, y
que tenemos que revertir, se compone de varios elementos
complementarios: por un lado, se recorta hasta el extremo el gasto
social, con el argumento de que el déficit público es insostenible. Por
otro lado, se rebajan tanto como sea posible los impuestos (sobre todo a
las empresas y a las rentas altas), con el argumento de que menores
impuestos aumentarán la capacidad de consumo de los hogares y animarán a
las empresas a crear empleo. En tercer lugar, se recortan los derechos
laborales y se bajan los salarios tanto como sea posible, con el mismo
argumento de animar a las empresas. Por último, se intenta que la
mayoría de las mujeres se mantengan en la precariedad laboral del tiempo
parcial y que abandonen sus empleos cuando las necesidades familiares
lo requieran, con el argumento de contener la caída de la fecundidad.
5.- Todos estos argumentos son falaces.
Para contrarrestarlos no hace falta apelar a complicados análisis
económicos; bastan los argumentos que están en la base de la creación de
los estados de bienestar y los principios ampliamente aceptados por los
que debe regirse la actuación del sector público en una sociedad
democrática, el principal de los cuales es el de ‘a cada cual según sus
necesidades y de cada cual según sus posibilidades’, partiendo del hecho
cierto de que la inmensa mayoría de la población no puede afrontar esas
necesidades individualmente.
La novedad, hoy, es que la historia nos
muestra mucho más claramente los efectos de las diferentes orientaciones
políticas, y en particular de la que ahora está imponiéndose. La
novedad es también, y a pesar de lo anterior, que la correlación de
fuerzas social ha cambiado, con la colaboración imprescindible de
profesionales, “expertos” e instituciones que hacen aparecer la doctrina
neoliberal como neutra, científica o incluso como la única alternativa
viable. Esta orientación es desastrosa para la sociedad pero produce
pingües beneficios a los grandes capitales financieros. Desgranemos
algunas evidencias básicas que hoy se niegan interesadamente, así como
los intereses ocultos que se encuentran detrás de esa negación.
6.- Subir el IVA y bajar el IRPF es
pernicioso: el elevado protagonismo de los impuestos sobre el consumo es
problemático porque aplican el mismo tipo impositivo a todas las
personas, lo que supone gravar proporcionalmente más a quien menos tiene
(recordemos que, debido a su menor capacidad de ahorro, las personas
pobres consumen una proporción más alta de sus ingresos que las ricas).
En cambio, los impuestos sobre la renta progresivos (como el IRPF)
tienen una función redistributiva además de la recaudatoria. Por otro
lado, una imposición directa débil no proporciona recaudación suficiente
para mantener una buena protección social. En todos los países en los
que se ha construido un estado de bienestar sólido, el impuesto sobre la
renta progresivo es la fuente de recaudación más importante, lo que
contribuye decisivamente al consenso social que permite la implantación
generalizada del conjunto de los tributos. Romper estos equilibrios
deslegitima el sistema ante la población y, como consecuencia directa,
hace que aumente la economía sumergida, sin derechos para las personas
trabajadoras y sin posibilidad de control sobre los productos y
servicios por parte de la ciudadanía. Los datos disponibles sobre el
fraude fiscal en España confirman que en el periodo 2003-2012 ha
aumentado. La pérdida de recaudación consiguiente al aumento de la
economía sumergida conduce a ulteriores recortes, que profundizan la
deslegitimación; y así sucesivamente. Esta es la espiral perversa en la
que nos encontramos.
7.- Es falso que el aumento del IVA pueda
compensar el descenso en recaudación originado por las rebajas de IRPF y
cotizaciones sociales empresariales. En los países en los que los
impuestos sobre el consumo tienen más protagonismo que los impuestos
directos, la recaudación total en términos del PIB es mucho menor,
precisamente debido al gran peso de la economía sumergida. De hecho, la
última subida del IVA en España (tipo general del 18% al 21%, tipos
reducidos del 8% al 10%, en Septiembre de 2012) tuvo un efecto negativo
sobre el consumo declarado, y cabe sostener que una parte de esa
reducción se debe al aumento de la economía sumergida. La recaudación
aumentó, pero solo ligeramente si tenemos en cuenta la subida del IPC.
Contra estas evidencias, la Comisión Europea, el Gobierno y los
“Expertos” continúan barajando la posibilidad de aumentar el peso
relativo del IVA frente al de los impuestos directos.
8.- Es falso que una reducción
generalizada de los impuestos sobre la renta, de sociedades y de las
cotizaciones empresariales sea necesaria para el crecimiento económico.
Al contrario, es muy perjudicial. No son los impuestos sino otros
factores los que han hecho desmoronarse la actividad productiva en
España, entre los que destacan las burbujas financiera e inmobiliaria y,
posteriormente, la falta de crédito a las empresas y el derrumbe de la
demanda interna (consumo), tanto de las familias como de las
Administraciones Públicas. Con altos índices de desempleo, reducciones
salariales, inestabilidad laboral y recortes en los servicios públicos y
prestaciones sociales, las familias tienen menor renta disponible y,
las que pueden, aumentan el ahorro en previsión de futuras necesidades
familiares y contingencias no cubiertas por el aseguramiento público.
Quienes propugnan recortes sociales con la excusa de contener el déficit
público son los mismos que también reclaman estas reducciones de
impuestos, lo que provoca disminuciones en la recaudación, agravando el
problema del déficit. Y así sucesivamente.
El mantra neoliberal según el cual las
empresas producirían más si los costes laborales fueran más bajos, y las
familias consumirían más si bajaran los impuestos sobre la renta,
ignora interesadamente todos estos factores y no aporta pruebas
empíricas. Y es que las pruebas empíricas existentes van en sentido
contrario: los países más competitivos y los que están menos afectados
por la actual crisis son los países nórdicos, donde el estado del
bienestar es más sólido y el mercado de trabajo más estable, por
supuesto con una mayor presión fiscal.
9.- En particular, la tarifa plana de 100
euros de cotización empresarial para los nuevos contratos puede causar
estragos en el mercado laboral, en la vida de las personas y en la
sociedad en su conjunto. Además de originar pérdidas importantes de
recaudación y despidos de personas productivas (como consecuencia de la
sustitución de unos tipos de contratos por otros más baratos), supone un
incentivo a las jornadas laborales largas, en un país que ya es uno de
los europeos con mayor número de horas trabajadas por persona empleada a
tiempo completo. España necesita urgentemente medidas para la reducción
y racionalización de horarios, empezando por la reducción de la jornada
laboral máxima para hacerla compatible con la vida familiar y personal y
para repartir el empleo. No hay ninguna razón para esa tarifa plana,
una medida irresponsable y sin precedentes en las economías avanzadas.
Este elemento se une a la eliminación de restricciones a las horas
extraordinarias en los contratos a tiempo parcial por la Reforma Laboral
de 2012.
10.- Por encima de los argumentos
supuestamente técnicos, todas estas operaciones tienen una intención y
unos efectos muy claros. En primer lugar, que las rentas altas y los
grandes capitales paguen cada vez menos impuestos. Hasta las rebajas
generalizadas del IRPF son más importantes para las rentas altas. En
segundo lugar, según se recortan las prestaciones y los servicios
públicos aumenta el negocio de los servicios privados. Este negocio está
potenciado por las privatizaciones de los servicios públicos, pero
también, y muy importante, por los recortes sociales y la falta de
atención a las necesidades básicas de la población. Por ejemplo, a la
vez que se rebajan las pensiones y se paraliza la creación de sistemas
públicos de atención a la dependencia, avanzan los planes de pensiones y
los seguros de dependencia privados, que aún son incipientes en nuestro
país.
11.- En cuanto a política familiar, la
única recomendación de la Comisión de Expertos y del Gobierno es la de
mantener o aumentar la desgravación para mujeres con hijos/as menores de
tres años (actualmente llamada “deducción por maternidad” (2), según el
Ministro Montoro como una medida para proteger “a los más débiles, a la
mujer y a la familia”; y según el informe de la Comisión de Expertos en
consideración a que “los niños…. representan de por sí una importante
carga de trabajo para las madres”.
En la realidad, estas desgravaciones
están muy lejos de solucionar los problemas a los que se enfrentan las
mujeres trabajadoras que quieren tener descendencia sin perder su
inserción en el empleo y sus posibilidades de desarrollar una carrera
profesional: ¿cómo alguien puede pensar que con un máximo de 100 euros
al mes se puede suplir la carencia de escuelas de educación infantil
pública, el déficit de permisos para los padres (con su consiguiente
falta de implicación en el cuidado) y la incompatibilidad de los
horarios a tiempo completo con la vida de cualquier persona, no digamos
ya de padres y madres? 100 euros al mes para la madre no resuelven estos
problemas de las familias pero tienen un efecto perverso: refuerzan la
creencia según la cual las criaturas son responsabilidad exclusiva de
las madres.
12.- Las familias reales se enfrentan a
enormes problemas: el padre (o la ‘otra persona progenitora’) no puede
iniciarse adecuadamente en el cuidado de sus bebés porque, a pesar de
ser el permiso de paternidad una prestación contributiva de la Seguridad
Social, solo dura las 2 primeras semanas (la octava parte que el de la
madre biológica, que es de 16 semanas). Los servicios públicos de
educación infantil son escasos. Los horarios de trabajo a tiempo
completo son excesivamente largos e incompatibles con el cuidado. Estos
problemas se agravan en el caso de las familias monoparentales y cuando
existen en la familia otras personas dependientes a las que cuidar. De
nada de todo esto trata el informe de la Comisión de Expertos ni las
declaraciones gubernamentales sobre la reforma fiscal efectuadas hasta
el momento.
13.- Sorprendentemente ni la Comisión de
Expertos ni el Gobierno mencionan la actual tributación conjunta de los
matrimonios (3). La desgravación por tributación conjunta de los
matrimonios es regresiva, pues por su carácter de reducción de la base
imponible es creciente con el nivel de renta. Para las mujeres casadas
con hombres de rentas medias y altas, esta desgravación es un incentivo
más a la permanencia en el hogar y/o en la economía sumergida. Esto es
así debido a que la familia se beneficia de esta deducción cuando la
mujer no trabaja fuera de casa (y no existe, por tanto, acumulación de
rentas salariales, propiamente dicha). Pero a la hora de decidir si esa
mujer se incorpora o no a un empleo declarado, esa deducción se perdería
o disminuiría, lo que acaba repercutiendo en un aumento de la
imposición efectiva sobre ese posible salario adicional (4). Además, la
tributación conjunta de los matrimonios contribuye a la opacidad de las
rentas individuales ante la Administración Tributaria (ya que en la
declaración solamente se consigna la suma), dificultando la lucha contra
el fraude y minorando la calidad de los estudios estadísticos y
económicos. ¿Cómo es posible que la Comisión de Expertos se olvide de la
tributación conjunta cuando la anterior reforma fiscal ya señalaba
estos problemas y la necesidad de su revisión? (5) Es muy sintomático
que sea ésta, precisamente, la única desgravación importante que la
Comisión de Expertos no cuestiona. Puede que el sesgo patriarcal en la
elección de la comisión explique este olvido.
14.- En consonancia con su carácter
exclusivamente masculino, la Comisión de Expertos refleja en su informe
una idea de la sociedad absolutamente desfasada respecto a la realidad
actual, refiriéndose sistemáticamente a “el contribuyente y su familia” y
considerando a las mujeres como cargas objeto de “exención por
cónyuge”. Sin embargo, las mujeres estamos igualmente capacitadas y
dispuestas que los hombres para ser ciudadanas y contribuyentes de pleno
derecho en función de nuestros propios ingresos. En España somos el 46%
de la oferta laboral (el 46% de las personas ocupadas y el 47% de las
personas paradas); el 50% de las personas contribuyentes individuales;
el 51% de todas las personas con titulación superior. Por otro lado, el
número de padres es aproximadamente igual que el de madres, y los
hombres acogen de muy buen grado las medidas efectivas para su
implicación en el cuidado (6).
Así pues, no necesitamos exenciones
tributarias especiales sino medidas efectivas para la inserción en el
empleo de calidad de todas las mujeres y para la inserción en el cuidado
de todos los hombres. Las actuales desgravaciones y prestaciones
basadas en la condición de esposas y madres (como la reducción en el
IRPF por aportaciones de previsión social a favor del cónyuge, la
desgravación por tributación conjunta de los matrimonios, la
desgravación por maternidad o la pensión de viudedad vitalicia) no
compensan las desventajas que sufren las mujeres. En cambio, sí crean
incentivos adversos a la participación laboral de las mujeres casadas en
el empleo formal, manteniendo a muchas de ellas en la economía
sumergida o dependientes económicamente de sus maridos. A la vez que se
establecen condiciones materiales para la igualdad efectiva, será
necesario, eliminar, para los nuevos matrimonios, todas estas
desgravaciones perjudiciales para la economía real y para la vida de las
personas.
15.- La inclusión generalizada y continua
de las mujeres en el empleo formal a tiempo completo es una gran
asignatura pendiente de nuestro sistema fiscal. Las personas que pierden
su empleo (parcial o totalmente) para dedicarse a tareas de cuidado en
el hogar quedan privadas de ingresos, así como de derechos laborales y
sociales; las empleadas de hogar están por debajo de los estándares
laborales que el Estatuto de los Trabajadores garantiza al resto de
personas empleadas; el empleo a tiempo parcial al que se ven abocadas
muchas mujeres es, en general, precario. Para acabar con esta gran
injusticia social, la única solución es sacar a la luz todo ese trabajo,
actualmente sumergido en gran medida, y ello significa actuar en dos
direcciones: 1) reconvertir buena parte de los empleos domésticos en
empleos en el sector público de cuidados; y 2) poner las condiciones
para que ninguna persona tenga que renunciar a su empleo, a sus ingresos
y a sus derechos.
Es necesario, por tanto, universalizar
los servicios públicos de educación infantil y de atención a la
dependencia; conceder a los hombres derechos para el cuidado (empezando
por los permisos de paternidad iguales a los de maternidad,
intransferibles y pagados al 100%); reducir la jornada legal máxima; y
eliminar los incentivos a la permanencia de las mujeres en el hogar o en
la economía sumergida (entre ellos la tributación conjunta de los
matrimonios). Estas medidas ya reducirían por sí mismas la pobreza
infantil, pero deberían complementarse, además, con el establecimiento
de importantes prestaciones universales por hijos/as, reforzadas en el
caso de familias monoparentales.
16.- La expansión del estado del
bienestar a toda la población y a las nuevas necesidades mencionadas,
además de una cuestión de justicia elemental, es un factor decisivo para
la recuperación económica. Supondría un aumento del consumo público
necesario para crear empleos y reducir el alto desempleo estructural en
España, relacionado en gran medida con el déficit social. Cabe sostener
que el consumo privado también aumentaría si la población tuviera
más empleos estables y una cobertura pública de las necesidades y de los riesgos. La incorporación de las mujeres al empleo a tiempo completo durante toda su vida aumentaría la renta disponible de las familias y la seguridad asociada a la existencia de dos personas sustentadoras en muchas de ellas. Esta incorporación femenina va indisolublemente unida a una importante reactivación del sector servicios para satisfacer la demanda no cubierta en la economía familiar. El crecimiento económico asociado a estas actividades sería beneficioso para la población, al contrario que la producción de bienes depredadores del medio ambiente.
más empleos estables y una cobertura pública de las necesidades y de los riesgos. La incorporación de las mujeres al empleo a tiempo completo durante toda su vida aumentaría la renta disponible de las familias y la seguridad asociada a la existencia de dos personas sustentadoras en muchas de ellas. Esta incorporación femenina va indisolublemente unida a una importante reactivación del sector servicios para satisfacer la demanda no cubierta en la economía familiar. El crecimiento económico asociado a estas actividades sería beneficioso para la población, al contrario que la producción de bienes depredadores del medio ambiente.
La consiguiente reducción de los
estereotipos de género sería un factor decisivo para la lucha contra la
segregación sexual del mercado de trabajo: permitiría una asignación más
eficiente de los recursos en la elección de estudios o profesiones y en
las decisiones de participación en el mercado de trabajo, así como en
la selección laboral por parte del empresariado. A estas ganancias en
eficiencia hay que añadir las derivadas del aprovechamiento del capital
cuidador de los hombres, hasta ahora en gran medida despilfarrado.
17.- Los problemas de bajísima fecundidad
y altísima pobreza infantil (dos caras de la misma moneda) adquieren en
nuestro país dimensiones catastróficas y exigen respuestas inmediatas.
Para solucionarlos es necesario abandonar las tradicionalmente llamadas
“políticas natalistas”, inspiradas en la idea obsoleta de que la
fecundidad aumentará con medidas incentivadoras de la retirada (parcial o
total) de las mujeres del empleo, como son las excedencias, los
derechos a reducciones de jornada y otras prestaciones para el cuidado
en el hogar. Estas políticas “natalistas” han mostrado su total
ineficacia en España y en otros países, como Alemania e Italia (que
están entre los que presentan menores tasas de fecundidad de Europa),
pues las mujeres no deciden masivamente tener criaturas si ello les
obliga a elegir entre maternidad e inserción continuada en el empleo de
calidad. Los países nórdicos, en cambio, muestran que la fecundidad
aumenta, y la pobreza infantil disminuye, con un sistema que permite a
las mujeres trabajadoras ser madres sin arriesgar su inserción y
promoción laboral; y a los padres trabajadores cuidar a sus criaturas en
pie de igualdad con las mujeres. Este sistema favorecería la formación
del capital humano y reduciría la actual segmentación laboral existente
en nuestro país. En definitiva, favorecería el avance a una sociedad más
integrada y a una economía sostenible.
18.- Nuestro país necesita reformas
profundas que permitan que todo el capital productivo y cuidador de
hombres y mujeres se desarrolle por igual. Afortunadamente esas reformas
van en el sentido de amparar a todas las personas, sin excepción, en
cuanto a derechos elementales se refiere: derecho a una vida libre de
violencia, a un salario digno que asegure la independencia económica, a
una pensión digna, a la atención en caso de dependencia, a la libertad y
a la posibilidad material para tener criaturas, o no tenerlas, sin
renunciar a los demás derechos. Para todo ello, la primera condición es
el mantenimiento y ampliación del sistema de protección social
existente; y la segunda la eliminación de los sesgos de género que aún
contiene. Se trata de alcanzar un sistema en el que todos y todas
(también las mujeres) estemos incluidas por igual en el sistema general
de derechos y en el que sean satisfechas las verdaderas necesidades de
todas las personas y todo tipo de familias.
19.- Somos conscientes de que las
reformas estructurales de los sistemas de impuestos, prestaciones y
servicios públicos, así como de las políticas de mercado de trabajo, no
son suficientes por sí solas sino que deben ir acompañadas por reformas
en muchos otros ámbitos. Igualmente, sabemos que muchas de las reformas
necesarias deben tener alcance internacional. Es por ello necesario que
desde la ciudadanía impulsemos un pacto europeo, en torno a estos y
otros ejes de cambio social, que nos permita configurar una sociedad más
justa y un modelo económico verdaderamente sostenible.
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(1) LO 3/2007, Artículo 16. Nombramientos
realizados por los Poderes Públicos. Los Poderes Públicos procurarán
atender al principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en
los nombramientos y designaciones de los cargos de responsabilidad que
les correspondan.
(2) Mediante la deducción en la cuota por
maternidad, existente desde 2003, se reintegran a la trabajadora todas
las cotizaciones pagadas a la Seguridad Social por su trabajo (su parte y
la de la empresa) hasta una cuantía máxima de 1.200 euros anuales. Su
ámbito subjetivo está formado por las mujeres con hijos menores de tres
años con derecho a la aplicación del mínimo por descendientes que
realicen una actividad por cuenta propia o ajena, siempre que estén
dadas de alta en el régimen correspondiente de la Seguridad Social o
Mutualidad. Puede solicitarse de forma anticipada y cobrarse
mensualmente.
3 A pesar de que esta deducción origina
un gasto fiscal (esto, una pérdida de recaudación) superior a los 3.000
millones de euros anuales, solamente superado en cuantía por el de la
reducción general en los rendimientos del trabajo, siendo incluso mayor
que la reducción en la base imponible por aportaciones a sistemas de
previsión social (ver la Memoria de Beneficios Fiscales 2014 (MBF.- que
solo computa la parte estatal) en http://www.sepg.pap.minhap.gob.es/Presup/PGE2014Proyecto/MaestroTomos/PGE-ROM/doc/L_14_A_A2.PDF
Actualmente hay 3.161.993 hombres y 459.670 mujeres declarantes que se
benefician de esa desgravación, en la mayoría de los casos por tener un
cónyuge sin ingresos. Una minoría, sobre todo de mujeres, corresponde a
familias monoparentales, aunque la Agencia Tributaria no separa en sus
estadísticas estos dos fenómenos de tan diferente naturaleza: tener un
cónyuge sin ingresos y tener una criatura a cargo en solitario (a ello
hay que añadir que la desgravación en el caso de familias monoparentales
es de 2.150 euros, frente a 3.400 euros en el caso de matrimonio).
(4) Este efecto se produce por la
interacción de esta desgravación con la normativa del IRPF, para lo que
juegan varios factores relacionados y no evidentes a primera vista para
las personas que no conocen a fondo dicha normativa. En líneas generales
el mecanismo opera como sigue: si el nuevo posible salario (el de la
mujer) es bajo, el matrimonio seguirá haciendo la declaración conjunta,
pero entonces se acumulan las rentas de ambos cónyuges y el salario de
la mujer se verá gravado al tipo marginal del marido (que puede llegar
hasta valores cercanos al 50%). Ello se agrava porque en declaración
conjunta la desgravación por rendimientos del trabajo, que es
decreciente con el nivel de renta, se calcula sobre la base imponible
conjunta, por lo que el salario adicional no se beneficia de esa
desgravación o puede incluso originar una disminución de la misma para
el matrimonio. Por otro lado, si el salario de la mujer es alto el
matrimonio pasará a hacer sendas declaraciones individuales, pero en ese
caso perderán la desgravación por tributación conjunta (y también, en
muchos casos, gran parte de la posibilidad de desgravación por inversión
en fondos de pensiones, cuyo tope en declaración conjunta se dobla), lo
que hay que tener en cuenta a la hora de calcular el ingreso adicional
neto de la familia que se derivaría del nuevo salario. En resumen, la
propia existencia de la opción por tributación conjunta, y la
desgravación correspondiente, origina un aumento considerable del tipo
impositivo efectivo sobre el salario de la segunda persona perceptora y,
en consecuencia, opera como un incentivo adverso al empleo formal. Este
incentivo es más importante cuanto mayor es el salario del marido y
cuanto menor es el de la esposa.
(5) Ver Preámbulo de la Ley 35/2006.
(6) El actual permiso de paternidad
intransferible y pagado al 100% de 13 días es disfrutado por el 83% de
los padres con derecho.
—–
Promueven este manifiesto:
Alarcón García, Gloria. Profesora Titular
de Economía Aplicada. Doctora en Derecho. Directora del Observatorio
Fiscal, Universidad de Murcia. Especialista en conciencia fiscal, fraude
tributario y en infraestructuras y género. Integrante del Consejo
Científico de ATTAC-E.
Alvarez Molina, Francisco. Economista. Presidente de Etica Patrimonio.
Benería, Lourdes. Catedrática. Universidad de Cornell (EEUU). Integrante
del Consejo Editorial de las revistas ‘Economia Critica’ y ‘Feminist
Economics’. Integrante del Consejo Científico de ATTAC-E.
Berzosa, Carlos. Catedrático de Economía Aplicada. Universidad Complutense de Madrid .
Braña Pino, Francisco Javier. Catedrático de Economía Aplicada.
Universidad de Salamanca. Su investigación se centra en economía del
sector público y tiene a punto de publicar un libro sobre la fiscalidad
en España, con propuestas de reforma, en la editorial Akal dentro de la
colección “Qué hacemos”.
Carpintero, Oscar. Profesor Titular de Economía. Universidad de Valladolid .
Carrasco Bengoa, Cristina. Profesora Titular de Teoría Económica. Universitat de Barcelona.
Castro García, Carmen. Economista. Investigadora sobre Políticas
Públicas e Igualdad de Género. Integrante de GEP&DO. Activista de la
Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y
Adopción (PPiiNA). Coordinadora del Consejo Científico de ATTAC-E. http://singenerodedudas.com/
Del Río Otero, Coral. Catedrática de Economía Aplicada. Universidade de
Vigo. Su campo de especialización es el estudio de las desigualdades
económicas y las relaciones entre el género y el mercado laboral.
Integrante del Consejo Científico de ATTAC -E.
Delgado, Manuel. Catedrático de Economía Aplicada. Universidad de Sevilla.
Esping Andersen, Gosta. Catedrático de Sociología. Universitat Pompeu Fabra. Su investigación se centra en el estudio de la política social comparada y la estratificación social.
Esping Andersen, Gosta. Catedrático de Sociología. Universitat Pompeu Fabra. Su investigación se centra en el estudio de la política social comparada y la estratificación social.
Esquembre, Mar. Profesora Titular de Derecho Constitucional. Universitat
d’Alacant. Vicepresidenta de la Red Feminista de Derecho
constitucional.
Estrada, Bruno. Director de Estudios de la Fundación Primero de Mayo.
Gálvez Muñoz, Lina. Catedrática de Historia e Instituciones Económicas.
Directora del Master Universitario en ‘Género e Igualdad’. Universidad
Pablo Olavide. Directora del Observatorio de Género sobre Economía,
Política y Desarrollo (GEP&DO). Integrante del Consejo Científico de
ATTAC-E. http://linagalvez.com
Medialdea García, Bibiana. Profesora de Economía Aplicada. Universidad
Complutense de Madrid. Integrante del colectivo Novecento y del Consejo
Científico de ATTAC-E.
Moltó Carbonell, Mª Luisa. Catedrática de Fundamentos del Análisis
Económico. Universitat de València. Directora del IUED (2002-2010).
Directora del Master Universitarios ‘Género y Políticas de Igualdad’
(2006-2013). Integrante del grupo de expertos de la Comisión Europea
‘Género y Empleo’ (1992-2006).
Montero, Alberto. Profesor de Economía Aplicada. Universidad de Málaga.
Montes, Pedro. Economista. Presidente de Socialismo 21.
Muñoz de Bustillo Llorente, Rafael. Catedrático de Economía Aplicada. Universidad de Salamanca.
Naredo, José Manuel. Economista. Profesor ad honorem en la ETS de Arquitectura. Universidad Politécnica de Madrid.
Navarro, Vicenç. Catedrático de Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra.
Pazos Morán, María. Investigadora del Instituto de Estudios Fiscales.
Activista de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de
Nacimiento y Adopción (PPiiNA). Integrante del Consejo Científico de
ATTAC-E. Autora del libro ‘Desiguales por Ley’. http://mariapazos.com
Ruesga Benito, Santos M. Catedrático de Economía Aplicada. Universidad Autónoma de Madrid.
Ruiz Garijo, Merdedes. Profesora Titular de D. Financiero y Tributario.
Universidad Rey Juan Carlos. Responsable del Observatorio de Políticas
Públicas y Mujeres Emprendedoras http://www.emprendedoras.fcjs.urjc.es
Sánchez Mato, Carlos. Economista. Presidente de ATTAC-Madrid.
Sanjosé Serrán, Begoña. Licenciada en Derecho, Secretaria-Interventora
de Administración Local y activista del Fórum de Política Feminista.
Sarasúa García, Carmen. Profesora Titular de Historia Económica. Universitat Autònoma de Barcelona.
Sevilla Merino, Julia. Profesora Titular de Derecho Constitucional y
letrada de las Cortes valencianas (jubilada). Presidenta de la Red
Feminista de Derecho Constitucional.
Torres López, Juan. Catedrático de Economía. Universidad de Sevilla.
Integrante del Consejo Científico de ATTAC-E y de GEP&DO. http://juantorreslopez.com
Ventura Franch, Asunción. Profesora de Derecho Constitucional y
Vicepresidenta de la Fundación Isonomia. Universitat Jaume I de
Castelló.
Adhesiones:
Enviar nombre completo, y breve reseña de perfil profesional-social al correo: reformafiscalequidad@gmail.com
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