Publicado en Periódico Diagonal, nº100 del 16 al 29 de Abril 2009
Crisis económica y respuesta popular
El Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión
plantea tres clases de medidas contra la crisis.
Lluís Rodríguez, Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA).
Seguramente uno de los aspectos
de la crisis más controvertidos
y debatidos son
las respuestas que se puede
dar a la misma desde la clase trabajadora
organizada y los movimientos
sociales. Las causas de la crisis son
complejas pero están claras. Por una
parte, una caída de la rentabilidad
del capital productivo y un desplazamiento
de las inversiones hacia un
sector financiero desregulado y volátil.
Por otra parte, ya en el Estado español
tenemos una caída del salario
real agudizada por el incremento salvaje
de los precios, así como un crecimiento
desproporcionado de un
sector clave en la economía como es
la construcción, fruto de una estructura
productiva desequilibrada con
ínfimo peso de la industria. Es en base
a estos parámetros que se puede
buscar una respuesta a la crisis.
Desde el Instituto de Ciencias Económicas
y de la Autogestión creemos
que el ajuste de la crisis no tenemos
que pagarlo los trabajadores. En esta
línea lanzamos una serie de propuestas
para resolver la crisis a nuestro
favor, dirigidas a que sirvan de guía
de acción para sindicatos combativos
y movimientos sociales.
Tres tipos de medidas
De entrada creemos que, como afectados
por la crisis, es necesario asesorarse
bien y organizarse para hacer
frente a las consecuencias de la
crisis. La búsqueda de soluciones individuales
y la división de los trabajadores
sólo favorecen los intereses
de los capitalistas. Nuestras propuestas
se establecen en torno a tres ejes
que podemos denominar como reformistas,
progresivas y transformadoras
para ser aplicadas según la correlación
de fuerzas. Las medidas
reformistas se plantean como una
forma de poner en jaque al Estado,
para que se posicione y se adopten
medidas a favor de la clase trabajadora
después de tantos años adoptándolas
en su contra. Estas medidas
persiguen la redistribución de la renta
y el aumento de la protección social.
Un ejemplo de medidas reformistas
es incrementar los impuestos
a los empresarios y a los ricos.
Las medidas progresivas persiguen
fortalecer la posición del movimiento
obrero en general, y de los
sindicatos asamblearios en particular,
cuestionando las estructuras
jerárquicas de las demás organizaciones
sindicales y favoreciendo el
funcionamiento mediante asambleas
y con un control permanente de
las bases. Un ejemplo de estas medidas
sería la eliminación de las ETT y
el establecimiento de bolsas de trabajo
controladas por los sindicatos.
Por último, las medidas transformadoras
van encaminadas a sustituir
la gestión a manos de los capitalistas
y del Estado por otra dirigida
por los trabajadores y la sociedad.
Un ejemplo de medidas transformadoras
sería la ocupación y autogestión
de empresas ante un cierre.
Nuestras propuestas así, se englobarían
en seis ámbitos que consideramos
fundamentales para plantar
cara: libertad sindical, paro, control
de precios, redistribución de la renta,
recuperación económica y gasto público.
Por último, entendemos que
aunque es necesario hacer propuestas
hoy para resolver la situación de
la mejor forma posible para los trabajadores,
la única forma de acabar
con la explotación, las clases sociales
y las crisis económicas, es acabar con
el capitalismo. Por lo tanto, estas medidas
progresivas y transformadoras
tienen que ser impuestas a la patronal
según la correlación de fuerzas,
sin perder nunca de vista el objetivo
final de sustituir el capitalismo por
un sistema económico basado en la
autogestión obrera y social.
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