jueves, 10 de mayo de 2018

[Manifiesto] Participación de l@s trabajador@s en las empresas: trazando una nueva senda para Europa


trazando una nueva senda para Europa

[Trazando una nueva senda para europa, eldiario.es]
[La CES lanza la campañá "Más democracia en el trabajo"]

Algo se ha torcido en la Unión Europea. Cuatro ejemplos dan testimonio de esta disfunción. ¿Cómo justificar que se haya permitido el desarrollo de cientos de miles de empresas ficticias, cuando el objetivo de dichas empresas “fantasma” no es otro que el evadir impuestos y normas laborales? ¿Cómo explicar que las decisiones del Tribunal Europeo de Justicia autorizaran la restricción de derechos fundamentales de las/os trabajadoras/es para apoyar estrategias empresariales cuyo único objetivo era eludir la protección de los empleados y las empleadas? ¿Cómo es posible que revelaciones recurrentes como las realizadas por los Papeles de Panamá y los Papeles del Paraíso queden sin consecuencias, mostrando la incapacidad de la UE para evitar la elusión fiscal por parte de personas adineradas y de las grandes empresas? Finalmente, ¿cómo podemos aceptar que, a pesar de grandes escándalos como el colapso de la fábrica Rana Plaza en Bangladesh, muchas empresas sigan haciendo la vista gorda ante proveedores que ignoran los derechos sociales, ambientales y humanos más básicos?

La Comisión Europea ha promovido la teoría de la “primacía accionarial”, mientras la economía real y las/os trabajadoras/es eran olvidados en el proceso. Como resultado, los beneficios empresariales vienen creciendo a expensas de los salarios desde los años noventa. Esto no tiene sentido. Las/os trabajadoras/es son parte integrante y central de las empresas: los accionistas aportan capital, pero las/os trabajadoras/es contribuyen con su tiempo, habilidades y vida. Por eso, es hora de revisar la situación de las/os más de 140 millones de empleadas/os que trabajan en empresas en la UE. Las elecciones al Parlamento Europeo se celebrarán dentro de un año, y deseamos marcar el paso de cara al próximo debate.

Estamos firmemente convencidas/os de que es vital que las siguientes cinco reformas se lleven a cabo:

- Elegir la economía real. Deben imponerse fuertes restricciones a las empresas ficticias y a los traslados de sede social: debe autorizarse el registro a las empresas solo en el país donde tengan actividades comerciales reales. Deberían también establecerse normas para evitar que las empresas puedan eludir el pago de impuestos allí donde crean el valor real, incluyendo en particular un sistema de información pública país por país, una base impositiva armonizada y una política de ‘tolerancia cero’ para todos los paraísos fiscales.

- Crear una autoridad independiente sobre movilidad de las/os trabajadoras/es. Suficientemente dotada de personal y financiación. Esta autoridad debe tener poderes efectivos, en particular para proponer y hacer cumplir las normas que protegen a las/os trabajadoras/es de la UE cuando se requiera coordinación a nivel comunitario.

- Fortalecer la participación de las/os empleadas/os en las empresas. Las/os empleadas/os deberían tener derecho a elegir representantes en los consejos de administración de las empresas, como ya es el caso en 18 de los 28 Estados miembros y en el 44% de las empresas más grandes de la UE. Para los países que integrasen este nuevo derecho, esto debería hacerse de acuerdo con sus tradiciones y prácticas de relaciones industriales. En términos generales, los derechos de los sindicatos y de los comités de empresa también deberían mejorarse.

- Crear un deber de vigilancia en relación a (empresas) subcontratistas. Las nuevas reglas deben obligar a las grandes empresas a cuidar y responsabilizarse de toda su cadena de suministro a fin de evitar la violación de derechos humanos y sociales básicos por parte de sus subcontratistas.

- Crear un marco de información vinculante adaptado a los desafíos del siglo XXI. Las normas contables no deberían dejarse en manos de un organismo privado (el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad) principalmente interesado en el valor para el accionista; deben tener en cuenta la sostenibilidad. Deben seguir desarrollándose informes extra-financieros que proporcionen más transparencia en asuntos sociales y medioambientales, incluidas las cuestiones de igualdad de género, que deben abordarse de manera mucho más enérgica.

Las reformas mencionadas no son exhaustivas, pero muestran la dirección que deberían tomar las nuevas medidas: las/os trabajadoras/es de la UE no deben quedar fuera de la construcción de la UE por más tiempo. Estas vitales reformas -que sientan las bases de nuevos derechos, y obligaciones para las empresas- proporcionan una impronta para un nuevo modelo europeo a la vez capaz de aunar a Estados cuyos derechos están demasiado fragmentados, y de distinguirnos de los modelos anglosajones y del capitalismo asiático. Este nuevo modelo europeo se basa en el legado de un humanismo que ha de convertirse en una fuerza en la globalización. ¡

Ha llegado la hora del cambio!

Algunos de los firmantes europeos son: 

Luca Visentini (ETUC SG), Peter Scherrer (ETUC deputy SG), the German DGB (Reiner Hoffmann, President), the Italian CGIL (Susanna Camusso, GS), the Spanish CCOO (Unai Sordo, GS), UGT (Pepe Álvarez), ELA (Adolfo Muñoz "Txiki"), the UK TUC (Frances O’Grady),  the French CFDT, CFE-CGC, UNSA, CFTC and a CGT federation, and SGs or Presidents of leading trade unions in other countries such as Switzerland, Portugal, Austria, Luxembourg and Bulgaria. It also has the support of Emilio Gabaglio, former ETUC General Secretary, and John Monks, former General Secretary TUC and ETUC, Member of House of Lords. Regarding politicians, it has the support of Enrico Letta (former prime minister of Italy), several MEPs (including Thomas Händel, chair of the European Parliament Committee on Employment and Social Affairs and Elmar Brok, former chairman of the European Parliament Committee on Foreign Affairs) and several MPs in various countries. Udo Bullmann (President of the S&D group in the European Parliament) has signed and circulated the Appeal to all S&D MEPs, proposing them to sign it. Many academics have signed it, including Sigurt Vitols (Germany), Thomas Piketty and Robert Boyer (France), Simon Deakin and Andrew Johnston (United Kingdom), Isabelle Ferreras (Belgium) and Adalberto Perulli (Italy).

Otros firmantes españoles:

Marcos de Castro Sanz. Ex Presidente de Cepes.  promotor Plataforma por la Democracia Económica;

Ignacio Muro Benayas Vocal de Economistas Frente a la crisis. Profesor Comunicacion univ Carlos III, promotor Plataforma por la Democracia Económica

Cristina Faciaben, Confederal Secretary for International and Cooperation in CCOO;

Begoña del Castillo, coordinator for European affairs at CCOO;

Miguel Martinez Lucio, Profesor titular en Work and Equalities Institute (University of Manchester);

Paloma López Bermejo, Eurodiputada en el Parlamento Europeo (GUE/NGL);

Ricard Bellera i Kirchhoff, Presidente del Comité de Coordinación de los Consejos Sindicales Interregionales Europeos (ETUC);

Sara Lafuente Hernández, Investigadora en el Instituto Sindical Europeo (ETUI) promotora Plataforma por la Democracia Económica;

Jose Angel Moreno. vicepresidente Economistas Sin Fronteras, promotor Plataforma por la Democracia Económica;

Jose Carlos Gonzalez, sindicalista de CCOO, promotor Plataforma por la Democracia Económica;

Bruno Estrada, economista, adjunto al SG de CCOO, promotor Plataforma por la Democracia Económica;

Félix Garcia Moriyón. Profesor honorario. UAM, promotor Plataforma por la Democracia Económica;

Diego Santos, economista;

Juan A. Gimeno Ullastres, catedrático de universidad y miembro del Patronato de Economistas sin Fronteras;

Miguel Moreno Torres, periodista y miembro de Economistas sin Fronteras;

Eusebio Pérez Viñas, sociólogo, experto en gestión y administración de empresas.

martes, 3 de octubre de 2017

Sindicalismo de contrapoder y autogestión

Reproduzco a continuación el artículo publicado en el blog Radicales Libres del Diario Público.

Asimismo ha sido reproducido en Borroka Garaia da! , Gune Ekosozialista , Viento Sur , Rebelion


Una de las cuestiones que creo suscita más interés en el debate de la renovación sindical, se refiere a la mirada respecto la capacidad de las organizaciones sindicales de favorecer el cambio socioeconómico. El sindicalismo puede y debe influir en la determinación de las políticas económicas, industriales y laborales, a la vez que puede y debe promover procesos de democratización en las empresas y la economía como parte de esa lucha de clases, de esa lucha de poder entre el trabajo y el capital o su eslabón dirigente, por el control de los medios de producción y la distribución de los excedentes económicos. Asimismo, esa lucha puede y debe permitir avanzar en los pasos necesarios para la transformación del modelo económico capitalista imperante en otro socialista autogestionario que sea más eficiente, justo y democrático.


En esa clave, vale la pena mirar los puntos en común entre el sindicalismo, la economía social y la orientación de cambio económico autogestionario que ambos instrumentos y movimientos pueden promover.

El sindicalismo puede y debe influir en la determinación de las políticas económicas, industriales y laborales, a la vez que puede y debe promover procesos de democratización en las empresas y la economía

El análisis de las interrelaciones entre sindicalismo y economía social debe empezar por remarcar la importancia de la economía social a la hora de prefigurar la economía que necesitamos la clase trabajadora a la vez que de establecer esas alternativas hoy mismo. Una transformación real y profunda del sistema económico capitalista por otro autogestionario necesariamente pasará por el impulso de muchas experiencias concretas y la integración de las mismas sustentadas en experiencias previas de cooperativismo y economía social [1].


Más allá de los grandes relatos, el cooperativismo y  la economía social en relación al movimiento sindical, ha sido una forma de generar autoocupación, ya sea en contextos de crisis empresarial con despido colectivo o cierre de empresa, ya sea en contextos de desempleo masivo dónde la patronal castiga la militancia sindical y la autoocupación se torna como alternativa imprescindible.


Asimismo la economía social se puede orientar a apoyar luchas sindicales, cómo el caso de la cooperativa de finanzas Coop57 ejerciendo como caja de resistencia para la huelga [2] en apoyo, entre otros, del conflicto de las empresas subcontratadas por Telefónica, un conflicto con una acción sindical diferente a la habitual tanto por los actores cómo los contenidos reivindicativos y los métodos de lucha [3]


A la inversa, el sindicalismo es clave para la economía social al sostener unos valores y prácticas que hacen de contrapeso a la dinámica que se genera por su inserción en una economía capitalista: la negociación colectiva de referencia permite una guía de mínimos en lo concreto de las relaciones laborales y condiciones de empleo en la economía social. Sucede lo mismo con la disputa por el salario social, indirecto -sanidad, educación- y diferido -pensiones, subsidio de desempleo, etc.- que afecta a toda la clase trabajadora incluidas cooperativistas o participantes de la economía social. El sindicalismo cómo organización de masas incide en ese ámbito en apoyo a las redes de economía social y transformadora.


Por último, desde una perspectiva de transformación social no todas las empresas pueden ser cooperativizadas o transformadas en modelos de economía social a corto plazo (por su tamaño, por las relaciones de poder social interno o de mercado externo imperantes, etc.), por lo que se requiere de un fuerte sindicalismo de contrapoder con capacidad de ejercer un control sindical y económico en toda la estructura empresarial y productiva para reorientar el modelo económico y social.


lunes, 11 de septiembre de 2017

Autogestión y sindicalismo de contrapoder


El análisis de las interrelaciones entre sindicalismo y economía social y cooperativa debe empezar por remarcar la importancia de la economía social a la hora de prefigurar la economía que necesita la clase trabajadora, y a la vez tiene que establecer alternativas hoy mismo. Una transformación del sistema económico necesariamente pasará por el impulso de muchas experiencias concretas y la integración de las mismas que se sustentarán en modelos de cooperativismo y economía social. 


El cooperativismo y la economía social son también formas de generar autoocupación, sea en contextos de crisis empresarial, que en el marco del conflicto capital/trabajo puede desembocar en un cierre de empresas, sea en contextos de desempleo masivo en que la patronal castiga a la militancia sindical y la autoocupación se torna una alternativa imprescindible. 

Asimismo, la economía social se puede orientar a apoyar luchas sindicales, cómo el caso de la cooperativa de finanzas Coop57 ejerciendo como caja de resistencia en apoyo al conflicto de las empresas subcontratadas por Telefónicaen Bizkaia en 2015. 

Por otra parte, el sindicalismo es clave para la economía social al sostener valores y prácticas que no deben abandonarse pese a la dinámica que se genera por la inserción en una economía capitalista: la negociación colectiva de referencia permite una guía de mínimos en lo concreto de las relaciones laborales y condiciones de empleo en la economía social. Sucede lo mismo con la disputa por el salario social, indirecto -sanidad, educación- y diferido -pensiones, subsidio de desempleo, etc.-, que afecta a toda la clase trabajadora incluidas cooperativistas o participantes de la economía social. El sindicalismo como organización de masas incide en ese ámbito en apoyo a las redes de economía social y transformadora. 

Por último, desde una perspectiva de transformación social no todas las empresas pueden ser cooperativizadas o transformadas en modelos de economía social a corto plazo (por su tamaño, por las relaciones de poder social interno o de mercado externo imperantes, etc.), por lo que se requiere de un fuerte sindicalismo de contrapoder con capacidad de ejercer un control sindical y económico en las empresas capitalistas para orientarse a otro modelo económico y social.

 

Del sindicalismo de contrapoder a la economía social
 
La acción sindical cotidiana, la de las secciones sindicales en los procesos de negociación colectiva, tiene muchos de los valores y fundamentos de la economía social y cooperativa. Los procesos de militancia sindical orientados a la expansión de derechos sociolaborales se cimientan en una adecuada recopilación de información económico-financiera, productiva y laboral de las empresas para sustentar los procesos negociadores, en una colectivización entre las plantillas de las reivindicaciones dirigidas a los empresarios y la patronal, así como en la articulación de fórmulas solidarias de acción colectiva y huelga indefinida con apoyo de caja de resistencia que es, sin lugar a dudas, un mecanismo financiero colectivo de solidaridad sindical. Ese poder sindical,como herramienta democratizadora de una empresa o sector, es la antesala a modelos de economía social y democracia económica. 

Esto, si cabe, es más evidente en procesos de reestructuración y crisis empresarial en que la recuperación de empresas para su posterior laboralización o cooperativización se torna una acción estratégica imprescindible para defender las condiciones y el nivel de empleo así como la estructura industrial del país, precisamente cuando los poderes político y económico están promoviendo todo lo contrario. Ahí la práctica sindical previa es imprescindible para acometer con garantías dichas experiencias. Parte de esa oposición y asesoramiento sindical y de los economistas de sindicatos de alternativas en procesos de reestructuración empresarial se circunscribe a la búsqueda y evaluación de las condiciones de viabilidad de inversores industriales frente a los financiero-especulativos que permitan recapitalizar las empresas en crisis para mantener o relanzar la producción, o alternativamente promover la transformación en empresas de economía social como sociedades laborales o cooperativas. La cuestión no tiene solo una dimensión micro, sino también macro, de modelo social y económico.
 
Del contrapoder sindical a la autogestión económica
 
¿Cómo puede el sindicalismo ayudar a construir otro modelo económico y social? Sin duda el núcleo vertebrador de la acción sindical es la negociación colectiva. Dos ideas al respecto. 

Por un lado, es fundamental la orientación de la política sindical y los contenidos sustantivos de negociación colectiva hacia objetivos de política económica de altos salarios y pleno empleo. Las dos reivindicaciones clave del movimiento sindical vasco, como salario mínimo de 1200 euros mensuales y jornada laboral máxima de 35 horas semanales, deben integrarse para mejorar las condiciones de vida con la generación y reparto del empleo, además de devenir en mecanismo de política industrial. 

Por otro lado, la introducción de contenidos de negociación colectiva instrumentales de control sindical económico en las empresas y sectores, esto es, promover la democracia económica en las empresas capitalistas con ampliación de derechos de información, consulta y control sindical de los procesos productivos, de inversión y posterior generación de empleo. Esta mirada hacia los contenidos instrumentales de la negociación colectiva permite avanzar hacia una mayor capacidad de control de los procesos de inversión, producción y distribución. Asimismo un mayor control sindical de la producción y finanzas empresariales permite limitar el fraude económico, fiscal y a la seguridad social en los que incurren las empresas capitalistas, cuyos impactos sociales son demoledores tal como vienen exponiendo estudios realizados por expertos economistas desde la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) para Euskadi, representando alrededor del 17,4% del PIB de la comunidad.

Por otra parte, la participación sindical en aspectos de política económica, industrial o fiscal se ha venido canalizando históricamente en el denominado “diálogo social”, los procesos de “concertación social” entre sindicatos, patronales y gobiernos. Pero estos procesos han demostrado limitaciones en cuanto a una efectiva influencia sindical en dichas materias y contraindicaciones al dar aval sindical a políticas públicas neoliberales, unido a una dependencia financiera de los propios sindicatos que han entrado en este tipo de procesos de concertación. 

Algunas vías de intervención alternativas exploradas por el sindicalismo europeo pasan por incrementar la antedicha participación y control sindical de los procesos productivos, económicos y de inversión en empresas y sectores en la negociación colectiva, lo que supone sin duda un elemento configurador del poder en las relaciones laborales hacia una nueva democracia industrial con participación de las personas trabajadoras. 

Su aplicación en el Estado español puede pasar a corto plazo por esa ampliación de los derechos sindicales de información, consulta y participación, vía cambio legislativo o en la negociación colectiva, en materias contable, mercantil y económica, productiva, organizativa y laboral. En relación a la inversión, como variable clave por determinar el nivel de producción y empleo así cómo su orientación sectorial o de actividad, históricamente la propuesta de implantación de Fondos de Inversión de Asalariados ha sido una vía para influir, desde el sindicalismo, en este elemento de política industrial. 

En el ámbito vasco empiezan a elaborarse reflexiones en este sentido desde el EKAI Center, vinculando relaciones laborales, democracia económica y modelo de desarrollo, con el análisis de algunas experiencias europeas de relaciones laborales, inversiones, desarrollo tecnológico, asignación de ganancias y formación, abordando especialmente las relaciones laborales de empresa y el desarrollo económico

Euskal Herria tiene un privilegiado potencial, fraguado en décadas de luchas obreras y construcción de alternativas económicas con un asentado cooperativismo, para la configuración de un potente marco autónomo de economía autogestionaria y lucha de clases. En el marco de esa confrontación por el desacuerdo con el funcionamiento del sistema capitalista y como expresión de la conciencia colectiva de la clase trabajadora vasca, es imprescindible dirigirse a una sociedad de personas y pueblos libres articulada mediante un socialismo en el que los medios de producción, de consumo y de cultura estén en manos y al servicio de las personas trabajadoras, en una auténtica democracia económica. Ello pasa necesariamente por que el movimiento obrero y sindical establezca fuerte conexión entre la acción sindical y los procesos dirigidos a la socialización de los medios de producción y consumo, además de una alianza permanente entre la economía social y el sindicalismo de contrapoder. 

En palabras del sindicalista irlandés James Connolly, en un artículo de 1908 titulado Sindicalismo industrial y socialismo constructivo,“[…]a la vez que incrementa el poder de resistencia del trabajador contra los abusos actuales de la clase capitalista, lo familiariza con la idea de que el sindicato que contribuye a construir está destinado a suplantar aquella clase en el control de la industria dónde trabaja”.

sábado, 18 de febrero de 2017

Taula rodona: Economia social i cooperativa. “Avui com Ahir (1936-1939), construïm Poder Popular”










Moltes no oblidem aquell juliol de 1936 en el que una fracció de l’exèrcit, defensora dels interessos del feixisme nacional espanyol, de les classes benestants i de les elits de l’Església catòlica es va aixecar en armes contra el poble treballador i el Govern de la II República.
 
Començant pel sud de la península, els colpistes van prendre diverses ciutats i pobles amb la intenció de dur a terme un cop d’estat ràpid que reinstaurés l'”ordre nacional” i eliminés les conquestes socials del poble.

En molts territoris i ciutats el poble organitzat a través de sindicats, comitès de barri, organitzacions de dones, organitzacions polítiques.. va plantar cara als colpistes, sufocant temporalment el cop i iniciant, des d’aquell moment, un període de control popular i democràtic de l’economia i la política. Al mateix temps es lliurava una guerra oberta contra el feixisme en el front. Aquest procés revolucionari, que serveix encara avui com a referent per als pobles del món, va tenir un especial desenvolupament a Catalunya fruit de la seva experiència històrica de conformació de potents organitzacions populars (especialment, la CNT).

Ara bé, ni la insurrecció popular que va sufocar el cop d’estat militar, ni la posterior gestió de l’economia en mans dels treballadors i treballadores hagués estat possible sense el treball que les classes populars, de forma constant, havien estat duent a terme desde feia decàdes. Treball de formiga, però arrelat a la vida quotidiana, que va crear organitzacions (sindicats, cooperatives, escoles, xarxes de suport mutu,etc.) i va afrontar lluites sindicals i socials mitjançant les quals construir un poble fort i empoderat. Res d’allò hauria estat possible sense organització, lluita, estratègia, suport mutu i la concepció del poble com a subjecte actiu i en lluita.

Han passat gairebé 81 anys des del cop d’estat franquista i 40 des de la falsa transició que va mantenir i manté a les mateixes famílies e interessos en les altes instàncies dels poders empresarial, polític, judicial, militar, mediàtic..

Canvi de paradigma (de la dictadura a la democràcia) sense canvi de règim ni de sistema.

Avui, vivim una crisi sistèmica i un període de convulsions socials a escala mundial. Una crisi que empitjora dia rere dia les condicions de vida de les classes populars però que al mateix temps ha obert escletxes en la legitimitat del sistema econòmic i polític dominant.

A principis d’aquesta dècada vam viure un període on les lluites populars van poder expandir-se i avançar i recentment estem podent certificar els límits de “l’ assalt a les institucions” com a via per defensar els interessos de les classes populars i transformar la realitat.

Opinem doncs que, davant aquest escenari i avui més que mai, és necessari propiciar espais de trobada, entre aquells moviments socials que hem anat desenvolupant en les darreres dècades, que ens permetin el pas de la dispersió organitzativa vers una concepció de Moviment Popular.

Si bé creiem que hem de seguir enfortint i augmentant la densitat de les organitzacions de base (sindicats, associacions veïnals, ampas, moviments estudiantils, plataformes…) és igualment imprescindible que tota aquesta diversitat de moviments trobem la manera de bastir certa unitat d’anàlisi, d’estratègia, d’acció i mobilització si volem convertir-nos en un subjecte polític fort i capaç de forçar canvis substancials en la conquesta de drets, llibertats, sobiranies, autogestió… i milllorar les nostres condicions de vida.

És en aquest context i amb aquesta visió de fons, que des de fa alguns mesos treballem en les jornades que presentàvem fa unes setmanes i que, com vam anunciar, tindran lloc a l’Auditori de Can Batlló.

El divendres 17 de febrer, a les 18:30 h, repassarem alguns dels aspectes històrics més rellevants de la revolució social del 1936.

El dissabte 18 de febrer, al llarg de tota la jornada, quatre taules rodones temàtiques, en les quals participaran membres de moviments sindicals, comunitaris, feministes… i que repartirem de la següent forma:
  • De 10 a 12h, Precarietat laboral, social i econòmica i sindicalisme.
  • De 12 a 14 h, Economia social.
  • De 16 a 18 h, Feminismes
  • De 18 a 20 h, Lluites i organització als barris i localitats.
L’objectiu és que les taules rodones serveixin com a espai de posada en comú i trobada per debatre l’estat actual de la nostra lluita en cadascun dels Fronts i mirar de trobar línies de treball per enfortir-nos.

Per això, convidem a aquelles persones que participen en els moviments populars d’arreu del país a participar d’aquestes jornades per tal d’aportar la seva visió entorn a l’estat actual i en la definició de les possibles línies de millora i construcció del Moviment Popular de totes.

lunes, 16 de enero de 2017

Sindicalismo y socialismo


¿Cómo puede el sindicalismo ayudar a construir otro modelo social? Sin duda el núcleo vertebrador de la acción sindical es la negociación colectiva. Dos ideas al respecto. Por un lado, la orientación de la política sindical y los contenidos sustantivos de negociación colectiva hacia objetivos de política económica de altos salarios y pleno empleo. Las dos reivindicaciones clave del movimiento sindical vasco cómo salario mínimo de 1.200 euros mensuales y jornada laboral máxima de 35 horas semanales, deben integrarse para mejorar las condiciones de vida con la generación y reparto del empleo. Por otro lado la introducción de contenidos de negociación colectiva instrumentales de control sindical económico en las empresas y sectores, esto es, promover la democracia económica en las empresas capitalistas con ampliación de derechos de información, consulta y control sindical de los procesos productivos, de inversión y posterior generación de empleo. Esta mirada hacia los contenidos instrumentales de la negociación colectiva permite avanzar hacia mayor capacidad de control de los procesos de inversión, producción y distribución. Asimismo un mayor control sindical de la producción y finanzas empresariales permite limitar el fraude económico, fiscal y a la seguridad social en el que incurren las empresas capitalistas cuyos impactos sociales son demoledores tal como vienen exponiendo estudios realizados por expertos economistas desde la UPV/EHU para Euskadi.


La acción sindical cotidiana, la de las secciones sindicales en los procesos de negociación colectiva, tiene mucho de los valores y fundamentos de la economía social y del socialismo autogestionario necesario para el S.XXI. Los procesos de militancia sindical orientados a la expansión de derechos se cimientan en una adecuada recopilación de información económico-financiera, productiva y laboral de las empresas para sustentar los procesos negociadores, en una colectivización entre las plantillas de las reivindicaciones dirigidas a los empresarios y la patronal, así como en la articulación de fórmulas solidarias de acción colectiva y huelga indefinida con apoyo de caja de resistencia que es sin lugar a dudas un mecanismo financiero colectivo de solidaridad sindical. Ese poder sindical como herramienta democratizadora de una empresa o sector, es la antesala a modelos de economía social y democracia económica. Esto si cabe es más evidente en procesos de reestructuración y crisis empresarial dónde la recuperación de empresas para su posterior laboralización o cooperativización se torna cómo acción estratégica imprescindible para defender las condiciones y nivel de empleo así como la estructura industrial del país, precisamente cuando los poderes político y económico están promoviendo todo lo contrario. Ahí la práctica sindical previa es imprescindible para acometer con garantías dichas experiencias.


Euskal Herria tiene un privilegiado potencial, fraguado en décadas de luchas obreras y construcción de alternativas económicas, para la configuración de un potente marco autónomo de economía autogestionaria y lucha de clases. En el marco de esa confrontación por el desacuerdo total con los mecanismos capitalistas y como expresión de la conciencia colectiva de la clase trabajadora vasca, es imprescindible dirigirse a una sociedad de personas y pueblos libres y responsables realizable en un socialismo en el que los medios de producción, de consumo y de cultura, estén en manos y al servicio de las personas trabajadoras, en una auténtica democracia económica. Ello pasa necesariamente por qué el movimiento obrero y sindical establezca fuerte conexión entre acción sindical y los procesos dirigidos a la socialización de los medios de producción y consumo, además de una alianza permanente entre la economía social y el sindicalismo de contrapoder. En palabras del sindicalista irlandés James Connolly en un artículo de 1908 titulado “Sindicalismo industrial y socialismo constructivo”… a la vez que incrementa el poder de resistencia del trabajador contra los abusos actuales de la clase capitalista, lo familiariza con la idea de qué el sindicato que contribuye a construir está destinado a suplantar aquella clase en el control de la industria dónde trabaja.

jueves, 29 de diciembre de 2016

[BILBAO] Presentación de libro y mesas redondas sobre política económica con Stuart Medina. Viernes 27 de Enero

Presentación en Bilbao de "El Leviatán desencadenado. Siete propuestas para el pleno empleo y la estabilidad de precios. Veintiuna razones para salir del Euro" de la Editorial Lola Books, a cargo del autor Stuart Medina Miltimore, economista y miembro de la Asociación Red MMT.



La gravedad de la crisis económica, las políticas neoliberales implementadas y sus impactos sociales obligan a repensar los objetivos e instrumentos de la política económica, laboral e industrial vigentes. Varios objetivos, cómo el pleno empleo o una economía dirigida por los salarios, llevan décadas relegados por las doctrinas capitalistas neoliberales que impone el sistema euro. Con la presentación del libro y las mesas redondas trataremos de abordar el debate sobre cuestiones de relevancia económica, social y política en Euskal Herria en relación a los objetivos de pleno empleo, recuperación salarial e inversión socialmente útil desde diferentes perspectivas: la relación entre los objetivos citados y las medidas de política económica y sectorial -agricultura, industria y servicios, sectores verdes y estratégicos, etc.- con impacto en los multiplicadores de empleo y renta, política fiscal -lucha contra el fraude y reforma fiscal progresiva- o política laboral -salarios mínimos, recuperación salarial, reducción de jornada laboral y reparto del empleo, etc.-. Las ponentes abordaran, por la mañana, la cuestión desde un plano financiero y monetario respecto a las posibilidades de implementar una política monetaria autónoma y las implicaciones de una desconexión con el sistema euro en Euskal Herria y/o en el Estado español. Por la tarde, aportarán sus reflexiones desde la experiencia en el análisis económico, de políticas públicas y macroeconómicas, así cómo desde un plano sindical, siendo la negociación colectiva y la política sindical una vía eficaz para implementar estos objetivos de política económica, laboral e industrial, impulsando con ello la democracia económica. En este sentido se trataran estas cuestiones a la luz de los aspectos desarrollados en este libro sobre Teoría Monetaria Moderna de cuño postkeynesiano: el sistema euro y la política monetaria, las finanzas públicas funcionales y las políticas de Garantía de Empleo.

VIERNES 27 DE ENERO 2017


12:00h Presentación del autor. “Salir o no salir del Euro. ¿Existen razones para una ruptura con el Banco Central Europeo?”.


12:30h Mesa redonda “Buscando alternativas soberanas al euro”.

Juan Barredo (Doctor en economía la por la Université Grenoble Alpes y Docente-investigador en el Departamento de Economía Aplicada I de la EHU). Joaquín Arriola (Profesor de Economía Política en la UPV/EHU. Miembro del Consejo Cientifico de FOESSA, miembro de FLACSO-España).


13:15h Debate abierto con la participación del autor y los ponentes de la mesa redonda.





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19:15h. Presentación del autor. “Garantía de empleo y pleno empleo con otro modelo productivo: ¿es posible?”.


19:45h. Mesa redonda: “Otra política económica. Finanzas, empleo y salarios en Euskal Herria




20:30h. Debate abierto con la participación del autor y las ponentes de la mesa redonda.


LUGAR : Louise Michel Liburuak (Elkano Kalea, 27).

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