Hacia la huelga general en Euskal Herria
Reproduzco a continuación el artículo publicado con Jon Las Heras en el blog Lanaren Ekonomia
Asimismo ha sido reproducido en Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión - ICEA , Economía Crítica y Crítica de la Economía , Viento Sur , Meneame ,
La Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria convoca el próximo 30 de enero huelga general en las comunidades autónomas del País Vasco y Navarra bajo la consigna “pensiones, salarios y vida digna”. La plataforma agrupa a los sindicatos ELA, LAB, ESK, Steilas, EHNE, Etxalde e Hiru, así como movimientos sociales impulsados por organizaciones juveniles, feministas, ecologistas o de pensionistas. A esta huelga también se adhiere el sindicato CNT. Todas estas organizaciones sindicales y movimientos sociales agrupan y representan a por lo menos 200.000 militantes en Euskal Herria.
“La huelga debe entenderse en clave ofensiva, va más allá de las anteriores huelgas generales que solo buscaban aplacar reformas neoliberales”
La convocatoria de huelga se anunció el pasado 23 de octubre de 2019, es decir mucho antes que estuviera conformado ningún gobierno en el estado, ni tan solo celebradas las últimas elecciones. Por lo tanto, la huelga debe entenderse en clave ofensiva, pues va más allá de las dinámicas de las anteriores huelgas generales en el Estado que solo buscaban aplacar reformas neoliberales. Esta vez, la tenacidad del movimiento de pensionistas ha sido el motor de la mayoría sindical y militancia social vasca, uniendo las diferentes reivindicaciones bajo un marco común determinado: impulsar un cambio de política económica para la redistribución de renta y riqueza, así como una defensa firme de la igualdad de género y sostenibilidad de las condiciones de trabajo y vida. Quizás sea el hecho de que esta huelga no espera a que los gobiernos de turno decidan cuál es el rumbo que nuestra sociedad debe seguir lo que ha generado mayor crispación y rechazo entre ciertos actores sociales. Entender el programa y su trascendencia es necesario para disipar cualquier duda al respecto.
¿Qué se defiende con la huelga general?
Las reivindicaciones tienen como objetivo configurar un marco vasco de relaciones laborales y de protección social más garantista, en tanto en cuanto es en este territorio donde los movimientos reivindicativos nacen y al cual buscan establecer una serie de políticas transformadoras concretas.
Las reivindicaciones principales en el ámbito laboral se centran en: (i) conseguir un salario mínimo de 1.200 euros mensuales; (ii) rebajar la jornada laboral máxima a las 35 horas semanales y elevar la mínima a 20 horas en contratos parciales; (iii) garantizar la subrogación en el empleo subcontratado; (iv) reducir la precariedad a través de medidas reales contra la brecha salarial, la salud laboral o los contratos temporales; y (v) reformar el Estatuto de Trabajadores para garantizar la ultraactividad indefinida de los convenios y la prioridad aplicativa territorial sobre los estatales, permitiendo solo mejorar las condiciones en los ámbitos inferiores. Todas estas reivindicaciones van dirigidas tanto a las patronales Confebask y CEN, como a los gobiernos vasco, de navarra y del estado en tanto pueden aplicarlo en sus propios ámbitos de gestión.
La Carta de Derechos Sociales también trata los problemas relacionados con las pensiones y las políticas de redistribución de la riqueza. En relación a las pensiones, por ahora de competencia estatal, se plantea: (i) volver a la edad de jubilación de 65 años; (ii) tomar los últimos 15 años para el cálculo, previo a la reforma de 2011; (iii) subirlas al menos con el IPC anualmente; y (iv) establecer una pensión mínima de 1.080 euros, pudiendo los gobiernos vasco y de navarra complementar las pensiones mínimas cuando sea necesario. Para estos gobiernos concretamente se dirigen las reivindicaciones en torno a las rentas de garantía y cobertura universal de las personas en situación de dependencia, pidiendo que la RGI y RG: (i) se sitúen en el 100% del SMI; (ii) con un aumento del 50% del SMI para el caso de las unidades convencionales de dos personas y de un 50% adicional para las de 3 o más componentes.
Todas estas reivindicaciones lo han sido también de la izquierda parlamentaria vasca en los últimos años, objetivos tanto para el sector privado, como para el sector público y subcontratado, mientras las patronales y gobiernos vasco, navarro o español se han opuesto sistemáticamente a ellas. Una aplicación de todas estas medidas, no solamente supondría una mejora importante en las condiciones de trabajo y vida de las personas trabajadoras y pensionistas en los territorios dónde se convoca la huelga, sino que también establecen unos objetivos de lucha de referencia a corto plazo imprescindibles para otros territorios del estado. El objetivo pues, no es dividir, sino aunar fuerzas bajo marcos de referencia comunes más ambiciosos.
Defender salarios dignos, en sentido amplio, es imprescindible para reconocer socialmente el trabajo de las personas, si no, un trabajo mal pagado reproduce la precariedad laboral y abandona a muchas personas al ostracismo y esclavitud por unos pocos euros.
“La huelga general interpela directamente a las patronales Confebask y CEN para la firma de un Acuerdo Interprofesional de materias concretas con aplicación obligatoria”
Así, las organizaciones convocantes presentan sus reivindicaciones a los diferentes gobiernos en función de las diferentes competencias que poseen sobre el territorio para influir directamente en ellas. La única forma de gobierno contra el cual esta movilización no ha concretado ninguna reivindicación ha sido la Unión Europea. Además, en cuanto a las partes destinatarias, la movilización interpela directamente a las patronales Confebask y CEN para la firma de un Acuerdo Interprofesional de materias concretas con aplicación obligatoria, a diferencia de los acuerdos derivados del diálogo social para la negociación colectiva que no lo son, y que supla la imposibilidad legislativa vasca en el sector privado en cuatro puntos importantes: (i) salario mínimo de 1.200 euros, (ii) jornada de 35 horas y mínima de 20 horas a tiempo parcial, (iii) derecho de subrogación para el personal de las subcontratas y (iv) medidas concretas para acabar con la brecha salarial que sufren las mujeres.
Renovación sindical a través de la huelga general
La huelga general no solamente plantea elementos novedosos, de renovación sindical en los contenidos reivindicados con la incorporación y la defensa de los salarios en todas sus dimensiones incluidas las pensiones, sino también con la incorporación al proceso organizativo de movimientos pensionistas, feministas y juveniles, profundizando dicha alianza impulsada en las anteriores seis huelgas generales convocadas en contexto de crisis económica del ciclo 2009-2013, las huelgas feministas de 2018 y 2019 o la reciente huelga del sector del metal de Bizkaia en 2019. El ciclo de huelgas generales post-crisis abierto por las huelgas feministas y en defensa del clima, trasciende la división sindicatos / movimientos sociales profundizando la alianza entre las diferentes organizaciones y sensibilidades, crucial a la hora de establecer movimientos contra-hegémonicos con implante social. Por ejemplo, para esta huelga general se han creado más de 170 comités de huelga en pueblos y ciudades del país, cómo en los barrios de las principales capitales – Bilbo, Gasteiz, Donosti e Iruña – y en los principales pueblos y ciudades de las comarcas, con el objetivo de realizar los preparativos para la jornada de huelga y difundir la misma por todo el territorio. De la misma manera, las organizaciones sindicales han realizado sucesivas reuniones con sus militancias para impulsar la huelga, llegando a adherirse a la misma más de 1.500 empresas y administraciones.
Es importante subrayar que esta huelga general ha recibido múltiples apoyos de organizaciones sindicales y sociales fuera del ámbito vasco de convocatoria, generando a su vez una dinámica de oportunidad de trabajo sindical en común y movilización de apoyo a las reivindicaciones planteadas en Euskal Herria.
Es el caso de Catalunya dónde los sindicatos CGT, CNT, Solidaridad Obrera, COS, IAC y Cobas que agrupan decenas de miles de militantes, han llamado a iniciar un ciclo de lucha en común empezando con el apoyo a esta huelga general, promoviendo diferentes acciones y manifestaciones en varias ciudades catalanas. También en otras ciudades del estado se han convocado concentraciones y manifestaciones de apoyo con participación del movimiento de pensionistas, como en Pais Valencià -València- (Intersindical, CGT, CNT), Galicia (CIG), Aragón -Zaragoza- (OSTA, CGT, CNT), Asturies -Oviedo y Gijón- (CSI, CGT, SUATEA, CNT), Andalucía -Sevilla, Granada, Málaga- (SAT, CGT, CNT, USTEA, Cobas y partidos de izquierdas) o Madrid (Plataformas de pensionistas, CGT, CNT, Solidaridad Obrera, Cobas y partidos de izquierdas). Además, alrededor de 200 militantes sindicales de diferentes organizaciones de todo el estado han firmado un manifiesto promovido por la plataforma “Sindicalistas de Izquierda” en apoyo a esta huelga general.
“Esta convocatoria de huelga general ha generado una dura oposición por parte del poder económico y político vascos"
Esta convocatoria de huelga general ha generado una dura oposición por parte del poder económico y político vascos, aunque también por parte de organizaciones que supuestamente defienden los objetivos y plataforma reivindicativa planteada. Esta huelga general marca una línea de acción diferenciada entre, por una parte, un sindicalismo de contrapoder con la capacidad de transformación necesaria en los contextos actuales y, por otra parte, otro sindicalismo de concertación y dialogo social subyugado a la política sistémica. La diferencia entre una política económica del trabajo frente a la política económica del capital.
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