Presentación de las jornadas "Alternativas al capitalismo: la autogestión a debate" (VIDEO). (AUDIO).
Introducción
En el marco del
Centenario de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), una
organización obrera que supone una pieza fundamental de la historia
revolucionaria, hemos considerado imprescindible debatir sobre el
tipo de sociedad a la que aspiran los/as anarquistas y
anarcosindicalistas, y sobre cómo podemos llegar a ella. La CNT ha
sido y es una organización que busca la revolución social,
incidiendo en el ámbito laboral-económico, y apoyando otro tipo de
iniciativas que permitan luchar contra toda clase de explotación,
dominación y autoridad.
Es por ello que desde la
perspectiva de la CNT y desde el movimiento libertario, vamos a
tratar de dar una respuesta a cada uno de los puntos en que hemos
dividido este debate.
Estas jornadas tratan las
alternativas al capitalismo desde una perspectiva teórica, histórica
y actual.
La idea de base a la hora
de plantearlas es hacer un repaso de las alternativas tanto en
términos de sistemas socio-económicos como también de las
alternativas parciales al sistema capitalista que pueden representar
vías de acción o praxis para sustituirlo.
Desde la época en que
Margaret Thatcher pronunció su famoso TINA (There Is No Alternative)
o Francis Fukuyama anunció el “fin de la historia”, los aparatos
de propaganda del poder y sus intelectuales orgánicos no han cesado
en hacer publicidad de la imposibilidad de conseguir instaurar un
sistema económico y social alternativo al capitalismo. Es evidente
que en un contexto de crisis económica como el actual muchas voces
han cuestionado la viabilidad y el futuro del capitalismo, tanto en
su faceta productiva y de crecimiento, como distributiva o respecto a
los límites ecológicos con los que se encuentra. Sin embargo muy
pocos cuestionan este sistema económico en su totalidad, señalando
que el capitalismo no solo no es viable en un futuro no muy lejano,
sino que además hoy es un sistema ineficiente, injusto y
antidemocrático. Muy pocos ponen encima de la mesa propuestas y
debates para organizar la sociedad de forma diferente. Y eso es lo
que vamos a tratar de hacer. Unas determinadas relaciones económicas,
sociales y organizativas constituyen la columna vertebral del
capitalismo que es necesario romper. Así pues, para asegurar el
triunfo de una revolución social es imprescindible destruir estas
relaciones y poner en su lugar otras basadas en los principios
anarquistas de la solidaridad y el apoyo mutuo.
Contenido general
En estas jornadas se
abordarán los principales debates que, desde una óptica libertaria
y autogestionaria, se pueden dar a la hora de plantearse una
alternativa al capitalismo.
Si tomamos el contenido
de estos debates desde una perspectiva analítica y práctica,
podemos distinguir al menos cuatro aspectos.
En primer lugar, es
necesario analizar de forma solvente y profunda el sistema
capitalista actual en todas sus vertientes. Es preciso, por lo tanto,
realizar un análisis tanto de la estructura económica y social como
de sus posibles tendencias y evoluciones.
En segundo lugar, es
preciso analizar y debatir sobre en qué organizaciones o movimientos
puede resultar interesante apoyarse para avanzar hacia una sociedad
diferente. Es evidente que no sirve cualquier tipo de organización o
estrategia para conseguir unas finalidades concretas de ámbito
libertario como las establecidas al inicio.
En tercer lugar, se torna
imprescindible ver qué tipo de actuaciones y de propuestas pueden
plantearse para ser aplicadas por dichas organizaciones y
movimientos, que no resulten contradictorias con los objetivos
establecidos. Esto incluye programas de actuación desde estrategias
generales y particulares, propuestas concretas respecto a las
políticas económicas, laborales, sociales, o también formas de
experimentar hoy aspectos siquiera parciales de una sociedad
libertaria.
Es necesario, por
último, estudiar qué economía y sociedad final se persiguen, y
también cómo afrontar el eventual período de transición. La idea
de ese período de transición es importante en tanto debe servir
para evitar una vuelta atrás al anterior sistema, para evaluar el
papel de los diferentes agentes sociales –de ámbito local e
internacional- en este proceso, y para ver también qué
instituciones actuales pueden o deben subsistir en un período
revolucionario y cuáles otras deben desaparecer.
Estos cuatro aspectos y
debates deben estar implícitos en la acción de cualquier
organización o movimiento social que, como el libertario, pretenda
transformar la sociedad. Estos debates se interrelacionan,
influyéndose mutuamente, y su necesidad queda puesta totalmente de
relieve toda vez que es preciso tener clara, ya desde el inicio, una
finalidad concreta junto con su proceso de transición, que es
necesario también contar con un programa de actuaciones acorde con
la persecución de dicha finalidad, así como con unos modelos
organizativos que no entren en contradicción entre sí y que
permitan alcanzar los objetivos deseados, y todo ello junto con un
análisis actual de la situación para evaluar fehacientemente cómo
aplicar dicho programa. Todos estos aspectos se tratan
sistemáticamente en estas jornadas -dentro de la limitación
evidente que supone el tiempo disponible y la amplitud de la
temática elegida- incluyendo un análisis en perspectiva histórica
como forma de analizar los aciertos y errores de los pasos dados en
ese complejo proceso.
Actos
El programa se divide en
11 actos, muchos de los cuales presentan interrelaciones evidentes
entre sí como iremos comprobando.
Es fácil apreciar los
nexos entre las diferentes conferencias. Para empezar, un análisis
del capitalismo actual permite señalar los aspectos donde hace
falta incidir para promover un cambio social. Si a eso se le añade
una perspectiva más global que estudie el alcance, en términos
sistémicos, de la crisis, contaremos con más elementos para
elaborarnos una imagen fiel de la situación. Además, las ponencias
relacionadas con los modelos teóricos de alternativa libertaria nos
permitirán establecer comparaciones entre esos modelos, y entre
ellos y las experiencias actuales y pasadas, así como apuntar
aquellos aspectos en que, dada la situación actual, es necesario
profundizar más. En ese sentido parece que tiene sentido empezar
por un recorrido histórico de la evolución de esas perspectivas
teóricas hasta llegar a las propuestas que se están elaborando hoy
en día.
Todas esas mesas
relacionadas con los modelos teóricos sirven de base a su vez,
máxime al adoptar la perspectiva histórica, para introducir cómo
se pusieron en práctica otros programas en el pasado en los dos
casos que se tratarán: las colectivizaciones anarquistas durante la
guerra civil española (1936-1939) y la sui-generis autogestión
yugoslava (1950-1990). Es sencillo trazar las relaciones entre las
teorías que sirvieron de paraguas para las prácticas mencionadas
en primer lugar y esa experiencia en la península. También
podremos observar, como algunos autores han señalado, la influencia
de ella en la segunda a través de la participación de brigadistas
internacionales de ese país durante la guerra civil española, en
un interesante ejemplo de difusión de ideas. Por otra parte, la
relevancia actual de la autogestión yugoslava reside adicionalmente
en el hecho de que está sirviendo de inspiración para algunas
prácticas en países latinoamericanos, como Venezuela. Su
tratamiento histórico nos puede ofrecer indicios de los problemas
que tienen o pueden tener este tipo de modelos hoy en día, para lo
que el énfasis puesto en la perspectiva del desarrollo para su
estudio nos será especialmente útil.
Nos servirá además para
dar paso al estudio de las experiencias actuales. En este ámbito, no
es una cuestión menor intentar trazar puentes entre debates del
pasado y determinadas cuestiones organizativas actuales. Tal es el
caso por ejemplo, de las diferencias entre las propuestas más
directamente anarquistas y las que incorporan el aspecto sindical
también, es decir, las anarcosindicalistas. Parte de este debate
habrá salido también al examinar detenidamente la evolución de las
colectividades. Lo mismo que las relaciones entre sindicalismo y
cooperativismo o entre propuestas teóricas de coordinación de
cooperativas, para lo que se recurrirá a ejemplos prácticos. Por
último, la comparación con otras luchas, como la de la ocupación
de viviendas o la introducción del elemento cultural nos aportarán
una visión que sea más de conjunto que otras sesiones más ceñidas
al ámbito de la producción.
Finalmente, dentro de esa
pléyade de casos vigentes, ofrece también un atractivo
incuestionable examinar lo que está ocurriendo en aquellos países
donde los movimientos sociales tratan de poner en marcha experimentos
autogestionarios en marcos caracterizados por gobiernos progresistas,
como ocurre en Brasil o en Venezuela, en este último caso tanto más
cuanto las menciones explícitas a la autogestión yugoslava como
fuente de inspiración son como se han dicho, habituales.
Y en cuanto al caso
brasileño no será exento de interés buscar los nexos con el
proceso colectivizados en el agro español, en un contexto también
de latifundismo y concentración de la propiedad con gobierno
progresista. Pero también ofrece un atractivo innegable repasar
otras experiencias la coyuntura política podía ser diferente, como
Argentina y sus fábricas recuperadas, o México y el zapatismo. Las
aportaciones y limitaciones de estos casos para el estudio de la
autogestión (con un perfil más industrial y parcial, el primero, y
más rural e integral, el segundo) serán sin duda una aportación de
valor. Y para terminar, cerrando el círculo con el estudio de la
crisis con el que habíamos empezado, la coyuntura en Grecia nos
servirá para observar en detalle las consecuencias del sistema y el
rostro del capitalismo en su máximo esplendor, por lo que apreciar
las aportaciones que en clave libertaria pueden hacerse de cara a la
resistencia de los trabajadores a los profundos y regresivos cambios
que se están poniendo en marcha en el país heleno, será un gran
colofón para estas Jornadas.
Seguramente, fruto de la
reflexión y el debate, se podrán tejer muchas más interrelaciones
en cuanto al contenido entre éstos y otros temas que ya no han
podido figurar en el programa. Pero éste es el objetivo de las
jornadas, ofrecer un espacio donde germine un pensamiento propicio
para la transformación social, incitar a la generación de ideas que
sirvan para cuestionar la realidad que nos rodea, y cuyas
consecuencias lamentamos con frecuencia, y servir por último de
instigadores de procesos –algunos de los cuales están ya en
marcha, qué duda cabe- que culminen en la puesta en práctica de
esas mismas ideas. Animamos, pues, a todos los presentes a aprovechar
este encuentro para desarrollar ricas reflexiones y prácticas.
Agradecemos a los
compañeros/as de la CNT que han apoyado la organización de estas
jornadas, t en particular a la labor de la CNT-Barcelona. Organizar
un Congreso con una duración de 8 días, que ni siquiera son
seguidas, es una labor ardua solamente por el aspecto logístico, y
sin la abnegación con la que han trabajado en ello desde
CNT-Barcelona, habría sido del todo imposible.
Asimismo agradecemos a la
Comisión del Centenario su apoyo al poner los medios para que esto
sea posible. Y en general, a los sindicatos de la CNT en el estado
español por seguir siendo fieles en la lucha contra el capitalismo,
pues sin ella no tendría sentido pensar hoy en un futuro libertario
ni, por tanto, en unas Jornadas como éstas.
Por último, no queremos
dejar pasar la oportunidad de agradecer a la Fundación Anselmo
Lorenzo, el Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión y
la Fundació d'Estudis Llibertaris i Anarcosindicalistes, por su
colaboración en la organización de estas Jornadas.
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