domingo, 3 de febrero de 2008

Los economistas, la clase trabajadora y la crisis económica que vendrá

Los economistas, la clase trabajadora y la crisis económica que vendrá

Lluís Rodríguez Algans1

Como bien saben los lectores, la forma de reproducir las ideas dominantes, capitalistas, es con el lenguaje y argumentos de las clases dominantes. Por esta razón es básico ser conscientes de la necesidad de rebatir esos argumentos con argumentos propios. También saben los lectores que la televisión es el medio más usado actualmente para transmitir la ideología dominante, y si ésta se materializa en argumentos de tipo económico o relacionados con la economía, núcleo duro de las sociedades, es más importante, si cabe, destruir estos argumentos y evidenciar el intento de manipulación de la realidad que pretenden conseguir los capitalistas.



Éste no es un artículo muy habitual en las secciones de economía de los periódicos. No lo es, en primer lugar, porque pretende ser un resumen comentado de un programa de debate emitido el pasado lunes 4 de enero en la Televisión de Cataluña titulado “2008, venen les vaques magres” (2008, vienen las vacas flacas)2. En este debate, dedicado a hablar de la posible crisis económica que se avecina, participaron cuatro economistas con perfiles ideológicos diferentes, aunque tres de ellos tenían un perfil bastante homogéneo, pro-capitalista. El artículo no es habitual, en segundo lugar, porque tiene un doble objetivo pedagógico, más allá de tratar de temas de actualidad económica y con un lenguaje accesible: por una parte pretende rebatir o apoyar las opiniones de los “expertos” desde una perspectiva anarcosindicalista, y por otra parte, pretende desentrañar cómo y en qué puntos se omite la información o se manipulan las expresiones para transmitir a los espectadores una justificación del statu quo y así defender los intereses de los empresarios.

Tanto en este debate, como en otros donde se tratan temas económicos, es importante tener en cuenta que muchos argumentos se repiten. Asimismo es importante ser consciente de que los argumentos que puedan utilizar los políticos suelen ser los mismos que utilizan los economistas que les asesoran. También por ello nos proponemos analizar a fondo el debate y dar argumentos a los trabajadores.

Presentación del debate

El programa se inició con una breve exposición del tema por parte del presentador donde mostró, mezclándolo todo un poco, diferentes aspectos de la economía española y mundial: el incremento del consumo de petróleo de China, que implica un incremento de precios del mismo; el crecimiento económico (PIB) de la India a tasas del 10%; la fortaleza del euro respecto al dólar, que perjudica las exportaciones europeas; la desaceleración de la construcción en España; sus efectos en el mercado de trabajo; el aumento de precios de los productos básicos; la deslocalización de empresas; etc. A continuación se presentó a los invitados, que fueron Josep Oliver (Catedrático de Economía Aplicada, UAB y asesor del servicio de estudios de Caixa Catalunya), Ramón Tamames (Catedrático de Estructura Económica, UAM, cátedra Jean Monnet de la Unión Europea y miembro del Club de Roma), Miren Etxezarreta (Catedrática de Política Económica, UAB y miembro del Seminario de Economía Critica Taifa) y Ramón Tremosa (Profesor de Teoría Económica, UB). Para que entiendan los lectores, en la mesa sólo la profesora Miren Etxezarreta estaba en contra del abuso por parte de los capitalistas hacia los trabajadores que se materializa en la situación que vivimos actualmente. Por ello la postura crítica con el capitalismo partía de una posición de inferioridad con sólo una cuarta parte del tiempo del programa (incluso menos), para decir las cosas por su nombre y que estas ideas llegasen a la población3.

¿Podemos hablar de crisis económica?

El debate comenzó con esta pregunta y Ramón Tamames4 desvió la atención diciendo vaguedades pues, según él, hablar de crisis es prematuro ya que ciclos económicos ha habido siempre y la crisis se define con tres trimestres seguidos de crecimiento negativo del Producto Interior Bruto (PIB). Según este economista y político, el parón de la construcción, que tira de toda la economía española, el euro alto y el incremento de los precios del petróleo pueden ser perjudiciales.

Para Miren Etxezarreta estamos en un momento de incertidumbre y vulnerabilidad. Los indicadores objetivos (PIB, paro, inflación, comercio exterior) apuntan a una desaceleración fuerte y puede haber problemas importantes con el paro. Asimismo, en los últimos meses ha habido una crisis financiera unida a una crisis de confianza. Por otra parte Miren Etxezarreta se pregunta que “si tal como dicen los gobernantes la economía va bien… ¿para quién va bien?”. Según ella en los últimos 10 años en el estado español, la economía ha ido fantásticamente bien para los empresarios, en cambio, para la gente de a pie, no tanto. A la pregunta de “¿hacia dónde va la economía?”, responde que entre las clases sociales siempre va a existir desigualdad en la distribución de la renta. Asimismo cree que el modelo de crecimiento del estado español es muy vulnerable, pues se basa en el turismo, la construcción, la automoción y muy poco en el resto de la industria. Paralelamente se pregunta “¿por qué tenemos que crecer?”, pues cree que las coordenadas del debate son más profundas y amplias, ya que hay que ver para quién es el crecimiento que hemos tenido (es para los empresarios) y cuánto tiempo puede durar este crecimiento existiendo límites ecológicos evidentes. En este sentido expresó que España ya crece suficiente y ahora se tiene que hablar de la distribución de los beneficios entre la población. Por último apostilló que si tuviéramos buenos servicios sociales, no pasaría nada con los ciclos y las crisis económicas, pero no es el caso.

Después de la exposición anterior era necesario que alguien saliera al paso de estas afirmaciones y Josep Oliver fue el encargado. Según Oliver estamos en una situación de caída de la construcción y existen previsiones de disminución de la creación neta de puestos de trabajo (450.000 en 2008; 300.000 en 2009). Según Oliver, España tenía 12 millones de trabajadores en 1996 y 21 millones hoy. Así pues, si no hay destrucción de puestos de trabajo la renta de las familias no baja. Para Oliver claramente se ha beneficiado del crecimiento la mayoría de la población: las mujeres que han accedido al mercado laboral, pues hace años las tasas de paro eran del 22-24% y hoy son del 5-6%, tasas de “pleno empleo”, puntualizó.

En este punto me voy a detener para rebatir los argumentos. Por orden, creo que el profesor Oliver manipula intencionadamente los datos al afirmar que el crecimiento ha beneficiado a la mayoría de la población. Para decir que la renta de las familias no baja, no sólo hay que considerar la creación de puestos de trabajo, sino también los salarios reales (descontada la inflación). En el caso de la economía española, se han creado muchos puestos de trabajo con salarios míseros, que con el tiempo (con el incremento de precios, nunca bien calculado) han evidenciado un cambio en las fuentes de ingresos de las familias: hace años las familias vivían con un sueldo, hoy justo nos viene con dos sueldos. Decir por ello que las mujeres se han beneficiado porque han accedido al mercado laboral es un insulto a la inteligencia. Si observamos en los últimos años, vemos que la parte del pastel (PIB) que va a los trabajadores ha disminuido mucho, mientras que la parte que va a los empresarios ha aumentado5. Cuando el profesor Oliver -o cualquier político- utiliza el concepto “pleno empleo”, que queda muy bien por la tele, olvida intencionadamente que las cifras oficiales esconden la realidad de la economía sumergida que no tiene derechos sociales (se calcula que es en torno a un 30% del empleo total de la economía española), de la precariedad laboral (un 60% de los contratos), de la alienación e inutilidad social de muchos de los empleos que se crean y sobre todo de los sueldos de miseria que cada vez se extienden más (working poor, trabajadores pobres).

Ramón Tremosa, otro de los tertulianos, consideró también que estamos en un momento cíclico de la economía pero que es necesario analizar la economía global en su contexto pues ha sido un buen año porque se ha creado riqueza (ha incrementado el PIB), el comercio internacional favorece a todos los países y la globalización es buena.

Tengo que decir, en primer lugar, que Tremosa utilizó una técnica bastante conocida, también utilizada por otros de la mesa, de centrarse en “los otros” para desviar el debate del estado español (la economía mundial, la globalización). Por otra parte, afirmaciones del tipo “el comercio internacional favorece a todos los países” o “la globalización es buena”, sin más, no tienen otro objetivo que servir de instrumento de propaganda capitalista. Y son pura propaganda porque hay múltiples estudios que demuestran lo contrario6 y porque la realidad de hambre, miseria y explotación que perciben los trabajadores de los países pobres es otra totalmente distinta a la que se atreve a vociferar un profesor de universidad por la televisión pública.

La crisis financiera

Según Tamames, la confianza por parte de los inversores en el sistema financiero ha caído brutalmente en la Unión Europea (UE). Ésta, por su parte, no ha dado el “do de pecho” haciendo suficientes políticas para evitar la crisis financiera. Asimismo opina que la crisis está concentrada en derivados financieros y en el mercado hipotecario de EE.UU. Para Tamames, el sistema crediticio europeo es mucho más sólido pero la crisis de EE.UU. se ha trasladado por medio de Inglaterra, que ha contagiado a constructoras, inmobiliarias, bancos y al final, a la bolsa, donde todo se contagia.

Por otra parte, añadió Josep Oliver, los tipos de interés no son altos pues en 1995 los tipos de interés hipotecarios eran del 17%, siendo la inflación del 4%. Los tipos de interés demasiado bajos han llevado al boom inmobiliario. Ahora con tipos de interés del 5% e inflación del 4% el tipo de interés real es del 1%.

Para responder al profesor Oliver es necesario aclarar que es mentira que el tipo de interés real sea del 1% para los trabajadores (quizás para los empresarios sí) por dos motivos evidentes: si suponemos que la inflación real es del 4% (que es mucho suponer) vemos que todos los salarios no se actualizan con la tasa de inflación que dice el Estado sino que normalmente lo hacen a una tasa menor (contención salarial firmada por CCOO y UGT). Por otra parte, si creemos, como creo yo, que los datos de la inflación no son ciertos y los precios suben mucho más de lo que dicen, la distancia entre salarios y precios se va haciendo cada vez mayor, cosa que implica que los tipos de interés que realmente nos afectan se disparen mucho al no poder asumir la cuota de la hipoteca.

Miren Etxezarreta respondió a Tamames su afirmación de que la UE no ha actuado, preguntando cuántos miles de millones de euros ha inyectado el Banco Central Europeo para resolver esta crisis de liquidez, puntualizando que muchos defienden que el sector público no debe intervenir, pero que cuando el sector financiero va mal, van corriendo a ayudarlo. Siguió la profesor a Etxezarreta explicando que las hipotecas son más sólidas en España, pero que los bancos españoles están inmersos en la enorme especulación financiera de los bonos basura. Para Miren Etxezarreta, por otra parte, desde 1996 la economía española ha crecido mucho, pero ahora se está dando un deterioro rápido. En julio de 2007 se publicó una encuesta donde 8 de cada 10 empresarios consideraban que la economía va bien, lo que confirma que los empresarios sólo miran el corto plazo. A la afirmación de un miembro de la mesa de que el crecimiento ha sido gracias a la UE, responde que ella está en contra del modelo de Maastrich7, porque genera crecimiento económico, que es distinto a desarrollo8, pero sobre todo porque genera desigualdad, pues los salarios reales han perdido mucho en los últimos años.

Los precios del petróleo

Según Ramón Tamames el incremento de los precios se puede explicar por la fortísima elevación de los precios de los alimentos y la energía. Los alimentos suben debido a las malas cosechas, a la especulación, a los incrementos del petróleo, los fertilizantes y los biocombustibles. Según el profesor Tamames hay mucho cinismo en las grandes potencias como EE.UU., Inglaterra o Francia pues cuando la OPEP decide subir los precios del petróleo, ellos también los suben en Alaska u otros lugares de extracción. Según Tamames los alimentos y el petróleo han subido demasiado.

Por otra parte, Josep Oliver, respondiendo a Miren Etxezarreta, e insistiendo con el tema para que no quede duda, opina que utilizar los salarios reales es una trampa porque han entrado 8 millones de personas y si miramos los salarios de los trabajos cualificados en 1995, ahora los sueldos han subido.

De nuevo me veo en la obligación de responder, pues una crisis bursátil no tiene por qué repercutir en la economía productiva y menos una crisis bursátil asociada a la especulación con valores tecnológicos (como fue en 2001), si fuera al revés, una crisis productiva que se reflejara en la bolsa, sí que sería una crisis real (por ejemplo, ahora la crisis de las constructoras e inmobiliarias en la realidad y en la bolsa). Lo mismo podemos decir de los precios del petróleo, pues existe un límite de precios que es posible soportar (caso de 2003), cosa que ahora ya empieza a pesar. Por otra parte, en referencia a los salarios, está claro que si los empresarios ganan cada vez más y hay más trabajadores que se reparten la otra mitad del pastel, el salario real va a bajar. Lo que importa ver en este caso es el salario relativo, es decir, cuánto produce una empresa (o un país), cuántos beneficios tiene y cuántos salarios para los trabajadores distribuye, porque en el caso que nos ocupa se pueden incrementar mucho más los salarios porque estos trabajadores nuevos también producen, y no poco. Por ultimo, respecto al incremento de los salarios de los trabajadores cualificados, la pregunta es ¿qué porcentaje de todos los trabajadores representan los que él llama “cualificados”?9, por no decir que muchísimos trabajadores mileuristas son trabajadores cualificados, ¿o tener un titulo universitario no es estar cualificado? Insistir en la estrategia de esconder el papel que juegan los beneficios empresariales (pasados o presentes) en todo esto, sólo da resultados a corto plazo, pues siempre hay quien se da cuenta. La pregunta obligada es ¿por qué esta actitud de recelo en reconocer que las empresas han incrementado mucho los beneficios y que estos beneficios no repercuten en los salarios? ¿Qué intereses ocultos, no explicitados, defiende esta actitud?

Señor Tamames, ¿usted se cree el IPC publicado en 2007?

El debate continuó con esta pregunta, nada inocente, formulada por un espectador10, a la que Tamames respondió que sí, que se lo creía, con alguna justificación a la defensiva. Dijo que se lo creía porque los funcionarios del INE son gente decente que calculan bien y no tienen presiones políticas. Dijo que se podrá criticar la forma en que se hace el índice11, pero es indicador representativo de un presupuesto familiar12. Otra justificación a la defensiva era que “la gente se queja pero hemos visto el chorro de compras de la navidad, pues todo el mundo quiere 2 teléfonos móviles, ordenadores portátiles o viajar a Turquía o a EE.UU.”.

No tengo espacio en este artículo para tratar el tema de la inflación, para ello redactaremos un artículo específico más adelante, pero es importante apuntar quién provoca la inflación (los empresarios, que son quienes marcan los incrementos de precios), quién se beneficia (patronal y estado) y con qué mecanismos (cálculo interesado de los datos de inflación: contención salarial y de pensiones). A mi entender, lo que hace el profesor Tamames es utilizar la táctica del ventilador13, lo que muy bien nos han enseñado a todos los economistas en las facultades burguesas: la culpa del paro es de los parados y la de los incrementos de los precios, de los consumidores, que cobran demasiado y consumen mucho.

Para Miren Etxezarreta, la intervención del profesor Tamames era una perfecta exposición de la clase media-alta, pues no se refirió a la subida del costo de los alimentos, al hablar del índice del consumo. Según la profesora Etxezarreta, se ha hablado sólo del 25% de la población con más renta, a quienes no le afectan mucho los incrementos en los alimentos. Asimismo tenemos que el sistema productivo está alejado del sistema distributivo y existen muy pocos datos oficiales sobre los ricos de este país, que, en todo caso, han vivido y viven en estos años todo el esplendor económico. Por otra parte, los servicios sociales generalmente completan los ingresos de los pobres y los trabajadores de menos ingresos, y mientras el gobierno dicta leyes electoralistas muy bonitas, de 2500 euros por hijo, de 210 euros por piso, etc., al mismo tiempo los derechos sociales de la gente se están deteriorando muy fuertemente, con procesos de privatización muy sutiles, tanto en la educación o la sanidad como en las pensiones.

La profesora Etxezarreta se pregunta: “si Tamames mira a la clase media, ¿quién mira qué hacen los ricos?”

Para Josep Oliver, el IPC es representativo porque el consumo medio en alimentación en España, ronda el 18% de la renta (más o menos el porcentaje que se computa en el IPC). Asimismo un 60% de familias no pagan nada por su vivienda y no les afecta la subida de las hipotecas.

De lo que se olvida el profesor Oliver es de que, para aquellos que pagan hipoteca, ésta representa más de la mitad de su sueldo (50%) que va directamente a los bolsillos de las inmobiliarias, constructoras y bancos (o cajas), y que las hipotecas se reflejan en el IPC sólo en un 2%, con lo cual es imposible que si suben una barbaridad, suba el IPC y suban los salarios en los convenios colectivos. Por otra parte, para Oliver es importante el tema de los salarios porque vuelve a la carga con ello. Según Oliver es peligroso hablar de salarios bajos porque estamos en un mundo competitivo, donde hay deslocalizaciones y los salarios también tienen que ser competitivos, pues tienen mucho que ver con la productividad. A este argumento se le añade el profesor de Teoría Económica, Ramón Tremosa, pues opina que los salarios son bajos por culpa de que la productividad es baja, además de que las empresas están en precariedad de beneficios. Para empezar a rebatir estos dos argumentos, ni toda la estructura productiva está sujeta a ser deslocalizada, pues son unos sectores concretos de la industria, ni por ello se tiene que aceptar, aunque ellos parece que lo aceptan sin rechistar, que el Estado subvencione multimillonariamente a estas industrias para que después se vayan con multimillonarios beneficios conseguidos en todos los años anteriores.

Por otra parte, decir que los salarios dependen de la productividad es cargar la responsabilidad contra quien no la tiene y enchufar de nuevo el ventilador. Ni la productividad es baja14, ni es cierto que los salarios dependan de la productividad en el sistema capitalista. En el sistema de relaciones laborales actual, los salarios dependen de las negociaciones de los convenios colectivos que llevan pareja o no lucha obrera. A más lucha obrera, más salario y mejores condiciones laborales. Es, pues, una relación de poder. En la mayoría de los trabajos, no porque produzcas más vas a cobrar más (básicamente porque la productividad es muy difícil de calcular). El salario es independiente de lo que produzcas, pues el salario paga de forma fija la fuerza de trabajo (las horas, con los conocimientos), y paga también la posibilidad que tiene el empresario, o de exigirte más en lo que no puede controlar (normalmente la intensidad) o de despedirte.

Durante el programa se percibe tensión en el ambiente por las opiniones de Miren Etxezarreta, sobre todo por parte de Tamames y Oliver, que son los que tienen más peso en la mesa, y a quienes no les gusta nada que se pongan encima de la mesa temas comprometidos. Personalmente me gustaría ver si la mayoría de economistas de la mesa se atreverían a afirmar lo que dijeron en el debate ante un grupo de trabajadores en huelga por mejorar sus condiciones laborales, ante unos pensionistas o ante un grupo de compradores a la salida del supermercado, como si de un mitin se tratara y lejos de la cómoda posición de que no te pueden replicar.

Para finalizar, mi opinión es que sólo Miren Etxezarreta conectó con el público, al menos el público que contactó con el programa (vía correo electrónico), pues creo que sus reacciones eran mayoritariamente de cierta indignación por los derroteros del debate, pues cualquier trabajador se da cuenta de que en los últimos años se han degradado sus condiciones de vida, con la precariedad laboral, con el incremento de precios de la vivienda y de los productos básicos, etc. y en cambio, se veía a la mayoría de miembros de la mesa desviando el debate hacia otros temas o justificando la indecente situación que nos va a tocar vivir a la clase trabajadora si no reaccionamos y luchamos por nuestros derechos.


Notas:

[1] Afiliado a la CNT-Barcelona y miembro de la redacción de economía del periódico CNT.
[2] Àgora, programa de debate que emite TV3.
[3] Se puede leer una entrevista a Miren Etxezarreta en el CNT de noviembre de 2006.
[4] Ex-miembro del PCE y posteriormente CDS de Adolfo Suárez.
[5] Ver la Sección de Economía del Periódico CNT de enero de 2007.
[6] Incluso de la ONU, que no es muy neutral que digamos respecto al sistema capitalista.
[7] Limitar inflación al 2%, limitar el gasto público (cantidad anual), limitar el déficit público (gasto acumulado), etc.
[8] Crecimiento económico es sólo incremento de productos (PIB); desarrollo es que estos bienes y servicios repercutan en los trabajadores además de en una mejora en los servicios públicos (sanidad, educación) y en la calidad de vida de las personas.
[9] El concepto de trabajador cualificado es bastante ambiguo porque ni yo ni el catedrático de economía Josep Oliver sabríamos hacer, de entrada, la mayoría de trabajos que se hacen hoy en día y que requieren una mínima destreza de habilidades y conocimientos.
[10] De forma indirecta, por correo electrónico, pues no era posible intervenir directamente en el programa.
[11] También se cree entonces los datos del IPC desde la entrada del euro en 2002, cuando por casualidades de la vida, Rodrigo Rato cambió la forma de calcular los incrementos de precios para contrarrestar la previsible subida que hubo de hasta un 60% en la mayoría de precios. Si nos fijamos
en los datos de inflación de aquella poca, por poco los precios no bajan.
[12] Dice que no puede haber un índice para los jubilados, otro para los parados, etc., aunque hay quien opina que no sería una mala idea, porque los jubilados no compran lo mismo que los jóvenes y les afecta muchísimo más un incremento en la alimentación o la vivienda.
[13] Que no es sólo culpar a los otros, sino además echarles mierda.
[14] A no ser que esperen que trabajemos como esclavos, sin cobrar nada, pues entonces seremos plenamente productivos.

Publicado en Periódico cnt, nº342 de Febrero 2008. ISSN 1135-173X. pp. 10-11

http://archivo-periodico.cnt.es/342febr2008/index.htm

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