Los economistas, la clase
trabajadora y la crisis económica que vendrá
Lluís Rodríguez Algans1
Como bien saben los lectores, la forma de reproducir las ideas dominantes, capitalistas, es con el lenguaje y argumentos de las clases dominantes. Por esta razón es básico ser conscientes de la necesidad de rebatir esos argumentos con argumentos propios. También saben los lectores que la televisión es el medio más usado actualmente para transmitir la ideología dominante, y si ésta se materializa en argumentos de tipo económico o relacionados con la economía, núcleo duro de las sociedades, es más importante, si cabe, destruir estos argumentos y evidenciar el intento de manipulación de la realidad que pretenden conseguir los capitalistas.
Éste no es un artículo
muy habitual en las secciones de economía de los periódicos. No lo
es, en primer lugar, porque pretende ser un resumen comentado de un
programa de debate emitido el pasado lunes 4 de enero en la
Televisión de Cataluña titulado “2008, venen les vaques magres”
(2008, vienen las vacas flacas)2. En este debate, dedicado a hablar
de la posible crisis económica que se avecina, participaron cuatro
economistas con perfiles ideológicos diferentes, aunque tres de
ellos tenían un perfil bastante homogéneo, pro-capitalista. El
artículo no es habitual, en segundo lugar, porque tiene un doble
objetivo pedagógico, más allá de tratar de temas de actualidad
económica y con un lenguaje accesible: por una parte pretende
rebatir o apoyar las opiniones de los “expertos” desde una
perspectiva anarcosindicalista, y por otra parte, pretende
desentrañar cómo y en qué puntos se omite la información o se
manipulan las expresiones para transmitir a los espectadores una
justificación del statu quo y así defender los intereses de los
empresarios.
Tanto en este debate,
como en otros donde se tratan temas económicos, es importante tener
en cuenta que muchos argumentos se repiten. Asimismo es importante
ser consciente de que los argumentos que puedan utilizar los
políticos suelen ser los mismos que utilizan los economistas que les asesoran. También
por ello nos proponemos analizar a fondo el debate y dar argumentos a
los trabajadores.
Presentación del
debate
El programa se inició
con una breve exposición del tema por parte del presentador donde
mostró, mezclándolo todo un poco, diferentes aspectos de la
economía española y mundial: el incremento del consumo de petróleo
de China, que implica un incremento de precios del mismo; el
crecimiento económico (PIB) de la India a tasas del 10%; la
fortaleza del euro respecto al dólar, que perjudica las exportaciones
europeas; la desaceleración de la construcción en España; sus
efectos en el mercado de trabajo; el aumento de precios de los
productos básicos; la deslocalización de empresas; etc. A
continuación se presentó a los invitados, que fueron Josep Oliver
(Catedrático de Economía Aplicada, UAB y asesor del servicio de
estudios de Caixa Catalunya), Ramón Tamames (Catedrático de
Estructura Económica, UAM, cátedra Jean Monnet de la Unión Europea
y miembro del Club de Roma), Miren Etxezarreta (Catedrática de
Política Económica, UAB y miembro del Seminario de Economía
Critica Taifa) y Ramón Tremosa (Profesor de Teoría Económica, UB).
Para que entiendan los lectores, en la mesa sólo la profesora Miren
Etxezarreta estaba en contra del abuso por parte de los capitalistas
hacia los trabajadores que se materializa en la situación que
vivimos actualmente. Por ello la postura crítica con el capitalismo
partía de una posición de inferioridad con sólo una cuarta parte
del tiempo del programa (incluso menos), para decir las cosas por su
nombre y que estas ideas llegasen a la población3.
¿Podemos hablar de
crisis económica?
El debate comenzó con
esta pregunta y Ramón Tamames4 desvió la atención diciendo
vaguedades pues, según él, hablar de crisis es prematuro ya que
ciclos económicos ha habido siempre y la crisis se define con tres
trimestres seguidos de crecimiento negativo del Producto Interior
Bruto (PIB). Según este economista y político, el parón de la
construcción, que tira de toda la economía española, el euro alto
y el incremento de los precios del petróleo pueden ser
perjudiciales.
Para Miren Etxezarreta
estamos en un momento de incertidumbre y vulnerabilidad. Los
indicadores objetivos (PIB, paro, inflación, comercio exterior)
apuntan a una desaceleración fuerte y puede haber problemas
importantes con el paro. Asimismo, en los últimos meses ha habido
una crisis financiera unida a una crisis de confianza. Por otra parte
Miren Etxezarreta se pregunta que “si tal como dicen los
gobernantes la economía va bien… ¿para quién va bien?”. Según
ella en los últimos 10 años en el estado español, la economía ha
ido fantásticamente bien para los empresarios, en cambio, para la
gente de a pie, no tanto. A la pregunta de “¿hacia dónde va la
economía?”, responde que entre las clases sociales siempre va a
existir desigualdad en la distribución de la renta. Asimismo cree
que el modelo de crecimiento del estado español es muy vulnerable,
pues se basa en el turismo, la construcción, la automoción y muy
poco en el resto de la industria. Paralelamente se pregunta “¿por
qué tenemos que crecer?”, pues cree que las coordenadas del debate
son más profundas y amplias, ya que hay que ver para quién es el
crecimiento que hemos tenido (es para los empresarios) y cuánto
tiempo puede durar este crecimiento existiendo límites ecológicos
evidentes. En este sentido expresó que España ya crece suficiente y
ahora se tiene que hablar de la distribución de los beneficios entre
la población. Por último apostilló que si tuviéramos buenos
servicios sociales, no pasaría nada con los ciclos y las crisis
económicas, pero no es el caso.
Después de la exposición
anterior era necesario que alguien saliera al paso de estas
afirmaciones y Josep Oliver fue el encargado. Según Oliver estamos
en una situación de caída de la construcción y existen previsiones
de disminución de la creación neta de puestos de trabajo (450.000
en 2008; 300.000 en 2009). Según Oliver, España tenía 12 millones
de trabajadores en 1996 y 21 millones hoy. Así pues, si no hay
destrucción de puestos de trabajo la renta de las familias no baja.
Para Oliver claramente se ha beneficiado del crecimiento la mayoría
de la población: las mujeres que han accedido al mercado laboral,
pues hace años las tasas de paro eran del 22-24% y hoy son del 5-6%,
tasas de “pleno empleo”, puntualizó.
En este punto me voy a
detener para rebatir los argumentos. Por orden, creo que el profesor
Oliver manipula intencionadamente los datos al afirmar que el
crecimiento ha beneficiado a la mayoría de la población. Para decir
que la renta de las familias no baja, no sólo hay que considerar la
creación de puestos de trabajo, sino también los salarios reales
(descontada la inflación). En el caso de la economía española, se
han creado muchos puestos de trabajo con salarios míseros, que con
el tiempo (con el incremento de precios, nunca bien calculado) han
evidenciado un cambio en las fuentes de ingresos de las familias:
hace años las familias vivían con un sueldo, hoy justo nos viene
con dos sueldos. Decir por ello que las mujeres se han beneficiado
porque han accedido al mercado laboral es un insulto a la
inteligencia. Si observamos en los últimos años, vemos que la parte
del pastel (PIB) que va a los trabajadores ha disminuido mucho,
mientras que la parte que va a los empresarios ha aumentado5. Cuando
el profesor Oliver -o cualquier político- utiliza el concepto “pleno
empleo”, que queda muy bien por la tele, olvida intencionadamente
que las cifras oficiales esconden la realidad de la economía
sumergida que no tiene derechos sociales (se calcula que es en torno
a un 30% del empleo total de la economía española), de la
precariedad laboral (un 60% de los contratos), de la alienación e
inutilidad social de muchos de los empleos que se crean y sobre todo
de los sueldos de miseria que cada vez se extienden más (working
poor, trabajadores pobres).
Ramón Tremosa, otro de
los tertulianos, consideró también que estamos en un momento
cíclico de la economía pero que es necesario analizar la economía
global en su contexto pues ha sido un buen año porque se ha creado
riqueza (ha incrementado el PIB), el comercio internacional favorece
a todos los países y la globalización es buena.
Tengo que decir, en
primer lugar, que Tremosa utilizó una técnica bastante conocida,
también utilizada por otros de la mesa, de centrarse en “los
otros” para desviar el debate del estado español (la economía
mundial, la globalización). Por otra parte, afirmaciones del tipo
“el comercio internacional favorece a todos los países” o “la
globalización es buena”, sin más, no tienen otro objetivo que
servir de instrumento de propaganda capitalista. Y son pura
propaganda porque hay múltiples estudios que demuestran lo
contrario6 y porque la realidad de hambre, miseria y explotación que
perciben los trabajadores de los países pobres es otra totalmente
distinta a la que se atreve a vociferar un profesor de universidad
por la televisión pública.
La crisis
financiera
Según Tamames, la
confianza por parte de los inversores en el sistema financiero ha
caído brutalmente en la Unión Europea (UE). Ésta, por su parte, no
ha dado el “do de pecho” haciendo suficientes políticas para
evitar la crisis financiera. Asimismo opina que la crisis está
concentrada en derivados financieros y en el mercado hipotecario de
EE.UU. Para Tamames, el sistema crediticio europeo es mucho más
sólido pero la crisis de EE.UU. se ha trasladado por medio de
Inglaterra, que ha contagiado a constructoras, inmobiliarias, bancos
y al final, a la bolsa, donde todo se contagia.
Por otra parte, añadió
Josep Oliver, los tipos de interés no son altos pues en 1995 los
tipos de interés hipotecarios eran del 17%, siendo la inflación del
4%. Los tipos de interés demasiado bajos han llevado al boom
inmobiliario. Ahora con tipos de interés del 5% e inflación del 4%
el tipo de interés real es del 1%.
Para responder al
profesor Oliver es necesario aclarar que es mentira que el tipo de
interés real sea del 1% para los trabajadores (quizás para los
empresarios sí) por dos motivos evidentes: si suponemos que la
inflación real es del 4% (que es mucho suponer) vemos que todos los
salarios no se actualizan con la tasa de inflación que dice el
Estado sino que normalmente lo hacen a una tasa menor (contención
salarial firmada por CCOO y UGT). Por otra parte, si creemos, como
creo yo, que los datos de la inflación no son ciertos y los precios
suben mucho más de lo que dicen, la distancia entre salarios y
precios se va haciendo cada vez mayor, cosa que implica que los tipos
de interés que realmente nos afectan se disparen mucho al no poder
asumir la cuota de la hipoteca.
Miren Etxezarreta
respondió a Tamames su afirmación de que la UE no ha actuado,
preguntando cuántos miles de millones de euros ha inyectado el Banco
Central Europeo para resolver esta crisis de liquidez, puntualizando
que muchos defienden que el sector público no debe intervenir, pero
que cuando el sector financiero va mal, van corriendo a ayudarlo.
Siguió la profesor a Etxezarreta explicando que las hipotecas son
más sólidas en España, pero que los bancos españoles están
inmersos en la enorme especulación financiera de los bonos basura.
Para Miren Etxezarreta, por otra parte, desde 1996 la economía
española ha crecido mucho, pero ahora se está dando un deterioro
rápido. En julio de 2007 se publicó una encuesta donde 8 de cada 10
empresarios consideraban que la economía va bien, lo que confirma
que los empresarios sólo miran el corto plazo. A la afirmación de
un miembro de la mesa de que el crecimiento ha sido gracias a la UE,
responde que ella está en contra del modelo de Maastrich7, porque
genera crecimiento económico, que es distinto a desarrollo8, pero
sobre todo porque genera desigualdad, pues los salarios reales han
perdido mucho en los últimos años.
Los precios del
petróleo
Según Ramón Tamames el
incremento de los precios se puede explicar por la fortísima
elevación de los precios de los alimentos y la energía. Los
alimentos suben debido a las malas cosechas, a la especulación, a
los incrementos del petróleo, los fertilizantes y los
biocombustibles. Según el profesor Tamames hay mucho cinismo en las
grandes potencias como EE.UU., Inglaterra o Francia pues cuando la
OPEP decide subir los precios del petróleo, ellos también los suben
en Alaska u otros lugares de extracción. Según Tamames los
alimentos y el petróleo han subido demasiado.
Por otra parte, Josep
Oliver, respondiendo a Miren Etxezarreta, e insistiendo con el tema
para que no quede duda, opina que utilizar los salarios reales es una
trampa porque han entrado 8 millones de personas y si miramos los
salarios de los trabajos cualificados en 1995, ahora los sueldos han
subido.
De nuevo me veo en la
obligación de responder, pues una crisis bursátil no tiene por qué
repercutir en la economía productiva y menos una crisis bursátil
asociada a la especulación con valores tecnológicos (como fue en
2001), si fuera al revés, una crisis productiva que se reflejara en
la bolsa, sí que sería una crisis real (por ejemplo, ahora la
crisis de las constructoras e inmobiliarias en la realidad y en la
bolsa). Lo mismo podemos decir de los precios del petróleo, pues
existe un límite de precios que es posible soportar (caso de 2003),
cosa que ahora ya empieza a pesar. Por otra parte, en referencia a
los salarios, está claro que si los empresarios ganan cada vez más
y hay más trabajadores que se reparten la otra mitad del pastel, el
salario real va a bajar. Lo que importa ver en este caso es el
salario relativo, es decir, cuánto produce una empresa (o un país),
cuántos beneficios tiene y cuántos salarios para los trabajadores
distribuye, porque en el caso que nos ocupa se pueden incrementar
mucho más los salarios porque estos trabajadores nuevos también
producen, y no poco. Por ultimo, respecto al incremento de los
salarios de los trabajadores cualificados, la pregunta es ¿qué
porcentaje de todos los trabajadores representan los que él llama
“cualificados”?9, por no decir que muchísimos trabajadores
mileuristas son trabajadores cualificados, ¿o tener un titulo
universitario no es estar cualificado? Insistir en la estrategia de
esconder el papel que juegan los beneficios empresariales (pasados o
presentes) en todo esto, sólo da resultados a corto plazo, pues
siempre hay quien se da cuenta. La pregunta obligada es ¿por qué
esta actitud de recelo en reconocer que las empresas han incrementado
mucho los beneficios y que estos beneficios no repercuten en los
salarios? ¿Qué intereses ocultos, no explicitados, defiende esta
actitud?
Señor Tamames,
¿usted se cree el IPC publicado en 2007?
El debate continuó con
esta pregunta, nada inocente, formulada por un espectador10, a la que
Tamames respondió que sí, que se lo creía, con alguna
justificación a la defensiva. Dijo que se lo creía porque los
funcionarios del INE son gente decente que calculan bien y no tienen
presiones políticas. Dijo que se podrá criticar la forma en que se
hace el índice11, pero es indicador representativo de un presupuesto
familiar12. Otra justificación a la defensiva era que “la gente se
queja pero hemos visto el chorro de compras de la navidad, pues todo
el mundo quiere 2 teléfonos móviles, ordenadores portátiles o
viajar a Turquía o a EE.UU.”.
No tengo espacio en este
artículo para tratar el tema de la inflación, para ello
redactaremos un artículo específico más adelante, pero es
importante apuntar quién provoca la inflación (los empresarios, que
son quienes marcan los incrementos de precios), quién se beneficia
(patronal y estado) y con qué mecanismos (cálculo interesado de los
datos de inflación: contención salarial y de pensiones). A mi
entender, lo que hace el profesor Tamames es utilizar la táctica del
ventilador13, lo que muy bien nos han enseñado a todos los
economistas en las facultades burguesas: la culpa del paro es de los
parados y la de los incrementos de los precios, de los consumidores,
que cobran demasiado y consumen mucho.
Para Miren Etxezarreta,
la intervención del profesor Tamames era una perfecta exposición de
la clase media-alta, pues no se refirió a la subida del costo de los
alimentos, al hablar del índice del consumo. Según la profesora
Etxezarreta, se ha hablado sólo del 25% de la población con más
renta, a quienes no le afectan mucho los incrementos en los
alimentos. Asimismo tenemos que el sistema productivo está alejado
del sistema distributivo y existen muy pocos datos oficiales sobre
los ricos de este país, que, en todo caso, han vivido y viven en
estos años todo el esplendor económico. Por otra parte, los
servicios sociales generalmente completan los ingresos de los pobres
y los trabajadores de menos ingresos, y mientras el gobierno dicta
leyes electoralistas muy bonitas, de 2500 euros por hijo, de 210
euros por piso, etc., al mismo tiempo los derechos sociales de la
gente se están deteriorando muy fuertemente, con procesos de
privatización muy sutiles, tanto en la educación o la sanidad como
en las pensiones.
La profesora Etxezarreta
se pregunta: “si Tamames mira a la clase media, ¿quién mira qué
hacen los ricos?”
Para Josep Oliver, el IPC
es representativo porque el consumo medio en alimentación en España,
ronda el 18% de la renta (más o menos el porcentaje que se computa
en el IPC). Asimismo un 60% de familias no pagan nada por su vivienda
y no les afecta la subida de las hipotecas.
De lo que se olvida el
profesor Oliver es de que, para aquellos que pagan hipoteca, ésta
representa más de la mitad de su sueldo (50%) que va directamente a
los bolsillos de las inmobiliarias, constructoras y bancos (o cajas),
y que las hipotecas se reflejan en el IPC sólo en un 2%, con lo cual
es imposible que si suben una barbaridad, suba el IPC y suban los
salarios en los convenios colectivos. Por otra parte, para Oliver es
importante el tema de los salarios porque vuelve a la carga con ello.
Según Oliver es peligroso hablar de salarios bajos porque estamos en
un mundo competitivo, donde hay deslocalizaciones y los salarios
también tienen que ser competitivos, pues tienen mucho que ver con
la productividad. A este argumento se le añade el profesor de Teoría
Económica, Ramón Tremosa, pues opina que los salarios son bajos por
culpa de que la productividad es baja, además de que las empresas
están en precariedad de beneficios. Para empezar a rebatir estos dos
argumentos, ni toda la estructura productiva está sujeta a ser
deslocalizada, pues son unos sectores concretos de la industria, ni
por ello se tiene que aceptar, aunque ellos parece que lo aceptan sin
rechistar, que el Estado subvencione multimillonariamente a estas
industrias para que después se vayan con multimillonarios beneficios
conseguidos en todos los años anteriores.
Por otra parte, decir que
los salarios dependen de la productividad es cargar la
responsabilidad contra quien no la tiene y enchufar de nuevo el
ventilador. Ni la productividad es baja14, ni es cierto que los
salarios dependan de la productividad en el sistema capitalista. En
el sistema de relaciones laborales actual, los salarios dependen de
las negociaciones de los convenios colectivos que llevan pareja o no
lucha obrera. A más lucha obrera, más salario y mejores condiciones
laborales. Es, pues, una relación de poder. En la mayoría de los
trabajos, no porque produzcas más vas a cobrar más (básicamente
porque la productividad es muy difícil de calcular). El salario es
independiente de lo que produzcas, pues el salario paga de forma fija
la fuerza de trabajo (las horas, con los conocimientos), y paga
también la posibilidad que tiene el empresario, o de exigirte más
en lo que no puede controlar (normalmente la intensidad) o de
despedirte.
Durante el programa se
percibe tensión en el ambiente por las opiniones de Miren
Etxezarreta, sobre todo por parte de Tamames y Oliver, que son los
que tienen más peso en la mesa, y a quienes no les gusta nada que se
pongan encima de la mesa temas comprometidos. Personalmente me
gustaría ver si la mayoría de economistas de la mesa se atreverían
a afirmar lo que dijeron en el debate ante un grupo de trabajadores
en huelga por mejorar sus condiciones laborales, ante unos
pensionistas o ante un grupo de compradores a la salida del
supermercado, como si de un mitin se tratara y lejos de la cómoda
posición de que no te pueden replicar.
Para finalizar, mi
opinión es que sólo Miren Etxezarreta conectó con el público, al
menos el público que contactó con el programa (vía correo
electrónico), pues creo que sus reacciones eran mayoritariamente de
cierta indignación por los derroteros del debate, pues cualquier
trabajador se da cuenta de que en los últimos años se han degradado
sus condiciones de vida, con la precariedad laboral, con el
incremento de precios de la vivienda y de los productos básicos,
etc. y en cambio, se veía a la mayoría de miembros de la mesa
desviando el debate hacia otros temas o justificando la indecente
situación que nos va a tocar vivir a la clase trabajadora si no
reaccionamos y luchamos por nuestros derechos.
Notas:
[1] Afiliado a la
CNT-Barcelona y miembro de la redacción de economía del periódico
CNT.
[2] Àgora, programa de
debate que emite TV3.
[3] Se puede leer una
entrevista a Miren Etxezarreta en el CNT de noviembre de 2006.
[4] Ex-miembro del PCE y
posteriormente CDS de Adolfo Suárez.
[5] Ver la Sección de
Economía del Periódico CNT de enero de 2007.
[6] Incluso de la ONU,
que no es muy neutral que digamos respecto al sistema capitalista.
[7] Limitar inflación al
2%, limitar el gasto público (cantidad anual), limitar el déficit
público (gasto acumulado), etc.
[8] Crecimiento económico
es sólo incremento de productos (PIB); desarrollo es que estos
bienes y servicios repercutan en los trabajadores además de en una
mejora en los servicios públicos (sanidad, educación) y en la
calidad de vida de las personas.
[9] El concepto de
trabajador cualificado es bastante ambiguo porque ni yo ni el
catedrático de economía Josep Oliver sabríamos hacer, de entrada,
la mayoría de trabajos que se hacen hoy en día y que requieren una
mínima destreza de habilidades y conocimientos.
[10] De forma indirecta,
por correo electrónico, pues no era posible intervenir directamente
en el programa.
[11] También se cree
entonces los datos del IPC desde la entrada del euro en 2002, cuando
por casualidades de la vida, Rodrigo Rato cambió la forma de
calcular los incrementos de precios para contrarrestar la previsible
subida que hubo de hasta un 60% en la mayoría de precios. Si nos
fijamos
en los datos de inflación
de aquella poca, por poco los precios no bajan.
[12] Dice que no puede
haber un índice para los jubilados, otro para los parados, etc.,
aunque hay quien opina que no sería una mala idea, porque los
jubilados no compran lo mismo que los jóvenes y les afecta muchísimo
más un incremento en la alimentación o la vivienda.
[13] Que no es sólo
culpar a los otros, sino además echarles mierda.
[14] A no ser que esperen
que trabajemos como esclavos, sin cobrar nada, pues entonces seremos
plenamente productivos.
Publicado en Periódico
cnt, nº342 de Febrero 2008. ISSN 1135-173X. pp. 10-11
http://archivo-periodico.cnt.es/342febr2008/index.htm
http://archivo-periodico.cnt.es/342febr2008/index.htm
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