Reproduzo a continuación una breve entrada traducida al castellano de un compañero economista que gestiona el blog Quina economia? . La nota hace referencia a la vigencia del análisis y reflexiones de Michal Kalecki respecto al papel del Estado en la economía y al papel del poder empresarial para determinar las funciones y políticas económicas del Estado capitalista en detrimento de los intereses de las clases trabajadoras.
Ver la entrada original aqui
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Michal Kalecki publicó en 1943 una reflexión sobre “Los aspectos políticos del pleno empleo” que es de rabiosa actualidad. Se
planteó la siguiente pregunta:
“Está claro que el aumento de la producción y el empleo no beneficia sólo a los trabajadores, sino también a los empresarios, porque sus ganancias aumentan. Y la política de pleno empleo antes descrita no reduce las ganancias porque no implica ninguna tributación adicional. En la depresión los empresarios suspiran por un auge, ¿por qué no aceptan gustosos el auge “artificial” que el gobierno puede ofrecerles?”(p.216)
Kalecki dio tres explicaciones complementarías:
1. En un sistema de no intervención del Estado (laissez-faire), el nivel de empleo depende en gran medida de las decisiones de inversión de los capitalistas. Esto les da un control indirecto sobre la política del Estado, dado que si no es de su gusto podrían no invertir y desencadenar así una crisis económica. Los déficits públicos necesarios para llevar a cabo políticas de pleno empleo se perciben, pues, como ataques a su poder para dictar la política económica.
2. El destino del gasto público encaminado a reactivar la economía tampoco suele gustarles. Algunas inversiones públicas pueden competir con las del capital y reducir sus áreas de negocio (ya sean hospitales o la generación de electricidad). Tampoco que se subsidie el consumo de sus propios productos, porque se pondría en juego “la ética capitalista” que exige que “te ganarás el pan con tu sudor (…)”.
3. Si se consiguiera superar la oposición a las políticas de pleno empleo y éste se lograra, el efecto ‘disciplinario’ que tienen los despidos y la existencia de un ‘ejército de reserva’ de trabajadores parados desaparecería. Por lo tanto, la posición de fuerza de los trabajadores aumentaría y así también sus reivindicaciones salariales y de condiciones laborales. Kalecki concluye que la “disciplina en las fábricas y la estabilidad política son más apreciadas que los beneficios por los líderes empresariales” .
Aquí sólo pondremos algunos ejemplos evidentes de como el análisis de Kalecki es útil para entender lo que estamos viviendo.
1. Se ha institucionalizado la doctrina del déficit cero y el Banco Central Europeo se caracteriza por dejar las finanzas del Estado en manos de los mercados financieros. Así, se ha limitado la capacidad de intervención del Estado en la economía y la recuperación, nos dicen, pasa por que ‘se devuelva la confianza a los inversores’, es decir, para doblarnos a sus exigencias.
“Está claro que el aumento de la producción y el empleo no beneficia sólo a los trabajadores, sino también a los empresarios, porque sus ganancias aumentan. Y la política de pleno empleo antes descrita no reduce las ganancias porque no implica ninguna tributación adicional. En la depresión los empresarios suspiran por un auge, ¿por qué no aceptan gustosos el auge “artificial” que el gobierno puede ofrecerles?”(p.216)
Kalecki dio tres explicaciones complementarías:
1. En un sistema de no intervención del Estado (laissez-faire), el nivel de empleo depende en gran medida de las decisiones de inversión de los capitalistas. Esto les da un control indirecto sobre la política del Estado, dado que si no es de su gusto podrían no invertir y desencadenar así una crisis económica. Los déficits públicos necesarios para llevar a cabo políticas de pleno empleo se perciben, pues, como ataques a su poder para dictar la política económica.
2. El destino del gasto público encaminado a reactivar la economía tampoco suele gustarles. Algunas inversiones públicas pueden competir con las del capital y reducir sus áreas de negocio (ya sean hospitales o la generación de electricidad). Tampoco que se subsidie el consumo de sus propios productos, porque se pondría en juego “la ética capitalista” que exige que “te ganarás el pan con tu sudor (…)”.
3. Si se consiguiera superar la oposición a las políticas de pleno empleo y éste se lograra, el efecto ‘disciplinario’ que tienen los despidos y la existencia de un ‘ejército de reserva’ de trabajadores parados desaparecería. Por lo tanto, la posición de fuerza de los trabajadores aumentaría y así también sus reivindicaciones salariales y de condiciones laborales. Kalecki concluye que la “disciplina en las fábricas y la estabilidad política son más apreciadas que los beneficios por los líderes empresariales” .
Aquí sólo pondremos algunos ejemplos evidentes de como el análisis de Kalecki es útil para entender lo que estamos viviendo.
1. Se ha institucionalizado la doctrina del déficit cero y el Banco Central Europeo se caracteriza por dejar las finanzas del Estado en manos de los mercados financieros. Así, se ha limitado la capacidad de intervención del Estado en la economía y la recuperación, nos dicen, pasa por que ‘se devuelva la confianza a los inversores’, es decir, para doblarnos a sus exigencias.
2. Se está llevando a cabo un ataque al Estado de bienestar para, clarísimamente, abrir nuevas áreas de negocio al capital privado. Y
cómo que “te ganarás el pan con tu sudor”, los subsidios de desempleo se
recortan, no hay clemencia con los desahuciados, etc.
3. Se aprovecha la desesperación de muchos desempleados por trabajar y el miedo en el cuerpo que tienen los que todavía conservan el trabajo, para recortar salarios y derechos laborales.
3. Se aprovecha la desesperación de muchos desempleados por trabajar y el miedo en el cuerpo que tienen los que todavía conservan el trabajo, para recortar salarios y derechos laborales.
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