Me hago eco por su interés de la entrevista a Enrique Lillo, abogado laboralista de CCOO, respecto a la nueva reforma laboral y sus aspectos más lesivos para las clases trabajadoras. Entre ellos se encuentran la facilitación del despido y el empeoramiento de las condiciones pactadas por convenio por vía de la justificación económica y productiva, algo que también afecta a la necesaria implicación de los y las trabajadoras en el conocimiento profundo de la realidad económica y productiva de las empresa e indirectamente a los y las economistas que asesoramos a trabajadores y trabajadoras. La entrevista se publicó en la Revista de Estudios número 47 de la Fundación 1º de Mayo.
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La respuesta social tiene que ser radical y contundente
ENRIQUE LILLO | ABOGADO LABORALISTA
Entrevista realizada por Carmen Rivas
Enrique
Lillo tiene 59 años y es de un pueblo castellano-manchego, de Ciudad
Real que se llama Carrizosa. Llegó a Madrid a estudiar derecho y desde
1977 defiende a los trabajadores en cientos de empresas y sectores,
siempre desde Comisiones Obreras.
Es uno de los mejores abogados
laboralistas, heredero de los abogados asesinados en su despacho de la
calle Atocha hace 36 años. En esta entrevista explica y profundiza en el
alcance de la última reforma laboral aprobada por el Partido Popular y
denuncia que el objetivo último es acabar con la implantación sindical,
con la organización de trabajadores en las empresas, cuya justificación
más clara es la negociación colectiva que culmina en acuerdos o
convenios que dan cobertura legal y regulan la actividad laboral en la
empresas.
Asegura Enrique Lillo que tras 35 años de democracia
esta reforma laboral nos puede situar en una etapa preconstitucional.
Podemos llegar a una situación dictatorial de la mano de lo que estamos
viviendo, afirma. Tenemos que intentar defender los derechos
democráticos y los derechos sociales e intentar que se rectifique la
política económica en España y en Europa. El gran drama de la actualidad
es que los poderes públicos están contribuyendo a acrecentar la
dimensión de la crisis en lugar de solucionarla.
Pregunta:
La crisis económica esta teniendo profundas repercusiones para los
trabajadores tanto por la pérdida de empleo como por el empeoramiento de
las condiciones económicas y sociales a causa de las reformas
laborales, en especial, la última aprobada del gobierno del Partido
Popular.
R.: Esta última reforma laboral supone una
carnicería para los trabajadores que, si se consolida en los términos en
que ha sido diseñada por el Partido Popular, va a traer un
empeoramiento y empobrecimiento, que ya se está dando, de las
condiciones de vida los trabajadores y de sectores de las clases medias y
puede significar también el propio cuestionamiento del futuro de los
sindicatos.
La reforma laboral, no sólo abarata y facilita el
despido, que pasa a ser de 20 días o de algo más de 20 días para
aquellos casos en que los trabajadores acuerden con sus empresas.
La
reforma laboral puede suponer, si se consolida como proyecto, el
enterramiento de la negociación colectiva y sin negociación colectiva no
existen sindicatos. Y digo enterramiento porque al favorecer los
convenios de empresa y la caducidad en la ultra actividad de los mismos
puede hacer que los trabajadores se queden sin convenio colectivo de
aplicación. Esto va a generar muchas más dificultades materiales para
negociar nuevos acuerdos.
P.: ¿En
qué momento de la aplicación de la reforma laboral nos encontramos y
cual es su apartado más peligroso, más dañino para los trabajadores?
R.:
La aplicación de la reforma laboral como digo tiene dos fases, en la
primera el abaratamiento masivo del despido, reducción salarial y
empobrecimiento de los trabajadores y de amplios sectores de la clase
media y la reducción o pérdida de sus condiciones laborales. En la
segunda fase que puede empezar en junio, desaparecen buena parte de las
unidades de negociación, si estos convenios no son renegociados antes de
junio de 2013. Creo además que esta reforma laboral implica que a los
trabajadores se les dificulta sus posibilidades de defensa frente a los
empresarios. Digo esto porque la reforma laboral exige a los sindicatos y
a sus abogados un esfuerzo profesional de entendimiento de la nueva
regulación de despidos colectivos y de la nueva regulación de las
modificaciones sustanciales de condiciones de trabajo que implican
reducciones salariales. Y eso exige adquirir conocimiento sobre economía
de la empresa: balance, auditorias, cuentas de resultados, memorias.
Para
lo cual se necesita no sólo un replanteamiento del contenido cognitivo
de los abogados sino también de los propios sindicalistas.
P.:
Entiendo muy bien que los abogados tengan que ponerse al día de la
nueva legislación laboral y conocer a fondo los mecanismos que les
permitan argumentar las demandas pero, ¿por qué, también los
representantes de los trabajadores necesitan adquirir esos conocimientos
sobre economía de empresa?
R.: Los sindicalistas deben
familiarizarse inmediatamente y empezar a estudiar y aprender sobre
periodos de consulta, información dentro del periodo de consultas, qué
tipo de documentación hay que preparar, descifrar el contenido de la
documentación económica puesto que su función no va a ser sólo negociar
la indemnización económica. Si no se tienen estos conocimientos no se
podrá defender bien el periodo de consultas y tampoco se podrá
articular, correctamente, la demanda de impugnación colectiva. Para esto
hacen falta más medios técnicos, sobre todo de economistas
familiarizados con la situación económica en la empresa y más
conocimientos por parte de los sindicalistas de las documentaciones de
las empresas, de las memorias, los balances y las cuentas de resultados.
P.:
¿Con estos nuevos conocimientos se podrá minimizar el impacto de la
última reforma laboral o simplemente hacer frente a la agresión?
R.:
Servirán para hacer una lucha exclusivamente defensiva. Conseguir un
buen pacto en un expediente de regulación de empleo evidentemente es un
problema sindical pero también ahora, a raíz de la reforma laboral, es
un problema técnico, económico y jurídico. El desafío es tan grande que
el hecho de que rebajen las indemnizaciones, que te cuestionen la
negociación colectiva y que te obliguen, si quieres defenderte, a unos
esfuerzos técnicos que necesitan muchos recursos y medios, nos sitúa
ente un panorama muy desolador que es en el que nos ha colocado el
Partido Popular.