miércoles, 2 de noviembre de 2011

Parecon y autogestión. Entrevista con Michael Albert

Reproduzco a continuación la entrevista que se publicó en el Periodico cnt nº 383 de noviembre de 2011 y nº384 de diciembre de 2011. Se puede descargar la entrevista en formato imprimible reproducida en la Revista Iberoamericana de Autogestión y Acción Comunal.


Parecon y autogestión. Entrevista con Michael Albert


El pasado 13 de octubre se celebró en Barcelona la conferencia debate titulada "Parecon: la vida después del capitalismo", a la que asistió como ponente Michael Albert. Tuvimos la oportunidad de poder hacerle una entrevista via mail previa a su llegada de la cual, por razones de espacio, sólo hemos publicado en la sección de economía del Periódico CNT una selección de todas las preguntas. En las siguientes líneas se puede leer la versión íntegra de la entrevista. 

Preguntas: Redacción de Economía. Traducción: Victor Méndez y Jon Las Heras. Para contactar con la sección: economia@periodico.cnt.es

En la historia existen pocos autores anarquistas que se hayan dedicado a analizar los aspectos económicos de la sociedad. ¿Cuáles crees que han sido las aportaciones más relevantes de los anarquistas al pensamiento económico?

Creo que la principal contribución de los anarquistas a la economía, es su deseo de reducir la jerarquía al mínimo y en su lugar, aumentar la participación consciente y la autogestión. Estos objetivos deberían guiar cualquier pensamiento razonable sobre la economía, o sobre cualquier otro fenómeno social.

Otra contribución anarquista ha sido su atención al papel de la división entre clases no derivada de la propiedad. Bakunin y otros fueron fundamentales, creo, para ayudar a comprender que una división del trabajo que otorga a una minoría un monopolio laboral transmisor de influencia, habilidades sociales, iniciativa y confianza, en tanto que la mayoría solo realiza un trabajo sin alicientes que requiere mayormente obediencia a la vez que la disminución de las habilidades sociales y la confianza en uno mismo, hace que el primer grupo, que llamo la clase coordinadora, domine al segundo, la clase trabajadora. Para entender los intereses de clase como una fuerza motriz en el cambio económico se requiere que uno destaque no solo dos clases – capitalista y trabajadora – sino tres, capitalista, trabajadora, y, entre ellas, la clase coordinadora, no menos porque los coordinadores pueden convertirse en la clase dominante en lo que ha sido llamado socialismo de mercado o de planificación central, pero que debería haber sido llamado coordinarismo.

Finalmente, creo que el trabajo de Kropotkin sobre el apoyo mutuo y también con respecto a las virtudes intrínsecas del trabajo, puede ayudarnos a comprender cómo los mercados atacan a lo social así como el mecanismo de distribución alternativo necesario para fomentar, en su lugar, el apoyo mutuo. Es asimismo útil para entender el impacto de las divisiones del trabajo contemporáneo y esclarecer qué se requerirá para tener relaciones económicas equitativas e incentivos económicos razonables.