Entrevista al ICEA: El problema no es el neoliberalismo, sino el capitalismo
Desde hace unos meses viene funcionando el Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA). Son un grupo de gente que se mueven en el ámbito de la economía con ánimo de convertirse en un think tank de economistas anarquistas (perdonadnos la licencia). Creemos que se hace necesario en el movimiento libertario contar con compañeros y compañeras que se dediquen a elaborar análisis y estudios teóricos y prácticos. Servirá su trabajo además para combatir con buenos argumentos la tendencia "anarcocapitalista" que ha dado el salto ya desde los Estados Unidos hacia Latinoamérica, así como para mejorar nuestra formación ideológica... y para saber cómo conformar la sociedad libertaria del futuro. Deseamos desde aquí que su ejemplo se siga desde otros ámbitos del conocimiento. Conociendo su trabajo desde alasbarricadas.org les hicimos estas preguntas:
ALB Noticias.- ¿Como surge la idea de crear el ICEA?
ICEA.- Hace ya varios años, entre los proyectos de estudiantes de economía que abordan esta materia con un enfoque crítico, coincidimos varias personas que compartíamos, además, posiciones anarquistas. Esto nos hizo pensar en la necesidad de ir haciendo cosas desde nuestros ámbitos de actuación: la economía y el anarquismo. Primero creamos la sección de economía del periódico CNT. Posteriormente, junto a más gente, nos convertimos en una sección más, especializada en temas de economía, de un centro de estudios libertarios de Terrassa (Barcelona). Finalmente, dado que estábamos gentes de distintos lugares de la península y que podíamos ir sacando materiales, vimos la conveniencia de fundar un centro completo, virtual por el momento, pero con la idea de hacerlo físico con el tiempo. Este centro, dada nuestra posición política, debía tratar necesariamente el tema de la autogestión, principal contribución del anarquismo al pensamiento económico; pero además, pensamos que podíamos aportar conocimientos económicos a los movimientos anarquistas y anarcosindicalistas, y al revés, una perspectiva libertaria en aquellos otros movimientos del ámbito de la economía crítica.
Así pues, y éste es un factor importante, quienes formamos el ICEA de entrada, tenemos diferentes inquietudes y formación en lo que se refiere a las diferentes ramas de la economía política. Por ello tenemos la posibilidad de impulsar grupos de estudio en variados campos: pensamiento económico y teoría económica, economía y sociología laboral, política económica, laboral y social, economía mundial, desarrollo económico, economía territorial, economía ecológica, etc. Además nos une el interés por profundizar en el estudio de los aspectos teóricos, históricos y prácticos, relativos a la autogestión obrera y social como alternativa al capitalismo.
ALB Noticias.- Sabiendo que es un proyecto de creación reciente, ¿cómo veis la acogida que está teniendo?
ICEA.- La acogida está siendo cada vez más positiva. Mientras la página web estaba en construcción son varias las personas y organizaciones que desde el estado español y desde distintos lugares del mundo (sobre todo de Latinoamérica), se han puesto en contacto, mostrando interés por él. Por otra parte, en nuestras propias organizaciones se ve como algo muy positivo, por lo que somos bastante optimistas en cuanto a la evolución futura.
ALB Noticias.- En el comunicado que habéis difundido, comentáis que daréis asesoramiento, ¿qué tipo de asesoramiento creéis que os solicitarán u ofreceréis?
ICEA.- Como decimos en el texto de presentación, nuestra intención es apoyar a cualquier sección sindical o sindicato, así como a cualquier colectivo libertario o perteneciente a los movimientos sociales que le pueda interesar nuestro asesoramiento. Debido a que el proyecto está en sus inicios empezaremos por consolidar el asesoramiento a las luchas sindicales de la CNT. Aun así podemos estudiar dar apoyo a las demandas que nos lleguen tanto de asesoramiento para alguna lucha concreta como para la autogestión económica, que es la otra vertiente que pretendemos impulsar. En esta línea nos gustaría, en un futuro, ser capaces de servir de centro de apoyo en caso de ocupaciones de fábricas o empresas en momentos de crisis, por ejemplo. La idea en este caso sería la de hacer estudios de viabilidad de las empresas en cuestión para aportar así nuestro granito de arena a estas luchas.
De momento, como decimos, el asesoramiento que ofreceremos será el referente a apoyar la lucha sindical de la CNT, en términos de analizar las cuentas de resultados de las empresas, la estructura socioeconómica de las mismas, su situación en el sector económico, etc. Los sindicatos mejor organizados y estructurados en el estado español disponen de gabinetes técnicos formados por abogados, economistas y sociólogos que abordan desde estos tres planos un asesoramiento técnico integral para los conflictos sindicales, además de servirles de centros de elaboración de ideas. Es labor, pues, del ICEA –o al menos de la parte de sus miembros que son también de CNT- consolidar este aspecto de asesoramiento ya presente hoy en día en nuestro sindicato.
ALB Noticias.- Se dice habitualmente que el anarquismo tiene un complejo de inferioridad respecto al marxismo, por lo menos en el terreno de la economía. ¿Qué podéis responder a esto como entidad cultural libertaria?
ICEA.- Creemos que adjudicar la autoría de todas las “buenas” incorporaciones de la teoría económica a un solo corpus teórico como el marxista, no es científicamente honesto. La economía marxista se ha visto influenciada previamente por los socialistas franceses, los filósofos alemanes y los economistas ingleses, sobre todo David Ricardo. Más contemporáneamente, muchos autores marxistas se han visto influenciados por los planteamientos de autores institucionalistas como Veblen, postkeynesianos como Kalecki en macroeconomía o neorricardianos como Sraffa en microeconomía. Por eso, en lo que a nosotros respecta, si definimos complejo de inferioridad como la sensación de no tener desarrolladas herramientas para analizar correctamente los sucesos económicos en cada etapa de la historia, también el marxismo tiene o ha tenido un complejo de inferioridad con respecto a otras corrientes de pensamiento económico y social en diferentes épocas históricas (por ejemplo, la recuperación económica de la gran depresión de 1929).
En todo caso, es honesto reconocer que la economía marxista y neomarxista hoy en día es quizás la herramienta más potente de análisis del capitalismo desde una óptica anticapitalista. Por otra parte, esta mayor presencia del marxismo se debe también a la capacidad para extenderse que ha tenido, favorecida en buena medida por el hecho de que no han sido pocos los gobiernos que se han reivindicado de esta corriente ideológica, facilitando la expansión de los aparatos de propaganda y silenciando cualquier disidencia. Aun así es bastante evidente que, por ejemplo, dentro de la Academia, los departamentos (críticos) de economía están poblados de marxistas de algún tipo, mientras los anarquistas están más bien en los de historia. Esto tiene que ver con cierta especialización que hace al anarquismo históricamente un poco carente de capacidad analítica para la dinámica económica, por más que sus aportaciones políticas o en otros ámbitos sean de valor indiscutible. Así, mientras los marxistas se han encargado, y en muchos casos muy bien, de la crítica de la dinámica capitalista, el anarquismo se ha centrado en aspectos más constructivos (el ejemplo típico es Abraham Guillén, pero por ejemplo, Abad de Santillán se movió en la misma línea). Esto ha hecho que en ámbitos como los de la economía crítica o heterodoxa, los planteamientos anarquistas hayan sido tachados de “utópicos” o simplemente desdeñados porque el debate estaba en la crítica y análisis del capitalismo.
Pero asimismo el anarquismo ha desarrollado mucho mejor los aspectos filosóficos y sociológicos, y de hecho muchas corrientes neomarxistas desde los años 60 se han auto-adjudicado ciertos planteamientos anarquistas de crítica al poder, a la autoridad, de cuestionamiento del papel del Estado, etc. En este sentido desde los años 60 los movimientos sociales empiezan a reivindicar nuevas perspectivas, y la autogestión retoma su centralidad como proyecto político. Esto es lo que lleva a Philippe Oyhamburu a hablar de la “revancha de Bakunin” en el famoso libro que editó en España Campo Abierto. Por otra parte, también en el campo de la economía, el anarquismo ha actuado más y mejor que el marxismo en el plano práctico, tanto en sindicatos como en cooperativas, ofreciendo alternativas de transformación más profundas y con mejores programas de acción para construir una sociedad sin clases, como lo pone de manifiesto la Revolución Española de 1936, por ejemplo. En este caso los autores marxistas, incluyendo los heterodoxos, han ido habitualmente a la zaga, como los consejistas o los autores yugoslavos y sus sucesores.
Por todo ello nos resulta difícil decir que podemos tener un complejo de inferioridad respecto del marxismo en el terreno de la economía. Quizás sería más correcto hablar de cierta complementariedad en los campos de investigación.
ALB Noticias.- ¿se ha aprovechado algo del marxismo dentro de la teoría económica del anarquismo?
ICEA.- Sin duda: sí. Es de sobra conocido que Bakunin comenzó a traducir El Capital al ruso y fue Malatesta el que comentara en su momento que todo lo que los anarquistas escribían de economía estaba impregnado de marxismo. La posición de Carlo Cafiero en El Capital al alcance de todos es también un buen ejemplo. En buena medida, todo el análisis económico anticapitalista se basa en el análisis económico de Marx, y esto incluye a los anarquistas claro. Pero es que si la crítica que él hace es buena (y esto parece evidente), sólo desde posiciones ciertamente dogmáticas puede rechazarse su uso. Otra cosa es pensar que, por utilizar el análisis exclusivamente económico de Marx uno tenga necesariamente que utilizar sus planteamientos políticos (como su praxis en el seno de la I Internacional, por poner sólo un ejemplo), o aún peor, el de algunos de sus sucesores. Pero esto es que lo uno no lleva aparejado lo otro. Como decimos, el pensamiento económico marxista y neomarxista es quizás el más y mejor desarrollado para analizar el sistema capitalista. De todas formas es necesario matizar y tener claro que el marxismo no surge espontáneamente, y si de lo que se trata es de analizar correctamente el sistema capitalista en cada etapa histórica, hay autores y corrientes contemporáneas o posteriores muy interesantes. Podemos tomar como ejemplo dos conceptos que el anarquismo ha aprovechado que son el valor-trabajo y la plusvalía. La idea del valor-trabajo surge antes de Marx, concretamente con Adam Smith y sobre todo David Ricardo, y se desarrolla posteriormente con autores estrictamente marxistas como Rubin o neorricardianos como Sraffa. Lo mismo pasa con la idea de plusvalía, ya presente en Proudhon y en otros autores anteriores a Marx. También el papel de la propiedad y el Estado en la economía, un análisis fundamental, lo analiza mucho mejor Proudhon antes que Marx y otros marxistas.
Los anarquistas podemos aprovechar gran parte de los planteamientos marxistas para explicar la realidad económica y hacer aportaciones para construir nuestra propia teoría económica como forma de analizar el capitalismo.
ALB Noticias.- ¿Cuáles son los referentes de los que partís sobre la economía libertaria?
ICEA.- Como anarquistas y anarcosindicalistas nos mueve la práctica antes que la teoría y es por ello que lo que primero nos llama la atención son los referentes históricos (Comuna de París, Alemania 1919, Italia 1920, España 1936-39, etc.). En cuanto a autores, los referentes en lo que al análisis del capitalismo se refiere son pocos: Proudhon y Hodgskin, o Cornélissen por sus posturas sindicalistas y libertarias, así como, respecto a la construcción de alternativas al capitalismo, Kropotkin, Besnard, Gesell, Puente, Abad de Santillan, Gaston Leval o Abraham Guillén, y más recientemente Michael Albert. Abraham Guillén es un referente tanto en el estudio de la autogestión como en cuanto a erudición, aunque creemos que falta por hacerse una buena y definitiva edición de su pensamiento económico.
El debate sobre el comunismo libertario que enfrentó las posturas representadas por Isaac Puente y Abad de Santillán en el IV congreso de la CNT (mayo de 1936) nos parece igualmente muy interesante, pero más interesante nos resulta analizar las realizaciones prácticas del periodo revolucionario, por las soluciones que se tuvieron que implementar, viendo cuáles fueron los aciertos y cuales los errores.
ALB Noticias.- ¿qué crítica le hacéis al neoliberalismo imperante? ¿Creéis que ha sido el neoliberalismo quien nos ha llevado a la crisis actual?
ICEA.- El neoliberalismo ha provocado que la crisis haya adoptado la forma que ha adoptado, sin duda. Los procesos de desregulación de los años ochenta y noventa para intentar restituir una rentabilidad que venía estando notablemente mermada desde antes de los años setenta, originaron esa sobredimensión de los capitales financieros que han puesto en jaque –una vez más- la estabilidad del sistema. Hubo un alineamiento de las políticas económica que supuso un ataque frontal a la clase trabajadora, del cual salió beneficiado, sobre todo, un segmento de la clase capitalista: el financiero.
Ahora bien, es el capitalismo el que está en crisis y no el neoliberalismo (que en términos científicos nunca ha dejado de estarlo: sólo la mediocridad académica y el Poder pueden justificar que se haya expandido por los libros de texto de la forma en que lo ha hecho). El neoliberalismo ha sido la forma concreta en que se han configurado las políticas económicas de casi todos los países del mundo. Pero estas políticas no tienen otra intención que reducir las conquistas históricas de los trabajadores para que el capital pueda actuar a placer. Si incluso desde posiciones más reformistas la crítica es obvia: ¿quién va a consumir los productos que venden los capitalistas con estos salarios de mierda? Todos sabemos que nos movemos dentro de un sistema económico capitalista fundamentado en la explotación, el autoritarismo y la búsqueda de la acumulación y el beneficio. Todo ello implica que la economía capitalista es inestable por definición y que aunque esté muy regulada va a sufrir crisis de forma segura.
Creemos que es importante también recordar que en los países empobrecidos existe una crisis permanente de hambre y pobreza y ésta se ha mantenido con el imperialismo y de manera indistinta con políticas neoliberales o socialdemócratas en los países ricos.
El problema no es el neoliberalismo, sino el capitalismo.
ALB Noticias.- ¿Qué opináis que la CEOE pida la "suspensión del libre mercado"? Se habla incluso de refundar el capitalismo. ¿No es eso una prueba del colapso del sistema?
ICEA.- El sistema capitalista siempre ha necesitado del Estado para sobrevivir, ya sea en sus aspectos de estabilización económica, legitimación ante la población o bien represión. Más que una prueba del colapso del sistema es una prueba más del mundo en que vivimos: la CEOE también lleva diciendo mucho tiempo que los impuestos son demasiado altos en España y que hay que mirar hacia Estados Unidos para ver lo que es funcionar bien. Y ya se ve. En realidad esa frase fue más bien un “quitarse la careta”: cuando la intervención pública va en la línea de mayores prestaciones sociales para los trabajadores o despidos más difíciles o simplemente el mantenimiento de los derechos históricamente conquistados que aún nos quedan, reivindican el libre mercado; pero cuando creen que la única manera de recuperarse de sus crisis es por medio de la intervención estatal, pues donde dije digo, digo Diego. En realidad no debería pillar a nadie de sorpresa: esta gentuza está ahí para lo que está.
ALB Noticias.- ¿sois partidarios de que "la crisis la paguen los ricos" o de intervenir en la medida de nuestras posibilidades en la economía?
ICEA.- No creemos que se pueda hacer que los ricos paguen la crisis sin intervenir en la economía. Y desde luego, sí, la crisis tienen que pagarla quienes la han creado: los ricos. Como todas las crisis del capitalismo. El problema es que se interviene para salvaguardar a esos mismos ricos, a los capitales, y el resultado es una socialización de las pérdidas. En realidad ése es el funcionamiento de la economía capitalista desde siempre, sólo que en estos momentos sin máscara: ésta es la única diferencia. La crisis actual, por la forma que está adquiriendo y por la torpeza de quienes tienen que gestionarla está derivando en una crisis obvia de legitimidad democrática. Las crisis económicas las pagan siempre y mayoritariamente los trabajadores. Un pequeño empresario que cierra su empresa tiene la opción de trabajar como asalariado o autónomo, en cambio un asalariado que se queda en el paro, no tiene nada más que el subsidio de desempleo. Un empresario más grande tiene la opción de vender los activos y por lo tanto tiene siempre un colchón. Los trabajadores sólo tenemos el paro y es por ello que las crisis económicas no son nada deseables.
Las cartas están sobre la mesa y ahora está más claro que nunca que la baraja ha estado siempre marcada. Como cantaban Deshechos, “La banca siempre gana y nunca nos toca ser mano”. Es momento de iniciar la agitación en esa línea sin duda.
ALB Noticias.- En vuestra visión como economistas, ¿creéis que se puede hundir el sistema financiero, o contribuir a darle la puntilla, a base de pedir créditos -como ha hecho Enric Durán? ¿En qué medida el sistema es tan frágil?
ICEA.- El sistema financiero ya hace meses que está imponiendo muchas restricciones para conceder créditos, es decir, ya han puesto en marcha los mecanismos para evitar asumir demasiados riesgos.
La opción de Enric Durán es indudablemente admirable por el coste personal que supone y porque ha situado en el centro del debate un asunto de indiscutible interés para todos (aunque desafortunadamente la crisis económica le ha dejado en un tercer o cuarto plano…). Pero el problema es que se trata de opciones individuales, nunca socializables. No es planteable que una mayoría suficiente como para poner en órdago al sistema financiero opte por marcharse del país y dejarlo todo. Y de todos modos, en el momento en que se empezase a notar (y el regulador, el Banco de España, notaría el aumento de la morosidad en los bancos) se tomarían medidas que irían siempre en beneficio de los bancos (que es, en realidad, la misión del Banco de España: salvaguardar los beneficios del sector, aunque ellos le den otro nombre más técnico y pomposo).
Aun así, siempre nos quedará la duda de qué habría pasado si Enric hubiera convencido a varios cientos de miles de personas para hacer lo mismo que él (¡menuda tarea!) en diferentes puntos del país de manera simultánea, pues a lo mejor, contando con el factor sorpresa (con el que ya no contamos) algo de daño sí se le podría haber hecho al sistema, sobre todo en el caso de pequeños bancos o cajas, que suelen verse más afectadas por la morosidad.
El sistema económico capitalista es frágil en sí mismo, pero desde que se inició el denominado proceso de “financiarización”, es decir, un proceso de sobredimensionamiento y hipertrofia del sistema financiero, esa fragilidad se ha hecho aún más grande. Esto implica mucha inestabilidad para las economías, por el volumen de flujos que se mueven y por la rapidez con la que lo hacen, y esto genera un desfase de tiempos con la economía productiva. Toda la ingeniería financiera que crea productos y subproductos financieros alimentan esa burbuja.
La cuestión principal que está siempre ahí es la siguiente: si consiguiéramos hundir el sistema financiero y por tanto colapsar el capitalismo ¿seríamos capaces de plantear y construir una alternativa socioeconómica solvente? Agudizar las crisis, si no existe una alternativa no es un buen plan para la población. No creemos en la consigna maoísta de cuanto peor, mejor.
ALB Noticias.- ¿qué propondría la economía libertaria como solución para superar estas crisis capitalistas?
ICEA.- Las crisis son consustanciales al capitalismo. Creemos que, en tanto que anarcosindicalistas, la postura debe ser doble: primero, resistiendo los embates del capital para defender esas conquistas históricas antes mencionadas (como la sanidad pública, sin ir más lejos), pero en segundo lugar, y esto es lo más importante, sin perder la perspectiva anticapitalista y libertaria: sólo mediante un movimiento organizado fuerte se podrá ejercer la presión suficiente para, por ejemplo, exigir que las empresas quebradas pasen a manos de los trabajadores, quienes las organizarían en autogestión, y que sus directivos se hagan cargo, incluso con sus patrimonios personales, de las pérdidas. No se puede permitir que el Estado acuda, con el dinero de los trabajadores, que son quienes mayoritariamente financian los estados, al rescate de estas empresas mientras quienes las han llevado a la quiebra cuentan con patrimonios que, bien distribuidos, podrían generar mucha riqueza social. Con esto crearíamos a su vez un mecanismo que impediría que aumentara el desempleo, lo que daría más fuerza a los trabajadores para exigir nuevas reivindicaciones. La lucha y la movilización son nuestras únicas armas para conseguir que de la crisis no salgamos aún más perjudicados de lo que ya lo estábamos, y sobre todo para inducir a una transformación profunda del sistema económico que padecemos.
Como trabajadores organizados ante todo debemos exigir que la crisis económica la pague quien la provoca, la patronal en su vertiente financiera o productiva. Que sobre todo las grandes finanzas, nacionales e internacionales, paguen las políticas de ajuste. Por ello creemos interesante hacer propuestas que podríamos clasificar en tres grupos: reformistas, progresivas y progresivas-revolucionarias.
Las medidas reformistas se plantearían como una forma de poner en jaque al Estado, para que se posicione y se adopten medidas a favor de la clase trabajadora después de tantos años adoptándolas en su contra. Es nuestro objetivo evidenciar con estas propuestas qué intereses defiende el Estado, mayoritariamente los intereses de los empresarios. Un ejemplo de medidas reformistas sería el incremento los impuestos a los empresarios y a los ricos, así como el aumento del salario mínimo y los subsidios de paro. Las medidas progresivas irían encaminadas a anarcosindicalizar la economía, es decir, a ganar poder real de los sindicatos revolucionarios en ámbitos concretos. Un ejemplo de medidas progresivas sería la eliminación de las ETT’s y el establecimiento de bolsas de trabajo controladas por los sindicatos de clase. Por último las medidas progresivas-revolucionarias irían encaminadas a eliminar la gestión económica y social a manos de los capitalistas y del Estado para trasladarla a los trabajadores y la sociedad. Dentro de este tipo de medidas cabe la ocupación y autogestión de empresas ante un cierre, o la toma de tierras qué no estén cultivándose, por parte de los sindicatos de campesinos.
En este sentido hay que tener en cuenta que la única forma de acabar con la explotación, las clases sociales y las crisis económicas, es acabar con el capitalismo. Por lo tanto todas estas medidas tienen que ser constantes y no perder nunca de vista el objetivo final de sustituir el capitalismo por un sistema económico basado en la autogestión obrera y social. Aun con la aclaración anterior entendemos que estos tres tipos de medidas se deben tomar de forma urgente y complementaria para solucionar la actual crisis económica y que ésta no afecte ya más a los trabajadores.
Estos aspectos los hemos ampliado en nuestra próxima publicación de Cuadernos del ICEA, donde tratamos la crisis económica y sus posibles soluciones.
ALB Noticias.- ¿qué hace falta para que los trabajadores puedan autogestionar la economía? ¿Sería factible hoy en día?
ICEA.- Nosotros creemos que, al nivel de empresas, sí. Nadie puede llevar mejor las fábricas que quienes trabajan en ellas, que son quienes harán las mayores apuestas a largo plazo para la continuidad de sus puestos de trabajo. Sin embargo, cuando las empresas las gestionan directivos al servicio de los accionistas (sus dueños), la gestión se limita a maximizar el valor de las acciones, es decir, con visiones de corto plazo que tienen como resultado el aumento de la precariedad y unas peores condiciones de trabajo (y como puede verse, mayor inestabilidad hasta para el propio sistema…).
Al nivel de toda la economía habría que ir poco a poco. Pero precisamente la toma de fábricas en crisis es una gran gimnasia revolucionaria, y así se empezó también en la revolución del 36. Walter L. Bernecker siempre comentó que ésa había sido la principal diferencia entre la autogestión española y el consejismo alemán de la revolución de 1918, y que por eso aquélla pudo llegar mucho más lejos.
En ese sentido, no nos parece factible ahora mismo, porque es necesario realizar antes un trabajo importante de investigación y difusión de los modelos económicos autogestionarios, para que sean elaborados, conocidos y aplicados por la clase trabajadora. Éste es uno de los objetivos que nos planteamos conseguir desde el ICEA y en esa línea esperamos jugar un papel significativo: hay mucho que hacer, sí, pero para eso estamos.
Por otra parte, y como acertadamente han indicado muchos autores libertarios en los últimos años, nos deberíamos preguntar si queremos autogestionar todas las empresas. Más bien deberíamos cuestionarnos el modo de producción, tanto a nivel energético, como productivo. De esta forma, y en grandes áreas metropolitanas como Madrid y Barcelona, multitud de empresas y hasta de sectores productivos desaparecerían. Por otra parte, la concentración de la población en metrópolis y grandes ciudades, con lo que ello conlleva a nivel no solamente ecológico, sino también socioeconómico, político y de calidad de vida, nos debería hacer pensar si quizás lo más positivo desde un punto de vista anarquista y humano sería empezar un proceso de ruralización social.
Desde otra perspectiva, más fundamental quizás, existiría la posibilidad de autogestionar la economía si una organización anarcosindicalista tuviera una afiliación masiva (en el caso del estado español, la CNT-AIT), por lo que ello supondría de haber avanzado precisamente en esa gimnasia revoluciaria. Sería necesario tener una presencia sindical-revolucionaria fuerte en los principales sectores económicos y en la mayoría de servicios públicos ahora copados por el sindicalismo oficial y pactista. Como se puede deducir no estamos en esta situación y por lo tanto no nos parece factible la autogestión generalizada sin este prerrequisito. Para autogestionar la economía es imprescindible tener presencia e impulsar la autoorganización obrera desde las empresas por medio del sindicato, impulsando a la vez la federación tanto a nivel sectorial como territorial. Ello implica asimismo un cambio de mentalidad y un desarrollo cultural importante, en materias económicas y sociales, entre la clase trabajadora. Solamente en estos términos podrá hacerse una planificación social de la economía, desde y para la clase trabajadora.
El anarquismo y por ende la economía libertaria, es un proceso que no se desarrolla de un día para otro, sino que requiere años de praxis. Para poderse desarrollar, la economía libertaria, debe tener en los organismos que se crean hoy, el germen de la sociedad futura. La CNT es el mejor germen que puede tener la economía libertaria futura.
Por último creemos que la “autogestión” desde arriba, desde el Estado, como los modelos yugoslavo o venezolano actualmente son en realidad modelos de cogestión, y se ha demostrado que no solucionan los problemas que plantea la consecución de una sociedad sin clases sociales ni explotación económica.
ALB Noticias.- ¿pensáis que la economía paralela (cooperativas, mutuas, banca ética, mercados de trueque, mercado negro, etc.) es una traba para un cambio social más profundo (una revolución), o bien es un buen aprendizaje colectivo para la sociedad? ¿Habría que ir fomentando esta economía paralela?
ICEA.- Pues depende. Algunas cooperativas o mutuas pueden servir para desarrollar ciertas relaciones de compañerismo, e incluso para aprender en alguna medida a funcionar en autogestión. Pero 1) deben tener una clara vocación revolucionaria; y 2) tienen que ser conscientes de que la integración en el resto de la economía (y Mondragón es el mejor ejemplo) les llevará a promover relaciones estrictamente convencionales, es decir, capitalistas, por lo que, cuanto más al margen puedan estar de esa economía, tanto mejor. En realidad en muchas ocasiones se trata simplemente de buenos mecanismos de supervivencia en contextos difíciles, y en ese sentido tampoco creemos que sean un obstáculo específico para un cambio revolucionario, es decir, no más que otras empresas al uso. Pero raras veces pueden considerarse como auténticas vías hacia esa transformación. Ahora bien, cuando se trata de proyectos que no pierden de vista esa perspectiva revolucionaria, su labor es encomiable, y en estos momentos más que necesaria.
En cuanto a la banca ética, al igual que las ONGs, ofrecen una alternativa limitada por lo que respecta a esas transformaciones, que es la del consumo. Uno puede decidir comprar café de determinado tipo o abrirse una cuenta aquí, pero sólo si se lo puede permitir, porque por lo general se trata de productos o servicios más caros que los convencionales. Por tanto ya se ve que son opciones no generalizables, sino inducidas por lo que ocurra en otro ámbito: el de la producción.
Finalmente, en cuanto al mercado negro, no nos parece alternativa ninguna, pues esconde sobre todo relaciones de explotación aún más salvajes que en el resto de la economía. Son un retroceso para las relaciones de clase, y ahí está la explotación de trabajadores sin papeles o la trata de blancas para atestiguarlo, es decir, situaciones en las que el trabajador o trabajadora está en francas condiciones de debilidad respecto a su explotador. El mercado negro, que se estima más o menos en un 25% del PIB y el 30% de la ocupación en el estado español, es principalmente impulsado por las fuerzas capitalistas. Sólo una parte muy pequeña del mercado negro va destinada a la producción de servicios que podrían entrar en la modalidad del trueque, pues el resto está asociado al tráfico de drogas, armas y personas, así como a los sectores económicos que tienen posibilidad y tolerancia de defraudar a hacienda y que no ven contabilizada su producción de bienes o servicios.
ALB Noticias.- ¿Queréis añadir algo más?
ICEA.- Pues quisiéramos agradecer a los compañeros de alasbarricadas.org la oportunidad que nos brindan para darnos a conocer. Nos gustaría agradecer el apoyo de los compañeros de la librería libertaria La Malatesta y las facilidades que nos han ofrecido para difundir los libros que utilizamos como referencias básicas en su sección de economía. También queremos agradecer a los compañeros de la CNT-Barcelona el apoyo prestado en todo momento para tratar de consolidar entre todos/as este proyecto. Han creído en nosotros y nos han animado incondicionalmente desde que se lo planteamos. Asimismo nos gustaría agradecer explícitamente la ayuda de los compañeros que se encargan de la web y del diseño en general de la propaganda del ICEA; ellos, con su trabajo, lógicamente forman parte del ICEA y nos demuestran lo importante que es el apoyo mutuo y la aportación de sus conocimientos como profesionales para levantar este proyecto.
El ICEA es una entidad de y para la clase trabajadora y el movimiento libertario, por ello estáis todos invitados a participar.
http://www.iceautogestion.org
ICEA.- La acogida está siendo cada vez más positiva. Mientras la página web estaba en construcción son varias las personas y organizaciones que desde el estado español y desde distintos lugares del mundo (sobre todo de Latinoamérica), se han puesto en contacto, mostrando interés por él. Por otra parte, en nuestras propias organizaciones se ve como algo muy positivo, por lo que somos bastante optimistas en cuanto a la evolución futura.
ALB Noticias.- En el comunicado que habéis difundido, comentáis que daréis asesoramiento, ¿qué tipo de asesoramiento creéis que os solicitarán u ofreceréis?
ICEA.- Como decimos en el texto de presentación, nuestra intención es apoyar a cualquier sección sindical o sindicato, así como a cualquier colectivo libertario o perteneciente a los movimientos sociales que le pueda interesar nuestro asesoramiento. Debido a que el proyecto está en sus inicios empezaremos por consolidar el asesoramiento a las luchas sindicales de la CNT. Aun así podemos estudiar dar apoyo a las demandas que nos lleguen tanto de asesoramiento para alguna lucha concreta como para la autogestión económica, que es la otra vertiente que pretendemos impulsar. En esta línea nos gustaría, en un futuro, ser capaces de servir de centro de apoyo en caso de ocupaciones de fábricas o empresas en momentos de crisis, por ejemplo. La idea en este caso sería la de hacer estudios de viabilidad de las empresas en cuestión para aportar así nuestro granito de arena a estas luchas.
De momento, como decimos, el asesoramiento que ofreceremos será el referente a apoyar la lucha sindical de la CNT, en términos de analizar las cuentas de resultados de las empresas, la estructura socioeconómica de las mismas, su situación en el sector económico, etc. Los sindicatos mejor organizados y estructurados en el estado español disponen de gabinetes técnicos formados por abogados, economistas y sociólogos que abordan desde estos tres planos un asesoramiento técnico integral para los conflictos sindicales, además de servirles de centros de elaboración de ideas. Es labor, pues, del ICEA –o al menos de la parte de sus miembros que son también de CNT- consolidar este aspecto de asesoramiento ya presente hoy en día en nuestro sindicato.
ALB Noticias.- Se dice habitualmente que el anarquismo tiene un complejo de inferioridad respecto al marxismo, por lo menos en el terreno de la economía. ¿Qué podéis responder a esto como entidad cultural libertaria?
ICEA.- Creemos que adjudicar la autoría de todas las “buenas” incorporaciones de la teoría económica a un solo corpus teórico como el marxista, no es científicamente honesto. La economía marxista se ha visto influenciada previamente por los socialistas franceses, los filósofos alemanes y los economistas ingleses, sobre todo David Ricardo. Más contemporáneamente, muchos autores marxistas se han visto influenciados por los planteamientos de autores institucionalistas como Veblen, postkeynesianos como Kalecki en macroeconomía o neorricardianos como Sraffa en microeconomía. Por eso, en lo que a nosotros respecta, si definimos complejo de inferioridad como la sensación de no tener desarrolladas herramientas para analizar correctamente los sucesos económicos en cada etapa de la historia, también el marxismo tiene o ha tenido un complejo de inferioridad con respecto a otras corrientes de pensamiento económico y social en diferentes épocas históricas (por ejemplo, la recuperación económica de la gran depresión de 1929).
En todo caso, es honesto reconocer que la economía marxista y neomarxista hoy en día es quizás la herramienta más potente de análisis del capitalismo desde una óptica anticapitalista. Por otra parte, esta mayor presencia del marxismo se debe también a la capacidad para extenderse que ha tenido, favorecida en buena medida por el hecho de que no han sido pocos los gobiernos que se han reivindicado de esta corriente ideológica, facilitando la expansión de los aparatos de propaganda y silenciando cualquier disidencia. Aun así es bastante evidente que, por ejemplo, dentro de la Academia, los departamentos (críticos) de economía están poblados de marxistas de algún tipo, mientras los anarquistas están más bien en los de historia. Esto tiene que ver con cierta especialización que hace al anarquismo históricamente un poco carente de capacidad analítica para la dinámica económica, por más que sus aportaciones políticas o en otros ámbitos sean de valor indiscutible. Así, mientras los marxistas se han encargado, y en muchos casos muy bien, de la crítica de la dinámica capitalista, el anarquismo se ha centrado en aspectos más constructivos (el ejemplo típico es Abraham Guillén, pero por ejemplo, Abad de Santillán se movió en la misma línea). Esto ha hecho que en ámbitos como los de la economía crítica o heterodoxa, los planteamientos anarquistas hayan sido tachados de “utópicos” o simplemente desdeñados porque el debate estaba en la crítica y análisis del capitalismo.
Pero asimismo el anarquismo ha desarrollado mucho mejor los aspectos filosóficos y sociológicos, y de hecho muchas corrientes neomarxistas desde los años 60 se han auto-adjudicado ciertos planteamientos anarquistas de crítica al poder, a la autoridad, de cuestionamiento del papel del Estado, etc. En este sentido desde los años 60 los movimientos sociales empiezan a reivindicar nuevas perspectivas, y la autogestión retoma su centralidad como proyecto político. Esto es lo que lleva a Philippe Oyhamburu a hablar de la “revancha de Bakunin” en el famoso libro que editó en España Campo Abierto. Por otra parte, también en el campo de la economía, el anarquismo ha actuado más y mejor que el marxismo en el plano práctico, tanto en sindicatos como en cooperativas, ofreciendo alternativas de transformación más profundas y con mejores programas de acción para construir una sociedad sin clases, como lo pone de manifiesto la Revolución Española de 1936, por ejemplo. En este caso los autores marxistas, incluyendo los heterodoxos, han ido habitualmente a la zaga, como los consejistas o los autores yugoslavos y sus sucesores.
Por todo ello nos resulta difícil decir que podemos tener un complejo de inferioridad respecto del marxismo en el terreno de la economía. Quizás sería más correcto hablar de cierta complementariedad en los campos de investigación.
ALB Noticias.- ¿se ha aprovechado algo del marxismo dentro de la teoría económica del anarquismo?
ICEA.- Sin duda: sí. Es de sobra conocido que Bakunin comenzó a traducir El Capital al ruso y fue Malatesta el que comentara en su momento que todo lo que los anarquistas escribían de economía estaba impregnado de marxismo. La posición de Carlo Cafiero en El Capital al alcance de todos es también un buen ejemplo. En buena medida, todo el análisis económico anticapitalista se basa en el análisis económico de Marx, y esto incluye a los anarquistas claro. Pero es que si la crítica que él hace es buena (y esto parece evidente), sólo desde posiciones ciertamente dogmáticas puede rechazarse su uso. Otra cosa es pensar que, por utilizar el análisis exclusivamente económico de Marx uno tenga necesariamente que utilizar sus planteamientos políticos (como su praxis en el seno de la I Internacional, por poner sólo un ejemplo), o aún peor, el de algunos de sus sucesores. Pero esto es que lo uno no lleva aparejado lo otro. Como decimos, el pensamiento económico marxista y neomarxista es quizás el más y mejor desarrollado para analizar el sistema capitalista. De todas formas es necesario matizar y tener claro que el marxismo no surge espontáneamente, y si de lo que se trata es de analizar correctamente el sistema capitalista en cada etapa histórica, hay autores y corrientes contemporáneas o posteriores muy interesantes. Podemos tomar como ejemplo dos conceptos que el anarquismo ha aprovechado que son el valor-trabajo y la plusvalía. La idea del valor-trabajo surge antes de Marx, concretamente con Adam Smith y sobre todo David Ricardo, y se desarrolla posteriormente con autores estrictamente marxistas como Rubin o neorricardianos como Sraffa. Lo mismo pasa con la idea de plusvalía, ya presente en Proudhon y en otros autores anteriores a Marx. También el papel de la propiedad y el Estado en la economía, un análisis fundamental, lo analiza mucho mejor Proudhon antes que Marx y otros marxistas.
Los anarquistas podemos aprovechar gran parte de los planteamientos marxistas para explicar la realidad económica y hacer aportaciones para construir nuestra propia teoría económica como forma de analizar el capitalismo.
ALB Noticias.- ¿Cuáles son los referentes de los que partís sobre la economía libertaria?
ICEA.- Como anarquistas y anarcosindicalistas nos mueve la práctica antes que la teoría y es por ello que lo que primero nos llama la atención son los referentes históricos (Comuna de París, Alemania 1919, Italia 1920, España 1936-39, etc.). En cuanto a autores, los referentes en lo que al análisis del capitalismo se refiere son pocos: Proudhon y Hodgskin, o Cornélissen por sus posturas sindicalistas y libertarias, así como, respecto a la construcción de alternativas al capitalismo, Kropotkin, Besnard, Gesell, Puente, Abad de Santillan, Gaston Leval o Abraham Guillén, y más recientemente Michael Albert. Abraham Guillén es un referente tanto en el estudio de la autogestión como en cuanto a erudición, aunque creemos que falta por hacerse una buena y definitiva edición de su pensamiento económico.
El debate sobre el comunismo libertario que enfrentó las posturas representadas por Isaac Puente y Abad de Santillán en el IV congreso de la CNT (mayo de 1936) nos parece igualmente muy interesante, pero más interesante nos resulta analizar las realizaciones prácticas del periodo revolucionario, por las soluciones que se tuvieron que implementar, viendo cuáles fueron los aciertos y cuales los errores.
ALB Noticias.- ¿qué crítica le hacéis al neoliberalismo imperante? ¿Creéis que ha sido el neoliberalismo quien nos ha llevado a la crisis actual?
ICEA.- El neoliberalismo ha provocado que la crisis haya adoptado la forma que ha adoptado, sin duda. Los procesos de desregulación de los años ochenta y noventa para intentar restituir una rentabilidad que venía estando notablemente mermada desde antes de los años setenta, originaron esa sobredimensión de los capitales financieros que han puesto en jaque –una vez más- la estabilidad del sistema. Hubo un alineamiento de las políticas económica que supuso un ataque frontal a la clase trabajadora, del cual salió beneficiado, sobre todo, un segmento de la clase capitalista: el financiero.
Ahora bien, es el capitalismo el que está en crisis y no el neoliberalismo (que en términos científicos nunca ha dejado de estarlo: sólo la mediocridad académica y el Poder pueden justificar que se haya expandido por los libros de texto de la forma en que lo ha hecho). El neoliberalismo ha sido la forma concreta en que se han configurado las políticas económicas de casi todos los países del mundo. Pero estas políticas no tienen otra intención que reducir las conquistas históricas de los trabajadores para que el capital pueda actuar a placer. Si incluso desde posiciones más reformistas la crítica es obvia: ¿quién va a consumir los productos que venden los capitalistas con estos salarios de mierda? Todos sabemos que nos movemos dentro de un sistema económico capitalista fundamentado en la explotación, el autoritarismo y la búsqueda de la acumulación y el beneficio. Todo ello implica que la economía capitalista es inestable por definición y que aunque esté muy regulada va a sufrir crisis de forma segura.
Creemos que es importante también recordar que en los países empobrecidos existe una crisis permanente de hambre y pobreza y ésta se ha mantenido con el imperialismo y de manera indistinta con políticas neoliberales o socialdemócratas en los países ricos.
El problema no es el neoliberalismo, sino el capitalismo.
ALB Noticias.- ¿Qué opináis que la CEOE pida la "suspensión del libre mercado"? Se habla incluso de refundar el capitalismo. ¿No es eso una prueba del colapso del sistema?
ICEA.- El sistema capitalista siempre ha necesitado del Estado para sobrevivir, ya sea en sus aspectos de estabilización económica, legitimación ante la población o bien represión. Más que una prueba del colapso del sistema es una prueba más del mundo en que vivimos: la CEOE también lleva diciendo mucho tiempo que los impuestos son demasiado altos en España y que hay que mirar hacia Estados Unidos para ver lo que es funcionar bien. Y ya se ve. En realidad esa frase fue más bien un “quitarse la careta”: cuando la intervención pública va en la línea de mayores prestaciones sociales para los trabajadores o despidos más difíciles o simplemente el mantenimiento de los derechos históricamente conquistados que aún nos quedan, reivindican el libre mercado; pero cuando creen que la única manera de recuperarse de sus crisis es por medio de la intervención estatal, pues donde dije digo, digo Diego. En realidad no debería pillar a nadie de sorpresa: esta gentuza está ahí para lo que está.
ALB Noticias.- ¿sois partidarios de que "la crisis la paguen los ricos" o de intervenir en la medida de nuestras posibilidades en la economía?
ICEA.- No creemos que se pueda hacer que los ricos paguen la crisis sin intervenir en la economía. Y desde luego, sí, la crisis tienen que pagarla quienes la han creado: los ricos. Como todas las crisis del capitalismo. El problema es que se interviene para salvaguardar a esos mismos ricos, a los capitales, y el resultado es una socialización de las pérdidas. En realidad ése es el funcionamiento de la economía capitalista desde siempre, sólo que en estos momentos sin máscara: ésta es la única diferencia. La crisis actual, por la forma que está adquiriendo y por la torpeza de quienes tienen que gestionarla está derivando en una crisis obvia de legitimidad democrática. Las crisis económicas las pagan siempre y mayoritariamente los trabajadores. Un pequeño empresario que cierra su empresa tiene la opción de trabajar como asalariado o autónomo, en cambio un asalariado que se queda en el paro, no tiene nada más que el subsidio de desempleo. Un empresario más grande tiene la opción de vender los activos y por lo tanto tiene siempre un colchón. Los trabajadores sólo tenemos el paro y es por ello que las crisis económicas no son nada deseables.
Las cartas están sobre la mesa y ahora está más claro que nunca que la baraja ha estado siempre marcada. Como cantaban Deshechos, “La banca siempre gana y nunca nos toca ser mano”. Es momento de iniciar la agitación en esa línea sin duda.
ALB Noticias.- En vuestra visión como economistas, ¿creéis que se puede hundir el sistema financiero, o contribuir a darle la puntilla, a base de pedir créditos -como ha hecho Enric Durán? ¿En qué medida el sistema es tan frágil?
ICEA.- El sistema financiero ya hace meses que está imponiendo muchas restricciones para conceder créditos, es decir, ya han puesto en marcha los mecanismos para evitar asumir demasiados riesgos.
La opción de Enric Durán es indudablemente admirable por el coste personal que supone y porque ha situado en el centro del debate un asunto de indiscutible interés para todos (aunque desafortunadamente la crisis económica le ha dejado en un tercer o cuarto plano…). Pero el problema es que se trata de opciones individuales, nunca socializables. No es planteable que una mayoría suficiente como para poner en órdago al sistema financiero opte por marcharse del país y dejarlo todo. Y de todos modos, en el momento en que se empezase a notar (y el regulador, el Banco de España, notaría el aumento de la morosidad en los bancos) se tomarían medidas que irían siempre en beneficio de los bancos (que es, en realidad, la misión del Banco de España: salvaguardar los beneficios del sector, aunque ellos le den otro nombre más técnico y pomposo).
Aun así, siempre nos quedará la duda de qué habría pasado si Enric hubiera convencido a varios cientos de miles de personas para hacer lo mismo que él (¡menuda tarea!) en diferentes puntos del país de manera simultánea, pues a lo mejor, contando con el factor sorpresa (con el que ya no contamos) algo de daño sí se le podría haber hecho al sistema, sobre todo en el caso de pequeños bancos o cajas, que suelen verse más afectadas por la morosidad.
El sistema económico capitalista es frágil en sí mismo, pero desde que se inició el denominado proceso de “financiarización”, es decir, un proceso de sobredimensionamiento y hipertrofia del sistema financiero, esa fragilidad se ha hecho aún más grande. Esto implica mucha inestabilidad para las economías, por el volumen de flujos que se mueven y por la rapidez con la que lo hacen, y esto genera un desfase de tiempos con la economía productiva. Toda la ingeniería financiera que crea productos y subproductos financieros alimentan esa burbuja.
La cuestión principal que está siempre ahí es la siguiente: si consiguiéramos hundir el sistema financiero y por tanto colapsar el capitalismo ¿seríamos capaces de plantear y construir una alternativa socioeconómica solvente? Agudizar las crisis, si no existe una alternativa no es un buen plan para la población. No creemos en la consigna maoísta de cuanto peor, mejor.
ALB Noticias.- ¿qué propondría la economía libertaria como solución para superar estas crisis capitalistas?
ICEA.- Las crisis son consustanciales al capitalismo. Creemos que, en tanto que anarcosindicalistas, la postura debe ser doble: primero, resistiendo los embates del capital para defender esas conquistas históricas antes mencionadas (como la sanidad pública, sin ir más lejos), pero en segundo lugar, y esto es lo más importante, sin perder la perspectiva anticapitalista y libertaria: sólo mediante un movimiento organizado fuerte se podrá ejercer la presión suficiente para, por ejemplo, exigir que las empresas quebradas pasen a manos de los trabajadores, quienes las organizarían en autogestión, y que sus directivos se hagan cargo, incluso con sus patrimonios personales, de las pérdidas. No se puede permitir que el Estado acuda, con el dinero de los trabajadores, que son quienes mayoritariamente financian los estados, al rescate de estas empresas mientras quienes las han llevado a la quiebra cuentan con patrimonios que, bien distribuidos, podrían generar mucha riqueza social. Con esto crearíamos a su vez un mecanismo que impediría que aumentara el desempleo, lo que daría más fuerza a los trabajadores para exigir nuevas reivindicaciones. La lucha y la movilización son nuestras únicas armas para conseguir que de la crisis no salgamos aún más perjudicados de lo que ya lo estábamos, y sobre todo para inducir a una transformación profunda del sistema económico que padecemos.
Como trabajadores organizados ante todo debemos exigir que la crisis económica la pague quien la provoca, la patronal en su vertiente financiera o productiva. Que sobre todo las grandes finanzas, nacionales e internacionales, paguen las políticas de ajuste. Por ello creemos interesante hacer propuestas que podríamos clasificar en tres grupos: reformistas, progresivas y progresivas-revolucionarias.
Las medidas reformistas se plantearían como una forma de poner en jaque al Estado, para que se posicione y se adopten medidas a favor de la clase trabajadora después de tantos años adoptándolas en su contra. Es nuestro objetivo evidenciar con estas propuestas qué intereses defiende el Estado, mayoritariamente los intereses de los empresarios. Un ejemplo de medidas reformistas sería el incremento los impuestos a los empresarios y a los ricos, así como el aumento del salario mínimo y los subsidios de paro. Las medidas progresivas irían encaminadas a anarcosindicalizar la economía, es decir, a ganar poder real de los sindicatos revolucionarios en ámbitos concretos. Un ejemplo de medidas progresivas sería la eliminación de las ETT’s y el establecimiento de bolsas de trabajo controladas por los sindicatos de clase. Por último las medidas progresivas-revolucionarias irían encaminadas a eliminar la gestión económica y social a manos de los capitalistas y del Estado para trasladarla a los trabajadores y la sociedad. Dentro de este tipo de medidas cabe la ocupación y autogestión de empresas ante un cierre, o la toma de tierras qué no estén cultivándose, por parte de los sindicatos de campesinos.
En este sentido hay que tener en cuenta que la única forma de acabar con la explotación, las clases sociales y las crisis económicas, es acabar con el capitalismo. Por lo tanto todas estas medidas tienen que ser constantes y no perder nunca de vista el objetivo final de sustituir el capitalismo por un sistema económico basado en la autogestión obrera y social. Aun con la aclaración anterior entendemos que estos tres tipos de medidas se deben tomar de forma urgente y complementaria para solucionar la actual crisis económica y que ésta no afecte ya más a los trabajadores.
Estos aspectos los hemos ampliado en nuestra próxima publicación de Cuadernos del ICEA, donde tratamos la crisis económica y sus posibles soluciones.
ALB Noticias.- ¿qué hace falta para que los trabajadores puedan autogestionar la economía? ¿Sería factible hoy en día?
ICEA.- Nosotros creemos que, al nivel de empresas, sí. Nadie puede llevar mejor las fábricas que quienes trabajan en ellas, que son quienes harán las mayores apuestas a largo plazo para la continuidad de sus puestos de trabajo. Sin embargo, cuando las empresas las gestionan directivos al servicio de los accionistas (sus dueños), la gestión se limita a maximizar el valor de las acciones, es decir, con visiones de corto plazo que tienen como resultado el aumento de la precariedad y unas peores condiciones de trabajo (y como puede verse, mayor inestabilidad hasta para el propio sistema…).
Al nivel de toda la economía habría que ir poco a poco. Pero precisamente la toma de fábricas en crisis es una gran gimnasia revolucionaria, y así se empezó también en la revolución del 36. Walter L. Bernecker siempre comentó que ésa había sido la principal diferencia entre la autogestión española y el consejismo alemán de la revolución de 1918, y que por eso aquélla pudo llegar mucho más lejos.
En ese sentido, no nos parece factible ahora mismo, porque es necesario realizar antes un trabajo importante de investigación y difusión de los modelos económicos autogestionarios, para que sean elaborados, conocidos y aplicados por la clase trabajadora. Éste es uno de los objetivos que nos planteamos conseguir desde el ICEA y en esa línea esperamos jugar un papel significativo: hay mucho que hacer, sí, pero para eso estamos.
Por otra parte, y como acertadamente han indicado muchos autores libertarios en los últimos años, nos deberíamos preguntar si queremos autogestionar todas las empresas. Más bien deberíamos cuestionarnos el modo de producción, tanto a nivel energético, como productivo. De esta forma, y en grandes áreas metropolitanas como Madrid y Barcelona, multitud de empresas y hasta de sectores productivos desaparecerían. Por otra parte, la concentración de la población en metrópolis y grandes ciudades, con lo que ello conlleva a nivel no solamente ecológico, sino también socioeconómico, político y de calidad de vida, nos debería hacer pensar si quizás lo más positivo desde un punto de vista anarquista y humano sería empezar un proceso de ruralización social.
Desde otra perspectiva, más fundamental quizás, existiría la posibilidad de autogestionar la economía si una organización anarcosindicalista tuviera una afiliación masiva (en el caso del estado español, la CNT-AIT), por lo que ello supondría de haber avanzado precisamente en esa gimnasia revoluciaria. Sería necesario tener una presencia sindical-revolucionaria fuerte en los principales sectores económicos y en la mayoría de servicios públicos ahora copados por el sindicalismo oficial y pactista. Como se puede deducir no estamos en esta situación y por lo tanto no nos parece factible la autogestión generalizada sin este prerrequisito. Para autogestionar la economía es imprescindible tener presencia e impulsar la autoorganización obrera desde las empresas por medio del sindicato, impulsando a la vez la federación tanto a nivel sectorial como territorial. Ello implica asimismo un cambio de mentalidad y un desarrollo cultural importante, en materias económicas y sociales, entre la clase trabajadora. Solamente en estos términos podrá hacerse una planificación social de la economía, desde y para la clase trabajadora.
El anarquismo y por ende la economía libertaria, es un proceso que no se desarrolla de un día para otro, sino que requiere años de praxis. Para poderse desarrollar, la economía libertaria, debe tener en los organismos que se crean hoy, el germen de la sociedad futura. La CNT es el mejor germen que puede tener la economía libertaria futura.
Por último creemos que la “autogestión” desde arriba, desde el Estado, como los modelos yugoslavo o venezolano actualmente son en realidad modelos de cogestión, y se ha demostrado que no solucionan los problemas que plantea la consecución de una sociedad sin clases sociales ni explotación económica.
ALB Noticias.- ¿pensáis que la economía paralela (cooperativas, mutuas, banca ética, mercados de trueque, mercado negro, etc.) es una traba para un cambio social más profundo (una revolución), o bien es un buen aprendizaje colectivo para la sociedad? ¿Habría que ir fomentando esta economía paralela?
ICEA.- Pues depende. Algunas cooperativas o mutuas pueden servir para desarrollar ciertas relaciones de compañerismo, e incluso para aprender en alguna medida a funcionar en autogestión. Pero 1) deben tener una clara vocación revolucionaria; y 2) tienen que ser conscientes de que la integración en el resto de la economía (y Mondragón es el mejor ejemplo) les llevará a promover relaciones estrictamente convencionales, es decir, capitalistas, por lo que, cuanto más al margen puedan estar de esa economía, tanto mejor. En realidad en muchas ocasiones se trata simplemente de buenos mecanismos de supervivencia en contextos difíciles, y en ese sentido tampoco creemos que sean un obstáculo específico para un cambio revolucionario, es decir, no más que otras empresas al uso. Pero raras veces pueden considerarse como auténticas vías hacia esa transformación. Ahora bien, cuando se trata de proyectos que no pierden de vista esa perspectiva revolucionaria, su labor es encomiable, y en estos momentos más que necesaria.
En cuanto a la banca ética, al igual que las ONGs, ofrecen una alternativa limitada por lo que respecta a esas transformaciones, que es la del consumo. Uno puede decidir comprar café de determinado tipo o abrirse una cuenta aquí, pero sólo si se lo puede permitir, porque por lo general se trata de productos o servicios más caros que los convencionales. Por tanto ya se ve que son opciones no generalizables, sino inducidas por lo que ocurra en otro ámbito: el de la producción.
Finalmente, en cuanto al mercado negro, no nos parece alternativa ninguna, pues esconde sobre todo relaciones de explotación aún más salvajes que en el resto de la economía. Son un retroceso para las relaciones de clase, y ahí está la explotación de trabajadores sin papeles o la trata de blancas para atestiguarlo, es decir, situaciones en las que el trabajador o trabajadora está en francas condiciones de debilidad respecto a su explotador. El mercado negro, que se estima más o menos en un 25% del PIB y el 30% de la ocupación en el estado español, es principalmente impulsado por las fuerzas capitalistas. Sólo una parte muy pequeña del mercado negro va destinada a la producción de servicios que podrían entrar en la modalidad del trueque, pues el resto está asociado al tráfico de drogas, armas y personas, así como a los sectores económicos que tienen posibilidad y tolerancia de defraudar a hacienda y que no ven contabilizada su producción de bienes o servicios.
ALB Noticias.- ¿Queréis añadir algo más?
ICEA.- Pues quisiéramos agradecer a los compañeros de alasbarricadas.org la oportunidad que nos brindan para darnos a conocer. Nos gustaría agradecer el apoyo de los compañeros de la librería libertaria La Malatesta y las facilidades que nos han ofrecido para difundir los libros que utilizamos como referencias básicas en su sección de economía. También queremos agradecer a los compañeros de la CNT-Barcelona el apoyo prestado en todo momento para tratar de consolidar entre todos/as este proyecto. Han creído en nosotros y nos han animado incondicionalmente desde que se lo planteamos. Asimismo nos gustaría agradecer explícitamente la ayuda de los compañeros que se encargan de la web y del diseño en general de la propaganda del ICEA; ellos, con su trabajo, lógicamente forman parte del ICEA y nos demuestran lo importante que es el apoyo mutuo y la aportación de sus conocimientos como profesionales para levantar este proyecto.
El ICEA es una entidad de y para la clase trabajadora y el movimiento libertario, por ello estáis todos invitados a participar.
http://www.iceautogestion.org
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