El cierre temporal de la producción en época de pandemia
El Gobierno español decretó el pasado domingo el cierre por dos semanas de las actividades no esenciales. El colapso de los hospitales en algunas comunidades autónomas, y su proximidad en otras, exige la parada cuasi general de la producción. El precedente italiano de paralización tardía y la cercanía de la Semana Santa han servido para adelantar la decisión. Muchas vidas humanas pueden perderse por demorar decisiones en favor de intereses económicos. La prioridad es frenar la pandemia y el esfuerzo que está realizando la población confinada le corresponde también al mundo empresarial, con ocho o siete días de “permiso retribuido recuperable”. Muchos consideran que esa paralización debía haberse acordado antes, sin especular sobre una evolución positiva del número de contagios detectados, mientras lo peor en términos de desborde sanitario y drama social está por llegar con el posible aumento los próximos días de los decesos diarios.
En Euskalerria la exigencia de cierre total la han realizado los partidos y sindicatos abertzales, contra la posición del Gobierno vasco que sigue defendiendo que la industria debe seguir funcionando, mientras el Gobierno navarro ha reclamado “flexibilidad” en la aplicación de la medida. A pesar de las dificultades derivadas del confinamiento, convocaron una jornada de protesta el viernes 27 de marzo para exigirlo, bajo el lema “Haserre Gaude”.
“Mientras que la reducción drástica de la movilidad es clave para contener la propagación de la pandemia, el Gobierno vasco se ha opuesto con contundencia a la paralización de los sectores productivos no esenciales”
Así mismo, más de 1.600 sanitarias vascas realizaron una petición con firmas al Gobierno vasco para la paralización de las actividades no esenciales, con el objetivo de reducir la presión sobre el sector hospitalario y que pueda mejorarse su seguridad ante el contagio. Conviene no olvidar que la falta de material de protección ha derivado en 1.145 trabajadoras del servicio vasco de salud positivas por coronavirus a fecha 31 de marzo, lo que ha supuesto una decisión judicial que insta, tras la solicitud de ELA, a que Osakidetza lo provea de forma inmediata. Las patronales, en la misma línea que el Gobierno vasco, han criticado la decisión del parón cuasi total de la producción.